30 años de Internet

Este invento ha cambiado el mundo. Depende de nosotros que sepamos usarlo para los mejores objetivos.

Redacción PD

12 DE MARZO DE 2019 · 19:50

Internet forma parte de nuestra vida diaria. / Gerd Altmann, Pixabay (CC0),
Internet forma parte de nuestra vida diaria. / Gerd Altmann, Pixabay (CC0)

No hay otro invento que haya cambiado el mundo de la misma forma en las últimas décadas. Internet surgió como un sistema de comunicaciones, pero su evolución y crecimiento lo ha convertido en algo prácticamente imprescindible. La forma en la que nos comunicamos, nos informamos, aprendemos, hacemos negocios, participamos en política… Todo esto y mucho más pasa hoy en día por la red.

Al igual que el resto de la sociedad, las iglesias evangélicas también han cambiado al ritmo -a veces algo más lento- que las nuevas tecnologías se han ido introduciendo en la vida cotidiana. Cada vez son más las iglesias y ministerios que tienen una web o presencia en las redes sociales, una presencia cuya importancia va en aumento como “escaparate” de lo que la iglesia es y cree ante la comunidad y el mundo. La Biblia ha saltado del papel a las pantallas, y las oportunidades para llevar el mensaje del evangelio a más personas de lo que nunca ha sido posible en otro momento de la historia es un aliciente para agradecer los adelantos técnicos de los últimos 30 años.

Por supuesto, Internet también ha servido para el mal. Algunos ejemplos serían la difusión y aumento de la pornografía, la explosión de las deudas por apuestas, las noticias falsas, o la dfusión de ideas destructivas como el yihadismo radical, por mencionar algunos. En la entrevista que hoy publicamos, Luis Marián aborda algunos de los retos que ha traído Internet a la vida familiar, y cómo es necesario aplicar principios y valores a nuestro uso de la tecnología.

Asomándonos al futuro inmediato, Internet empieza a estar tan presente en cada rincón que parece difícil escapar de su presencia. Las sospechas de control de todo lo que hacemos, dónde estamos, con quién nos relacionamos o qué consumimos por parte de grandes corporaciones o gobiernos despiertan un temor cada vez más justificado en la población. Incluso los inventores de Internet están advirtiendo de ese desarrollo negativo que puede producirse y ante el que como sociedad será necesario responder.

Podemos ver en Internet, por tanto, la huella de su creador: el ser humano, capaz de desarrollar inmensas iniciativas y utilizar su creatividad para beneficio de todos, y a la vez hacer daño al prójimo y al mundo que le rodea. Internet podría describirse bien con las palabras del Predicador en el Eclesiastés del Antiguo Testamento: “No hay nada nuevo debajo del sol”.

Conviene por ello aprovechar todo el buen potencial de Internet. El reformador Martín Lutero consideraba que la imprenta, el gran invento de su época, era “un regalo divino, el más grande, el último don de Dios”. ¿Podríamos decir lo mismo de Internet en nuestra época? Eso creemos. Tenemos en nuestras manos una herramienta aún mayor que la imprenta para el avance del evangelio en el mundo.

Un medio de comunicación como Protestante Digital, nacido en la era de Internet, quiere servir a este propósito. Nuestra visión es hacer periodismo responsable, comprometido con el evangelio y sus valores. Tenemos como misión alcanzar a las personas de habla castellana, siendo un punto de encuentro y diálogo, tendiendo puentes con quienes nos rodean. Queremos además servir a la iglesia con contenidos de actualidad relevantes y con una perspectiva cristiana, que ayuden a formarnos y estar preparados para dar razón de la esperanza que tenemos.

Estos son los valores que están en nuestra esencia y con los que queremos contribuir al avance del evangelio en este mundo hiperconectado, lleno de avances técnicos pero igual de necesitado de encontrar a Dios que en cualquier otra época.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - 30 años de Internet