Matishayu, si ves sus barbas cortar…

Pon las tuyas a remojar (refrán castellano).

23 DE AGOSTO DE 2015 · 21:00

Una foto de archivo de Matisyahu,Matisyahu, cantante judío
Una foto de archivo de Matisyahu

Matishayu, el cantante norteamericano de religión judía cantó en el Festival de Benicàssim y no pasó absolutamente nada.

Del anunciado boicoteo no participó el público (salvo una pequeñísima minoría rápidamente silenciada), y tampoco el resto de participantes salvo un grupo musical (cuando se temía un abandono de muchos cantantes y conjuntos).

Triunfó no sólo el sentido común, sino el derecho a la libertad de expresión y de conciencia, no expulsando a un cantante simplemente porque se le obligaba a declararse políticamente a favor de una línea de pensamiento determinada (declararse públicamente defensor de un Estado palestino).

Sin embargo, esto fue posible porque la Federación judía internacional y española (y otras entidades), la nación de Israel, la embajada de Estados Unidos y casi todos los representantes de partidos políticos españoles condenaron esta exclusión por no pertenecer al “movimiento políticamente correcto”. También casi todos los medios de comunicación (incluyendo Protestante Digital).

Pero la exclusión se había ya producido ante las amenazas de boicot de público y participantes, y sólo ante esta presión desde múltiples frentes los organizadores del festival dieron marcha atrás.

Conclusión: si no hubiesen existido las manifestaciones masivas en contra de la exclusión de Matishayu, no habría participado, sólo porque una minoría no lo quería. Eso sí, con la apariencia de ser una gran mayoría, y/o la capacidad de hacer mucho ruido y lograr que los molinos pareciesen gigantes.

Es una muestra de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad. En aras de determinados posicionamientos ideológicos de una minoría poderosa (o que al menos lo aparenta) se está excluyendo a una mayoría de los ciudadanos de participar con voz propia en el “festival” de la vida pública.

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