Felipe VI, rey del pueblo español

Según Zarzuela por expreso deseo del nuevo Rey, no habrá ningún acto católico oficial, ni símbolo religioso, en la proclamación del nuevo monarca.

17 DE JUNIO DE 2014 · 22:00

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La imagen de los Reyes entrando bajo palio en una iglesia católica para asistir a una misa con motivo de su proclamación se pudo ver hace 39 años con Juan Carlos I, pero no ha vuelto a repetirse con Felipe VI este 19 de junio en Madrid. Ni siquiera hubo símbolos religiosos cuando el nuevo Rey de España juró su cargo en el Congreso. Según Zarzuela por expreso deseo de Felipe. Habrá quien vea pegas, considere cuestiones de República y Monarquía. Pero rebajar la importancia de este hecho supone a nuestro juicio querer ver la botella medio vacía en lugar de aceptar que está medio llena, cuando nunca algo semejante se había producido en nuestra Historia. Supone sin duda un cambio radical, un deseo de mostrar una monarquía que (al margen de las legítimas creencias personales de Felipe VI) desempeñe su cargo como Rey de todos los españoles. Un Rey del pueblo. Baste recordar mirando atrás que en esta España nuestra del Dr. Jekyll de la Constitución aconfesional siempre ha surgido de la oscuridad diaria el Mr. Hyde de un Estado católico confesional y supraconstitucional. Habrá quien diga que es sólo un gesto, pero es un gesto que por ejemplo ningún Gobierno democrático español ha tenido en nuestra historia contemporánea, donde siempre han estado presente en las tomas de posesión el crucifijo, así como una Biblia. Y en esto incluimos a los Gobiernos socialistas. Es por ello un gesto que supone lo mismo que a un paralítico mover un dedo, que va mucho más allá del símbolo para convertirse en anuncio de algo impensable; máxime si consideramos que en España los Reyes, por definición, siempre han sido Reyes católicos (Sofía tuvo que abandonar su fe como cristiana ortodoxa y hacerse católica para poder ser Reina de España). Sin duda habrá quien lo vea insuficiente, ponga pegas o clame por otras cuestiones. Pero consideramos que es una postura valiente, coherente con el deseo de una Monarquía moderna y respetuosa con todas las creencias por igual (incluyendo por supuesto a católicos y agnósticos, además del resto de confesiones). Así pues, como toda persona que asume responsabilidades importantes, le quedan muchos desafíos por delante, cuestiones que debe resolver. Pero pensamos que este primer gesto es un paso fundamental que abre la esperanza en medio de la difícil situación en que inicia su Gobierno Felipe VI. Que Dios le de sabiduría, corazón sensible, y valentía para tomar decisiones acordes a este inicio que entendemos que muestra un deseo y propósito de renovar y modernizar en la dirección adecuada la institución que representa.

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