Entorno ETA y Guardia Civil firman la paz en una iglesia protestante de San Sebastián

Un Guardia Civil y un “batasuno” (del entorno de ETA) juntos. En el mismo local, llamándose hermanos y “firmando” la paz al tomar juntos los símbolos del perdón y la reconciliación: el pan y el vino que el Guardia Civil reparte y el batasuno comparte. ¿Un sueño? No, una realidad vivida durante cerca de 20 años en una iglesia evangélica de San Sebastián. Y no es una excepción en el seno del protestantismo vasco.

MADRID · 09 DE JULIO DE 2007 · 22:00

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Aunque parezca mentira, en la actualidad existe otro lugar aparte de la Audiencia Nacional donde dos personas de entornos tan diferentes puedan compartir banco. Lo que la sociedad, partidos políticos, y negociaciones o proyectos diversos no han logrado, se ha concretado en una sencilla iglesia evangélica de San Sebastián. Posiblemente el único lugar de España (al menos el único que conozcamos) en el que un Guardia Civil en activo y un batasuno que ha vivido inmerso en el ambiente de la kale-borroka han podido llegar a llamarse hermanos y ser amigos. La mejor imagen del mensaje de paz de Jesús en su Evangelio. AMARA BERRI La iglesia evangélica de Amara Berri es la más antigua de San Sebastián, se constituyó hace casi treinta años aunque, como dice su pastor Jaime Ardiaca, “su testimonio en la ciudad se remonta a 1880”. Durante todo este tiempo y con el paso de distintas generaciones, esta comunidad habrá vivido momentos de todo tipo, experimentado situaciones buenas y malas, favorables o adversas, pero sin duda una de las mayores gestas que se le puede atribuir es la de haber congregado a una persona procedente del entorno de Batasuna con otra perteneciente al cuerpo de la Guardia Civil. ¿Hay algo que pueda conseguir que dos personas con ideologías tan contrapuestas puedan convivir y mantener una relación de auténtica amistad en sus vidas? Esto es lo que muchos compañeros de Juan Ramón Rodríguez se preguntaban cuando le veían junto a su amigo abertzale tomando un refresco en el bar del cuartel de la Guardia Civil. “En ocasiones íbamos juntos a tomar algo y sus compañeros de cuartel se sorprendían e incluso llegó a tener algún problema por el hecho de que yo, un ‘batasuno’, estuviese suelto en aquel lugar con él tan tranquilamente”, así recuerda José Ramón Barbadillo algunos de los momentos que vivieron estos dos amigos que coincidieron por primera vez en la iglesia de Amara hace algo más de veinte años. Tanto Juan Ramón como José Ramón coinciden en el motivo de lograrlo. Ambos dicen: “El que hizo esto posible fue el Señor” –refiriéndose a Jesucristo. EL GRAN ENCUENTRO José Ramón Barbadillo tiene ahora 50 años, nació en San Sebastián y actualmente vive en Irún con su esposa, Anabel Roteta, que durante años ha editado la publicación de Misión Pionera Internacional (MPI). Juan Ramón explica que fue en el año 1984 cuando visitó por primera vez la iglesia evangélica de Amara pero fue dos años después, el 16 de junio de 1986, que puso su fe en Jesús: “desde entonces empezó a cambiar mi vida”. Juan Ramón explica que fue un cambio “muy grande” y apunta: “aunque no haya cambiado mi forma de pensar en ciertos aspectos, sí lo ha hecho mi forma de actuar en todos ellos”. También recuerda con humor algunas de las anécdotas vividas años atrás, como por ejemplo la primera vez que escuchó el sermón en la iglesia protestante, cuando el pastor le preguntó qué le había parecido lo que había escuchado, contestó: “Peor que un discurso de Fuerza Nueva”. El guardia civil Juan Ramón Rodríguez era uno de los feligreses con los cuales debía compartir un mismo espacio y confiesa acerca de él: “Al principio había una cierta desconfianza, pero luego tuvimos una relación de amistad muy buena” –y sigue- “Siempre nos echamos un cable el uno al otro, yo fui a su casa a ayudarle cuando lo necesitó y el vino a la mía cuando lo necesité”. Juan Ramón dice en la misma línea: “En un principio era sorprendente y yo mismo me preguntaba: ¿Cómo puede ser él amigo de un Guardia Civil? Pero el Señor es milagroso”. Juan Ramón ya no vive en San Sebastián porque fue destinado a Salamanca hace tres años (tras cerca de veinte de estancia en el País Vasco) pero explica satisfecho por teléfono que su relación con José Ramón siempre fue muy buena y, aunque hubo algunas bromas entre ellos, nunca derivó en momentos de tensión. LA PERSPECTIVA PASTORAL Jaime Ardiaca, cuyo apellido significa en vasco “lugar de ovejas”, es el pastor de la iglesia que da fe de lo ocurrido, y que sigue ocurriendo ya que hay en la actualidad en la congregación familiares de fuerzas policiales y del entorno batasuno. También, afirma, en otras iglesias evangélicas del País Vasco ocurre algo similar, aunque sin llegar a los ectremos ideológicos que representaban José Ramón Barbadillo y Juan Ramón Rodríguez. En una entrevista en eMision, Ardiaca relata que esta convivencia se ha mantenido y fortalecido en medio de pruebas realmente difíciles. Aún se le quiebra la voz al mencionar a Alfonso Morcillo, policía municipal que era miembro de la iglesia (“¡y amigo!”, dice), que fue asesinado por ETA en 1999, y que, junto a la muerte de Miguel Angel Blanco, supuso las reflexiones más dolorosas y profundas de la iglesia evangélica en torno a la paz y la violencia, saliendo triunfantes: “la clave es en primer lugar poder hablar con claridad, y la segunda el poder del Evangelio que ayuda a tener unas referencias muy sólidas cuando existe una fe en Jesús”. Algo que si no se dan estas dos premisas no es nada fácil conseguir, ya que supone que todas las partes hagan autocrítica y comprendan a la otra, “algo que Jose Ramón y Juan Ramón consiguieron”. MULTIMEDIA Hoy en día se elaboran muchos programas de convivencia y se derivan proyectos y esfuerzos a favor de una paz en el país Vasco que parece inalcanzable, incluso entre los propios partidos políticos. Pero lo cierto es, que entre las cuatro paredes de una iglesia evangélica de San Sebastián, aún se puede escuchar el mensaje de un nazareno llamado Jesús que cambia las vidas, derribando los muros entre “judíos” y “gentiles” (léase “batasunos” y “guardias civiles”). Puede escuchar aquí la entrevista a Jaime Ardiaca sobre “ETA y Guardia Civil firman la paz en una iglesia protestante de San Sebastián” (audio, 5 Mb)

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