Atrapados por la pelea en Cataluña

A menudo tenemos que recordar la diferencia entre opinión e información, algo vital para cualquier medio que se considere serio y profesional, y por lo tanto con credibilidad.

Información, las noticias, es la aportación de hechos, datos, declaraciones de personas o entidades, reportajes sobre actividades o temas. En esta área el medio no opina, sólo refleja su “foto” de la realidad que contempla. Sin duda, el enfoque, temas de la foto y perspectiva no son objetivas, pero siempre es una foto.

Opinión es analizar, matizar, y en definitiva expresar una realidad pero desde la subjetividad. Es un "cuadro" impresionista. Son los blogs o artículos de nuestros colaboradores.

El medio nunca opina, salvo en el Editorial. Como este que están leyendo. En él nos posicionamos y reflexionamos más allá de la información en lo que creemos adecuado o necesario.

En este caso, lamentamos que (una vez más) se confunda la libertad de quienes se expresan en este medio con el propio medio.

En concreto, los artículos de Roberto Velert y Febe Jordà sobre la situación en Cataluña han motivado reacciones extremas, en ocasiones identificándoles como si fueran representativos de la postura de Protestante Digital; cuando nuestros colaboradores siempre lo hacen a título personal, y sin seguir directriz alguna de este medio.

Felizmente, sus opiniones han expresado dos posturas totalmente opuestas, a favor y en contra del independentismo en Cataluña. Eso no ha impedido que unos y otros nos hayan acusado de “españolistas” o “catalanistas”. A veces ser criticados por posturas contrarias es el mejor crédito.

Aclarado esto, vamos un paso más allá. Sin definirnos en un tema complejo y en el que es evidente que los creyentes se posicionan de forma variada, sí queremos afirmar que ambos autores (Roberto Velert y Febe Jordà) han expresado sus posturas con claridad pero con un inmenso respeto, que podríamos etiquetar como ejemplar en este sentido. Y que cada lector en la misma libertad puede discutir, contradecir o aceptar.

Pero ese respeto de Velert y Jordá a menudo no ha sido recíproco en un buen número de las opiniones que hemos recibido y conocido en las redes sociales respecto a estos dos artículos.

No es esto ningún problema porque lo asumimos (y ellos también), pero sí nos hace preguntarnos cómo personas que se definen como cristianas llegan a calificativos, insultos y agresividad verbal con los que llaman sus hermanos.

Sin duda también existen muchos que han opinado (y aún más que no han opinado) que se mueven en esa misma línea de respeto que los autores mencionados.

Es habitual que los que nos llamamos cristianos hablamos de amor y de respeto al diferente. Sería deseable que ese mensaje se plasmase en nuestra vida, especialmente en estos conflictos en que toda la sociedad se tensa, y nosotros con ella.

Si somos incapaces de marcar la diferencia en estas situaciones, muy pobre queda nuestro Evangelio. No el de Jesús. El nuestro.

Y gracias a Roberto Velert y Febe Jordà por atreverse a opinar, y haberlo hecho como lo han hecho.