Caín ha vuelto a matar en París

Un atentado que alcanza –en menor grado- proporciones que recuerdan los del 11S. 11M y 11J. Porque es un golpe brutal en la casa de la democracia

PARÍS · 07 DE ENERO DE 2015 · 20:15

Impacto de bala en una ventana de la redacción de 'Charlie Hebdo' / BBC, Reuters,Charlie Hebdo, París
Impacto de bala en una ventana de la redacción de 'Charlie Hebdo' / BBC, Reuters

Se atribuye a Voltaire la frase “Proclamo en voz alta la libertad de pensamiento y muera el que no piense como yo”.

Sea suya o no, esta idea sin duda refleja el concepto de libertad de cualquier integrismo radical y fanático, como el que acaba de ocurrir con el brutal asesinato cometido en la redacción del semanario satírico 'Charlie Hebdo'

Francia ha sufrido el mediodía de este miércoles el atentado más grave de los últimos 40 años. Tres terroristas con armas automáticas irrumpieron con gritos a favor de Alá y Mahoma en la redacción disparando contra los que allí estaban, matando a 12 personas y dejando otras 11 heridas. La revista había publicado en 2006 unas caricaturas de Mahoma y tiene una gran tradición crítica y reivindicativa.

Sin duda la razón de la fuerza es condenable, siendo sólo válida la fuerza de la razón.

Pero cuando la fuerza se convierte en violencia y ésta acaba de manera premeditada con la vida de una persona por expresar sus ideas, es la mayor de las lacras de nuestra sociedad.

Una violencia que estamos viviendo de manera continua y terrible en países de mayoría islámica en contra de los cristianos, como acaba de publicar la “Lista de Vigilancia Mundial” (World Watch List) de Puertas Abiertas. Dicho sea de paso, con escasa repercusión en los medios de comunicación.

Ahora esa misma violencia del fanatismo islámico estalla en la tragedia de París. Un atentado que alcanza –en menor grado- proporciones que recuerdan los atentados del 11S. 11M y 11J de Nueva York, Madrid y Londres. Porque es un golpe brutal en la casa de la democracia. En este caso con el odio acumulado de hechos sucedidos hace nueve años.

Violencia, fanatismo y odio contra la libertad de expresión, contra la crítica al islam radical que este suceso sólo sirve para reforzar: la imagen de un fundamentalismo islámico que mata a quien se atreve a expresar que no piensa como él. Dicho sea de paso, claramente condenado por representantes del islam moderado.

Es algo no sólo preocupante y condenable, sino que debe llevar a una seria reflexión sobre el conflicto global que se está viviendo en Occidente. Algo que se refleja en Holanda, donde las leyes que han querido favorecer el multiculturalismo ha llevado al crecimiento de un gueto islámico donde ha crecido en su interior el integrismo islámico violento, y que está llevando a cambiar las leyes.

Caín ha vuelto a matar. Y nosotros sí debemos ser guardianes de nuestros hermanos.

 

Caín ha vuelto a matar en París

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