Una mariposa vuela en España, un terremoto sacude Bangladesh

Esta afirmación (el famoso "efecto mariposa"), aunque parezca imposible, se corresponde con la realidad.

26 DE MAYO DE 2013 · 22:00

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Un excelente reportaje el de Vanesa Moreno sobre “Cómo la tragedia en Bangladesh nos afecta a todos” en este diario. Sin duda debe hacernos reflexionar primero, y actuar después. Porque en definitiva lo que esta noticia-reportaje señala es que nosotros somos parte de los responsables de que más de mil personas muriesen en aquél edificio insalubre, lleno de empleados semi-esclavos. ¿Por qué? Porque esos “trabajadores” eran explotados a cambio de ganar un euro diario, con el fin de que nosotros podamos “vestir bien” a un precio “razonable” que nos deje dinero para nuestros pequeños o grandes caprichos. Mirar para otro lado no es la solución, salvo que llamemos solución a lavarnos las manos, como el denostado Pilato. Porque un día Jesús dirá “cuando permitisteis que explotasen a uno de estos mis pequeños, a mí me estaban explotando”. ¿Deseas consentir que la imagen de Dios en millones de seres humanos sea explotada? Sí, millones, no exageramos. El negocio global hace estos números para que las cuentas y el consumismo siga adelante. Si nos manifestamos por el derecho a la vida de los que no han nacido, aunque las leyes no estén a nuestro alcance directo, ¿cómo no vamos a hacerlo por aquellos que ya han nacido y que están en situaciones precarias mientras nosotros mismos empujamos la rueda que les mantiene encadenados a nuestro estilo de vida consumista? Porque hay solución y caminos para actuar. Escribe Vanesa Moreno “la solución no está en dejar de comprar. Esta decisión provocaría que las empresas cerraran sus fábricas y miles de personas podrían quedarse en la calle. Aunque es difícil de imaginar, dejaríamos a cientos de personas en aún peores condiciones.” Una forma de colaborar sin duda es orar. Pero (¡ora et labora!) también invertir en artículos que sepamos que hayan sido producidos en condiciones justas y éticas. ¡Qué menos que usar el comercio justo! Algo ya accesible en ropa y en alimentos, como el cacao (en cuanto al vestido pueden informarse en lapágina web de Avaaz.org.y en la plataforma de comercio justo Tread as one) Y sin duda, ser sensibles a esta realidad, porque no todos podemos hacer lo mismo, ni lograrlo todo. Pero entre muchos, cada uno de nosotros, es posible que, cada cual en su lugar, alcancemos metas que ahora mismo ni siquiera imaginamos. Quizás mejorar o salvar una vida, o dos, o tres, o… ¡No lo olvides! En tus posibilidades, en tu lugar, ¡actúa!

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