Aumentan los jóvenes violentos porque `una de cada dos familias dimite de la función de educar´, dice Marcos Zapata

Marcos Zapata es miembro de la Iglesia buenas Noticias de Lugo, especialista en educación y director de varios centros de menores avalados por la Xunta de Galicia, para “chavales difíciles”. Su experiencia es de gran valor, ante el creciente aumento de violencia de hijos contra padres y de jóvenes contra la sociedad.

LUGO · 15 DE MAYO DE 2006 · 22:00

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Según Zapata, que es también Presidente del Consello Evanxélico Galego, no hay un perfil exacto de los maltratadores juveniles. No es un problema económico, ni cultural. Hay gente de todos los niveles culturales, sociales y económicos; si bien es verdad que últimamente en el sector social que más ha aumentado es en el de los de nivel cultural y económico alto. Si se quiere ir a las causas, opina, tienen que ver más bien con las relaciones dentro del hogar y el entorno social. Los hijos “no te salen de una manera, como un melón que puede salir malo o bueno, los hijos se forman”. En este sentido, la raíz del problema lo centra en los padres: “es verdad que los padres de hoy tenemos peores condiciones para educar, y estamos siendo en este sentido, peores padres. Los valores de la sociedad y los valores que deben trasmitirse en la familia son opuestos.” Dice M. Zapata que “La sociedad de hoy es absolutamente permisiva”. Esto influye en los padres, que consienten todo o casi todo al niño, no se le castiga porque es un trauma. “La generación pasada fue muy reprimida, ahora esos padres educan muy liberalmente, se han ido al otro extremo” perdiendo así su posición de padres y su autoridad. “Hoy estamos en una sociedad que educa en los derechos, pero no en los deberes. No sabe poner límites”. Se debe por lo tanto, “reforzar la responsabilidad de los niños, ponerlos a ser responsables pronto, para que tengan conciencia de trabajo, del esfuerzo y de la responsabilidad. No todo es recibir, sino dar..” Hoy impera la ley del mínimo esfuerzo, lo que Zapata llama “la cultura del algodón”. Se les protege demasiado, se les da todo, cuando quieren, como quieren y donde quieren. “Los padres sólo tienen un objetivo: hacer felices a sus hijos. Es decir no se les educa para la tolerancia a la frustración”. Y hay que ayudarles a encajar las frustraciones, en opinión de este experto de fe evangélica. Si no, en la vida encontrarán muchas frustraciones, y no sabrán encajarlas. “Una de cada dos familias dimite de la función de educar”, lo que incluye que no se suple la gran necesidad de ser oídos de los hijos. “Se sienten solos, a pesar de que tienen de todo. El diálogo con los niños es muy importante, la vinculación afectiva. Les damos de todo, pero les está faltando lo más importante: nuestra atención y afecto”. Los criterios o valores erróneos que rigen las familias actuales comienzan por un exceso de egocentrismo (el sentirse bien el niño por encima de todo) que se prolonga hasta la adolescencia. Se añade el hiperedonismo (no contradecirles, no tener conflictos con ellos. Que estén bien. Estar en paz). Podemos sumar a estos factores el consumismo, con niños repletos de juguetes; la omnipotencia infantil (todo lo que quiero y cuando quiero, todo se soluciona comprando). Un último aspecto que destaca Zapata es la permisividad: los padres que quieren ejercer un poco de autoridad lo tienen muy difícil, porque van a contracorriente, y a menudo claudican. “El no también ayuda a crecer”. Saber decir no cuando es conveniente ayuda a valorar las cosas, ya que si no, no se esfuerzan por conseguir nada. Estos niños llegan a ejercer un control absoluto en la familia, y no tienen conciencia del bien y del mal, no tienen sentimientos de culpabilidad. Según Marcos Zapata, “los padres tenemos que ayudarles a desarrollar el sentido de responsabilidad y por lo tanto la culpa”. MULTIMEDIA Pueden escuchar la entrevista a Marcos Zapata (audio de 5 Mb) AQUÍ: Sobre hijos maltratadores pueden ver una noticia en video AQUÍ (2Mb)

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