Dios, presente en el Mundial

Las trabas comerciales y burocráticas se han dado de bruces ante una realidad no controlable: las expresiones de fe de los jugadores, los verdaderos protagonistas del Mundial.

Redacción PD

05 DE JULIO DE 2018 · 17:43

Yerri Mina, una de las estrellas del Mundial, ha hablado de su fe en Jesús. ,
Yerri Mina, una de las estrellas del Mundial, ha hablado de su fe en Jesús.

Es bien sabido que la FIFA ha prohibido a los futbolistas la difusión de cualquier mensaje escrito en los campos de fútbol. Ya no se permite que los jugadores puedan llevar, por ejemplo, una camiseta con una frase, algo que era muy habitual hace pocos años en los acontecimientos deportivos de mayor trascendencia.

En el recuerdo de muchos ha quedado la imagen de Kaká, estrella de Brasil y del Milan, celebrando de rodillas con el mensaje “Pertenezco a Jesús”. La decisión de la FIFA, sin embargo, no es una excepción. En esta sociedad hiperconectada, el control del mensaje en el espacio público empieza a ser una obsesión, tanto para aquellos que procuran sacar rédito comercial de cada segundo de exposición ante las cámaras, como para quienes pretenden que nada “políticamente incorrecto” se cuele inesperadamente.

Pero no se trata de algo que ocurra solo en la esfera del deporte. En política, si en algo parecen coincidir tanto los laicistas como los autoproclamados defensores del orden público es en que el mensaje cristiano debe quedar reducido al ámbito privado. Valgan de ejemplo las palabras del ahora presidente de España, Pedro Sánchez, referidas a la religión. O, en las antípodas políticas, un Vladimir Putin que ha aprobado una ley que no permite ningún tipo de acto evangelístico o difusión de literatura fuera de los templos. Ambos ejemplos muestran cómo se pretende mantener el control del mensaje en el espacio público, reservándolo para aquello que desde el poder se considere correcto o adecuado.

A causa de estas leyes restrictivas en Rusia, probablemente este sea el Mundial más cerrado a cualquier campaña de difusión de materiales cristianos. Sin embargo, todos estos intentos de control y silenciamiento, se han dado de bruces ante una realidad no controlable: las expresiones naturales de fe de parte de los jugadores, los verdaderos protagonistas del Mundial.

Desde que comenzó el campeonato, millones de telespectadores han podido ver al equipo panameño orando juntos al empezar y terminar sus partidos; al portero de Argentina decir que la oportunidad de debutar en el Mundial era un regalo “no del destino, sino de Dios”; a estrellas mundiales como Thiago Silva, Falcao o Cavani dando gracias a Dios; al fantástico Yerri Mina, una de las inesperadas estrellas del campeonato, alzar sus manos al cielo con cada uno de sus goles decisivos para Colombia, dando la gloria a Jesús… Y podríamos seguir, repasando tantas imágenes, tantas frases que luego se han compartido en las redes sociales llegando a millones de seguidores.

Lo que demuestran estos futbolistas es que no hay ley ni campaña que pueda silenciar la fe cristiana. Esta es una fe que se vive en comunidad y se proclama con naturalidad, y harían bien tanto laicistas como ultracensores en no poner trabas injustas.

Por otra parte, podemos ver con esperanza que este evento, al que millones de personas miran con tanta atención, Dios no estaba dispuesto a perdérselo. Él sigue presente, actuando en la vida de deportistas que son una referencia para el mundo actual, y sembrando a través de su testimonio y palabras que hay algo más importante que ganar o perder un partido, que es tener una verdadera relación con Dios.

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