`El gran problema de la Iglesia no es la unidad, sino la apostasía´, dice el teólogo José Grau

El teólogo español José Grau destaca tres tipos de ecumenismo, encarnados en el Consejo Mundial de Iglesias, la Iglesia católico-romana, y la Alianza Evangélica (entre otras). De estos tres, dice Grau, sólo el tercero se ajusta a lo que él entiende como auténtico ecumenismo. El CMI “pretende unir a toda costa antes que tener en cuenta la doctrina”, frente a la Alianza Evangélica, que defiende la unidad “pero no a toda costa”. Aunque, dijo Grau, es importante que “la unidad es un hecho espiritual

BARCELONA · 10 DE ABRIL DE 2006 · 22:00

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Grau, que dio la ponencia “Nuestra identidad evangélica” en el VI Congreso Evangélico Español, a un año de que se celebre el VII Congreso piensa que los acontecimientos recientes evidencian que la clave de la identidad evangélica o protestante está en cómo entendemos la Palabra de Dios, y que “frente al necesario diálogo, no hay que perder de vista la identidad que no se basa en el propio diálogo –aunque importante en sí, hasta con los ateos- sino la que representa el `logos´ del evangelio de Juan”. José Grau es uno de los grandes teólogos españoles; y sin duda uno de los pensadores que han creado escuela en la España evangélica contemporánea. Además de su trayectoria como profesor y haber asumido diferentes cargos relevantes en el protestantismo español, ha sido un referente básico, con una gran inquietud por unir fe y cultura; no en vano fue un entusiasta de Francis Scheaffer. Uno de los campos donde es un auténtico experto es el del catolicismo romano, habiendo publicado varias conocidas obras al respecto dentro su amplia bibliografía (ver AQUÍ). La entrevista a Grau fue emitida en eMision.net (puede oírla AQUÍ - 3'8 MB). El ecumenismo, dice Grau es “un esfuerzo para conseguir la unidad de los cristianos”; y comenzó históricamente como un movimiento mundial a principios del siglo XX, por la necesidad de que las misiones internacionales de diferentes confesiones cristianas diesen un testimonio unido en el Tercer Mundo. Sin embargo, y analizando Juan 17:20-21 (donde Jesús ora para “que todos sean uno” en referencia a todos los que en El crean) Grau entiende que esta oración no es por una o varias instituciones u organismos, sino por las personas que creen en Jesús. “Y a la vez, Jesús exhorta a permanecer en la Palabra y las enseñanzas del Evangelio. Esta oración de Jesús tiene que ver más con las relaciones personales, y desde luego sin dejar de lado la doctrina sino todo lo contrario”. Aunque, dijo Grau, es importante que “la unidad es un hecho espiritual y no institucional”. ECUMENISMO EVANGÉLICO El teólogo español José Grau, en la entrevista, ha destacado que existen tres diferentes tipos de ecumenismo, encarnados en el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), la Iglesia católico-romana (ICR), y la Alianza Evangélica (entre otras). De estos tres, dice Grau, sólo el tercero se ajusta a lo que él entiende como auténtico ecumenismo. `El CMI pretende unir a toda costa antes que tener en cuenta la doctrina, frente a la Alianza Evangélica, que defiende la unidad pero no a toda costa´. Aunque, dijo Grau, es importante que “la unidad es un hecho espiritual y no institucional”. En cuanto al ecumenismo entre evangélicos, es un escándalo la división existente, sobre todo porque se basa generalmente en problemas personales de relación (rencillas, envidias) que de otro tipo. Por eso señaló Grau, la clave es el amor, aunque nunca se debe olvidar la doctrina, “porque el gran problema de nuestro siglo no es la unidad, sino la apostasía”. ECUMENISMO CATÓLICO-PROTESTANTE El diálogo católico-protestante debería ser sincero, y no entrar en un ecumenismo de integración sin antes tratar lo que nos diferencia. “De hecho, la Iglesia católico-romana entiende el ecumenismo como una vuelta a Roma, a reconocer su supremacía. Se necesita humildad para un verdadero diálogo. Para los evangélicos o protestantes el ecumenismo debe ser el encuentro en Cristo. A medida que nos acercamos más a El nos acercamos más unos a otros. Pero desde la perspectiva católica romana el ecumenismo es acercarnos todos a la iglesia de Roma, que es algo muy distinto”. Frente a la frase que defiende el ecumenismo católico-protestante de que “es más lo que nos une que lo que nos separa”, supone en opinión de Grau “una afirmación que no coincide con la realidad”. El gran problema es la conjunción “Y”, dice Grau, que añade la Iglesia católico-romana. Ellos dicen sí a la referencia de la Escritura… Y tradición Y magisterio. Afirman que sólo Cristo salva… Y la intercesión de los santos Y de María. Creen que somos salvos por fe… Y por obras. Esta conjunción Y es la que separa mucho más de lo que une, concluye Grau "sin que debamos embarcarnos en aventuras que son sueños más que realidades”, ya que “los dogmas de Trento de la infalibilidad pontificia, la asunción de la Virgen y demás dogmas sacramentalistas y autoritarios” las hacen imposibles. CMI – ICR Una de las principales organizaciones mundiales que pretende alcanzar la unidad de todos los cristianos es el Consejo Mundial de Iglesias (CMI), organizado en 1948. Integra a más de 400 iglesias. Su principal objetivo es «ofrecer un espacio donde las iglesias puedan exhortarse unas a otras a alcanzar la unidad visible en una sola fe y una sola comunión eucarística». Emite periódicamente declaraciones. La Iglesia Católica Romana, si bien mantiene ahora estrechos lazos con el CMI, no forma parte de él y nunca lo ha solicitado, aunque, como expresa el propio CMI «no hay ninguna razón constitucional que impida la afiliación de la ICR». Por un lado, «la concepción que la ICR tiene de sí misma ha sido una de las razones por las que no se ha afiliado» (ibíd.); por otro, desde que la ICR se sumó al movimiento ecuménico, ha preferido promover sus iniciativas ecuménicas particulares, ejerciendo el liderazgo en el mundo, en lugar de sumarse a los avances dados por las demás confesiones. EL CEC-KEK La Conferencia de Iglesias Europeas (CEC-KEK) es otra de las grandes instituciones ecuménicas que reúne a ortodoxos y protestantes desde 1959. En abril de 2001 esta institución firmó con el Consejo de las Conferencias Episcopales –católicas– de Europa la “Carta Ecuménica Europea”, que se autodefine como «norma vinculante» y que recoge «lo que puede y debe declararse oficialmente obligatorio». En mayor medida aún que los objetivos del CMI, los contenidos de la Carta coinciden básicamente con los documentos ecuménicos católicoromanos: se aspira a la «unidad visible de la Iglesia de Jesucristo en la única fe, fe que halla expresión en un bautismo recíprocamente reconocido y en la comunión eucarística», destacando por tanto la dimensión sacramental de la unidad.

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