España, atada al pasado

Nos ceñiremos sólo a la esfera del poder político en tres aspectos: los impedimentos raciales y a la mujer, y la confesionalidad católica.

Redacción PD

27 DE JULIO DE 2016 · 21:00

,cadenas, eslabones

En general tendemos a hablar del progresismo que vive España apoyados en determinadas leyes, o vagas ideas de tolerancia y pluralidad.

Sin embargo, los hechos son muy distintos, y nos ceñiremos sólo a la esfera del poder político en tres aspectos: los impedimentos raciales y a la mujer, y la confesionalidad católica.

El primero: es impensable que en España alguien de una raza “no pura” llegue a un puesto de poder relevante. Hablamos de hijos y nietos de inmigrantes (latinos, árabes, ect.) y ciudadanos de etnia gitana.

Quizás hasta les suene a locura esa idea, pero en Reino Unido el laborista Sadiq Khan, hijo de un matrimonio paquistaní que se instaló en un suburbio en el sur de Londres en los años 60, es el nuevo alcalde de la capital británica.

¿Es posible que con un hijo de inmigrantes ocurra esto en una gran ciudad española, o en un puesto relevante de un partido político? En absoluto a día de hoy.

Lo mismo ocurre con el pueblo gitano español. Alguno de sus miembros ha sido puesto en la fachada de algún partido, pero sin peso político real.

Hablamos en segundo lugar del papel de la mujer, y es cierto que bastante se ha avanzado (¡faltaría más!).

Pero estamos muy lejos no ya de una Presidenta de Gobierno (como sí ha ocurrido en Alemania o Inglaterra, por ejemplo), sino simplemente de una candidata con posibilidades auténticas de serlo, como ocurre con la demócrata Hillary Clinton en EE.UU.

Y ya en tercer y último lugar, el tema confesional. Es para llorar. Se podrá echar la culpa a las propias confesiones, pero cuando ningún cargo relevante en ningún partido es de otra confesión distinta a la católica, es para pensar que algo está pasando.

Y decimos “distinta confesión” porque agnósticos, ateos y mediopensionistas están permitidos, al no ser de “otra religión”.

Y volvemos a poner algunos pocos ejemplos fuera de España. En la protestante EE.UU. fue elegido Presidente el católico Kennedy. El mencionado alcalde de Londres (Sadiq Khan) es musulmán. El católico John Gummer fue ministro en el gabinete de Margaret Thatcher y John Major.

Y en la “protestante” Alemania existen no ya sólo políticos de peso en varios partidos (la propia Unión Demócrata Cristiana –CDU- de Merkel es dominada por dirigentes católicos), sino que el partido Unión Social-Cristiana (CSU) en términos ideológicos representa ideas más conservadoras que la CDU y una conexión más estrecha con los valores de la Iglesia católica, mayoritaria en la región.

Así pues ¿en qué es progresista España? ¿en qué se ha facilitado el acceso a los ciudadanos hijos de inmigrantes, al pueblo gitano, a la mujer, a ciudadanos de confesión distinta a la católica? Ustedes mismos.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Editorial - España, atada al pasado