68,5 millones de personas buscando refugio

El debate social y político que se ha generado en torno a la acogida del Aquarius palidece ante la situación que afrontan millones de familias en el mundo.

Redacción PD

20 DE JUNIO DE 2018 · 19:29

Familias venezolanas en el refugio Jardim Floresta en Boa Vista. / ©ACNUR, Reynesson Damasceno,
Familias venezolanas en el refugio Jardim Floresta en Boa Vista. / ©ACNUR, Reynesson Damasceno

El último informe “Tendencias” que acaba de publicar ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, muestra algunas cifras llamativas:

  • 68,5 millones de personas han sido expulsadas de sus hogares. De estos, 25,4 millones son refugiados: personas que han tenido que marcharse de su país. Supone un incremento respecto al año anterior de casi 3 millones de personas.
  • 16,2 millones de personas en el mundo son calificadas como nuevos desplazados, es decir, han tenido que salir de su hogar este último año.
  • Los solicitantes de asilo han aumentado en 300.000, siendo actualmente unas 3,1 millones de personas que esperan ser acogidos por algún país.
  • La única cifra que se ha reducido es la de desplazados internos, es decir, aquellos que han tenido que huir de su hogar, pero permanecen en su país. Sin embargo, el número sigue siendo inmenso: 40,3 millones, una cifra cercana a la población total de España.

Detrás de las cifras se encuentran historias de personas, familias enteras en busca de esperanza y posibilidades para poder desarrollarse, seguridad y un futuro. Muchos acuden buscando ese futuro a nuestra Europa. 

En su convocatoria a la oración por el Día del Refugiado, la Alianza Evangélica Mundial expresa que es un momento adecuado para “reflexionar sobre las implicaciones prácticas de las numerosas historias bíblicas donde las personas se desplazaban por la necesidad de refugio a causa de un conflicto, un desastre natural o por persecución, entre otros: Jacob, Moisés, David, Pedro, Juan e incluso nuestro Señor Jesús durante su infancia”.

El secretario general de la Alianza Evangélica Mundial, Efraim Tendero, expresa que “la llamada reiterada de Dios a lo largo de las Escrituras al cuidado de la viuda, el huérfano y el extraño, junto con la identificación del propio Jesús con el hambriento, el sediento y el forastero nos obliga hoy como creyentes a responder valiente y generosamente a los extranjeros que podamos conocer a las puertas de nuestra casa”.

Las puertas de nuestro país se han abierto hace unos días para el barco Aquarius, con 630 personas que huían de lugares de conflicto y situaciones de extrema pobreza y dificultad. A estos se le suman las más de 9.000 personas que este año han llegado a España por la ruta del Mediterráneo, siendo así el tercer país de entrada a Europa, por detrás de Italia y Grecia.

El problema migratorio no tiene una solución fácil ni inmediata, pero es necesario afrontarlo con madurez y sin dejarse llevar por colores políticos. Requiere la colaboración internacional, inversión en los países de origen, sistemas más rápidos para el asilo y planes para la integración del migrante en el país de acogida, atendiendo a los aspectos de seguridad y sostenibilidad que también entran en la ecuación. Todos estos aspectos, en mayor o menor medida, son deberes pendientes en Europa desde el inicio de esta crisis en 2015. 

Pero tanto las iglesias evangélicas como los cristianos podemos ser parte activa en la búsqueda de soluciones. Algo simple pero significativo, se puede dar en nuestro uso de las redes sociales donde podemos marcar la diferencia, dando difusión a las historias reales, y no dejándonos llevar por las mentiras que tanto circulan en la actualidad para sacar ventajas políticas.

Pensando en ello, les compartimos este artículo publicado ya hace dos años, pero que no ha perdido actualidad: Diez mitos sobre refugiados.

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