La Biblia es el libro sagrado que más defiende y protege al inmigrante, dice Samuel Escobar

Samuel Escobar analizó la inmigración a la luz de la Biblia en una entrevista realizada en eMision.net. Sus aportaciones son enriquecedoras por ser él mismo inmigrante (peruano de ciudadanía universal) a la vez que una de las mentes más profundas del panorama teológico internacional en este tema, del que ha escrito varios libros y publicaciones.

MADRID · 19 DE JUNIO DE 2006 · 22:00

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Samuel Escobar es actualmente catedrático de Misionología en el Seminario Teológico Bautista del Este, en Pennsylvania, EEUU; y profesor del Seminario Teológico de la UEBE en Madrid. Ante este fenómeno complejo, Escobar expresa que en su experiencia este fenómeno ya ha alcanzado a toda Europa, sin que España tenga la cuota más alta de inmigración, que corresponde a Francia, Alemania y Suiza. EL PROBLEMA SOCIAL Uno de los problemas con los que se encuentra el inmigrante es el de la cultura, dice Escobar. “Su cultura es diferente y a veces quiere imponer la suya. Muchas veces no es consciente de esto, de que no sólo los demás, los del país al que llega son diferentes, sino que él mismo es diferente”. Escobar huye de los tópicos respecto a la inmigración, ya que piensa que hay un panorama muy variado entre los inmigrantes: desde quienes tienen buena formación y quieren integrarse, pasando por los que aunque sin formación también busca la integración, hasta los que no quieren integrarse. Un problema frecuente, expresa, es que no pueden homologar sus títulos, y se ven relegados a trabajos inferiores a aquellos para los que están capacitados. Algo que Samuel Escobar considera muy útil es que las autoridades (como de hecho ya se está haciendo en algunas ciudades españolas) den al inmigrante cursos de cómo es España, su cultura y sus costumbres. El inmigrante lo que pide básicamente es que se le acepte, que se le incluya, a pesar de su color y su dialecto, dice Samuel Escobar. “Que se les reciba como persona. No se les trata como personas en muchos países, esa es la realidad”. Analizando las consecuencias de la inmigración, Escobar entiende que los países sufren consecuencias negativas (como el tema de las bandas) pero también positivas: “son más los que se integran que los que no se integran. Pero tenemos ya estereotipos creados. Por cada un inmigrante de banda hay tres o cuatro que contribuyen a la vida del país”. También tenemos que entender que no es lo mismo el inmigrante que viene de países ricos y que no tiene necesidades económicas (“es una inmigración de otro nivel, no nos preocupa”). Los que nos causan problemas, dice, no son tanto los inmigrantes en sí sino los que vienen con necesidades económicas. PERSPECTIVA ESPIRITUAL La inmigración está presente en la Biblia desde el capítulo 12 de Génesis, reflexiona Escobar. “Tenemos a Abraham, el mayor de los inmigrantes, al que Dios pide que deje su tierra, sus riquezas, su cultura, su familia….. Después de Abraham tenemos otras. Es muy bonito ver en el capítulo 26 de Deuteronomio la fórmula que Dios quiere que se pronuncie cuando se ofrece el diezmo: `Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto…´ Es decir, no olvidar nunca que ellos mismos fueron extranjeros”. Después, recuerda, hubo otros muchos inmigrantes del pueblo de Dios en la historia bíblica: José, Ester, Daniel, Nehemías (“que por cierto conservan los valores de su educación y gracias a esto son una bendición allí donde están y no lo hubieran sido de otra manera”). En Exodo y Deuteronomio, enfatiza Escobar, encontramos la primera legislación de inmigración: “siempre exhortaciones muy claras a proteger al extranjero, `porque vosotros habéis sido extranjeros´. Es interesante que “no hay otro libro religioso que hable así del inmigrante”. En la carta a los Romanos hay muchas referencias a recibir al otro, recuerda Escobar. Con la persecución muchos habían llegado hasta Roma desde todo el imperio y parece que les resultaba difícil recibirles. Pablo les exhorta a solucionar esto de una manera tolerante. “El libro de Romanos tiene como tema central la acogida al otro, tiene un trasfondo de la inmigración de manera clara y el llamamiento es a recibir, soportar, amar al que es diferente. En este caso vemos que unos y otros se integraban en las mismas iglesias. No había necesidad de separaciones, como está ocurriendo hoy. Deberíamos de ser capaces de convivir en una misma iglesia, sobre todo cuando no existe el problema de la diferencia de lengua”. La figura de Jesús tiene también algo de inmigrante, dice. El huye con sus padres a Egipto. El mismo se reconoce en cierta manera como extranjero. “La actitud de Jesús ante los samaritanos es clave: en sus parábolas siempre es el samaritano el bueno, el que vuelve a dar gracias, la mujer samaritana es la primera mujer misionera… Jesús pasó por esa experiencia. Siempre tuvo una actitud de receptividad y aceptación”. La inmigración trae bendición en la Biblia, concluye. PASTORAL PARA EL INMIGRANTE Finaliza Samuel Escobar defendiendo que es positivo ejercer una pastoral específica para los inmigrantes porque “tienen unos problemas de familia, económicos, y de soledad que no tienen los españoles”. “En el fondo todos somos extranjeros en la tierra. Todos los cristianos somos peregrinos, término que usa el apóstol Pedro en su primera carta: `alguien que reside pero que no pertenece a este mundo”. MULTIMEDIA Pueden escuchar la entrevista completa a Samuel Escobar (hecha por Esperanza Suárez) pulsando AQUÍ: http://www.e-mision.org/actual/audio/060618se.mp3 (4’9 Mb)

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