NO al Escrache LGBTI al obispo de Solsona

Convertir en objeto de ira y caricatura a quien no piensa como yo sí que es una cultura del odio.

Redacción PD

29 DE MAYO DE 2017 · 20:00

,jaula, jardin

Es curioso que cuando más se acusa al pensamiento cristiano de fundamentalista y conservador, es precisamente en el momento en el que es el único políticamente incorrecto y capaz de enfrentarse al poder político y mediático por pura ideología y en favor de la libertad.

Se echa en cara a los cristianos, estén o no en política, que “quieran imponer su pensamiento al resto de la sociedad”. Sin embargo no hay más que mirar las leyes y la cultura de nuestra sociedad actual para ver que no es así. Y esto precisamente gracias a la democracia, surgida en gran parte gracias al impulso que surgió de la Reforma protestante que cumple ahora 500 años.

Una democracia que asegura libertad de expresión para todos. Al menos de los cristianos hacia los no-cristianos:

En París, los dibujantes cómicos de Charlie Hebdo antes de ser terriblemente asesinados por yihadistas tras sus caricaturas de Mahoma habían hecho todo tipo de burlas crueles al Dios de los cristianos, incluyendo caricaturas realmente pornográficas y soeces. Ningún cristiano les hizo un escrache. Y todos condenamos con el corazón dolido su asesinato injustificable.

“Calcúlese un Cristo ya macilento para dos personas. Se le extraen las alcayatas y se le separa de la cruz, que dejaremos aparte. Se desencostra con agua tibia y se seca cuidadosamente”. Es el cortometraje de Javier Krahe y Enrique Seseña en el que una voz en off va explicando paso a paso la receta para cocinar un cristo crucificado, aderezado con mantequilla y hierbas aromáticas. Tras meter la fuente de cristal dentro del horno, “se deja tres días y sale solo”, concluía. Fue difundido en Canal Plus en diciembre de 2004.

Fue denunciado (algo que no compartimos como forma de respuesta) por ofensa a los sentimientos religiosos, y absuelto por su derecho a la libertad de expresión.

En España, una “Drag Queen” representó en los Carnavales de Las Palmas de 2017 a Jesús crucificado. Tras el escándalo declaró que “no pretendía ofender” y se aceptó o al menos se respetó.

Ahora, el obispo católico de Solsona, Xavier Novell, acaba de ser abucheado este domingo por un centenar de personas que se reunieron a las puertas de la iglesia parroquial de Santa María de l’Alba en Tàrrega (Lleida) convocados por colectivos LGTBI que acusaban al obispo por las referencias que hizo sobre la homosexualidad en la homilía de la pasada semana.

Novell había dicho que uno de los motivos detrás de la homosexualidad es “que en la cultura occidental la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada”.

Tenga o no razón, es una opinión que como toda postura debe ser respetada. Nada hay de agresión ni de rechazo en sus palabras. Es una explicación que puede ser acertada o equivocada, pero en ningún caso silenciada. Y menos con un acoso personal y -seguro que así ocurre- mediático.

Convertir en objeto de ira y caricatura a quien no piensa como yo sí que es una cultura del odio. Y ese odio es el que se ejerce detrás de las actuales Leyes por la tolerancia LGBTI.

  • Callar al que disiente.
  • Acusar al que contradice.
  • Amordazar al que cuestiona.
  • Llamar odio a no aprobar un estilo de vida.
  • En definitiva cambiar la libertad de expresión por el "derecho a coacción"

Terminamos con esta frase de Jaume Llenas, Secretario general de la Alianza Evangélica Española:

Como evangélicos nos preocupa seriamente el acoso sufrido por el obispo Xavier Novell como consecuencia de la simple expresión de ideas. Es lícito discrepar ideológicamente y esa discrepancia debe alimentar un debate de ideas lleno de argumentos por ambas partes. Pero cuando el debate se sustituye por la coacción y cuando las autoridades que fueron elegidas para velar para que la plaza pública fuera un espacio para que la libre concurrencia de ideas se produzca en igualdad de condiciones, creemos que lo que está en riesgo son Derechos Fundamentales de todos. La justicia no se mide por la situación de los que están en la corriente mayoritaria, sino porque la de aquellos que están en minoría tengan reconocidos también sus derechos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - NO al Escrache LGBTI al obispo de Solsona