R/r: Reforma y realidad

Mirando las bases de la Reforma, tan celebrada este año, vemos que el bosque de la vida real llega a ocultar el camino de algunos aspectos básicos de la misma.

Redacción PD

08 DE DICIEMBRE DE 2017 · 13:00

,bosque, árboles

Se termina el periplo del quinto centenario de la Reforma iniciada por Martín Lutero aquel 31 de octubre de 1517. Muchos actos, muchas publicaciones… todos hemos recordado nuestras raíces históricas y espirituales en aquel movimiento que revolucionó Europa primero y el mundo después, redirigiendo la fe y la Iglesia a las cinco Solas del Evangelio de Cristo.

Y todos han querido (o hemos querido) de alguna forma apropiarnos de la memoria de lo ocurrido como parte nuestra.

Pero ahora que despertamos de este año de sueño histórico, volvemos a nuestra realidad, y esa realidad no ha cambiado por el simple hecho de estas conmemoraciones o celebraciones.

Y nos tememos que vuelven a surgir los mismos dilemas que de facto nos apartan de la misma idea de la Reforma protestante, que en definitiva fue reiniciar a la Iglesia y la sociedad en “modo Evangelio”.

Mirando las bases del inicio de la Reforma, tan celebrada este año, vemos que el bosque de la vida real llega a ocultar el camino de algunos aspectos básicos de la misma.

1.- Admitir la disidencia frente al pensamiento mayoritario o minoritario, y aceptar que hay diferentes cosmovisiones sobre el Evangelio.

2.- Entender que en estas diferencias algunas son secundarias y pueden convivir, y que otras son irreconciliables a la hora de caminar juntos.

3.- Que fruto de lo anterior, cada uno es responsable, en la libertad de su conciencia y a la luz del Evangelio, de elegir qué hacer, dónde estar y ser, y dónde no estar ni ser.

4.- Que asumir nuestra verdad es defenderla, argumentar de forma crítica lo que es contrario a esa verdad, y luchar por nuestro derecho a hacerlo.

5.- Que la Verdad existe y que cada cual somos responsables de buscarla y encontrarla, y que -aunque cada verdad personal nunca sea absoluta- lo que sí que es una mentira absoluta es que nadie tiene el derecho y el deber de defender la verdad que ha encontrado. Esa mentira absoluta se llama relativismo como idea totalitaria.

6.- Que la verdad es la verdad la diga Agamenón o la diga su porquero. Que seguimos la verdad y no a nuestros amigos. Podemos tener amigos adversarios. Pero nunca amigos a cambio de renunciar a la verdad.

7.- Que quien defienda la verdad no está exento de errar, ni de equivocarse en las formas. Lo hicieron de una forma u otra los reformadores, como cualquier gran personaje de la Biblia. Pero debemos juzgar con justo juicio, no en base a los defectos humanos ni en las apariencias y formas, sino por la verdad que se defiende.

Y eso es lo que haremos este año 2018 que se avecina. El año 501 después del inicio de la reforma. El año en el que cumplimos 15 años de existencia como Protestante Digital.

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