El Diario vasco resalta el testimonio protestante en San Sebastián

Esta conocida publicación, una de las principales en el País vasco, cita como ejemplar una noticia de Protestante Digital sobre la amistad entre un guardia civil y un miembro del entorno de la kale borroka en una iglesia evangélica. Lo podemos leer concretamente en un artículo de Javier Elzo, titulado “Tres relatos de reconciliación y una reflexión” que fue publicado este pasado sábado 8-11-2011. Comienza Elzo relatando “Dos desconocidos se sentaban cara a cara el 25 de mayo pasado. Uno era víctima del terrorismo cuyo padre fue asesinado por ETA en 1980. El otro, un preso con delitos de sangre que llegó a la conclusión de que la violencia no tiene sentido y se había apartado de ETA. El primero quería saber por qué la persona que tenía enfrente había sido un terrorista, por qué había matado (no a su padre) y cómo podía vivir con ello. El segundo quería, sobre todo, pedir perdón. (En El País 25/09/2011)”. También textualmente expone luego: “El segundo relato lo tomo de la web Protestante Digital de 18/09/2011. ¿Es posible que un Guardia Civil pueda compartir mesa y conversación con familiares de presos de ETA? Según el pastor de la iglesia evangélica del barrio de Amara en Donosti, Jaime Ardiaca, sí es posible «con un poder mayor que el de las armas o el de la política». El poder de la reconciliación y perdón, el del amor y respeto mutuo que cada domingo comparten personas de distintos contextos, con algo que les une: su fe en Jesús”. El tercer relato tiene que ver con el conflicto de Irlanda del Norte. La reflexión final, con la necesidad de arrepentimiento, perdón y tratar bien a quien nos ha hecho mal. Al margen del propio artículo, que creemos acertado en la reflexión en torno a lo que puede ser el camino hacia la paz en el País vasco, queremos en primer lugar agradecer públicamente a Javier Elzo su reseña, ya que indica saber recoger lo importante de los valores y mensajes vengan de donde vengan, incluso de un colectivo que ha sido históricamente marginado y prejuiciado en España en lo cultural y lo social. Su propio gesto tiene mucho de la claridad de mente y corazón de quien vive el camino de la paz normalizada con todos. Y lo segundo es constatar algo que nos ocurre de manera periódica pero constante: que en el trabajo cotidiano de este diario por reflejar la realidad del protestantismo a nuestra sociedad, vamos avanzando más allá de lo que vemos. Porque esta reseña en El Diario vasco significa que -por encima de los buenos números de visitas- hay personas que nos leen más allá de nuestra capilla. Y que esa lectura se hace desde el interés, la comprensión y la valoración de lo que aportamos como colectivo a nuestra sociedad. Y que todo ello tiene el fruto final de comenzar a lograr una convivencia digna; porque el foro de los medios de comunicación es el moderno Areópago donde se encuentran las ideas y las personas. Sin duda queda mucho camino, pero es importante que sepamos conocer y valorar esta faceta ya visible que es resultado de todos y cada uno de quienes trabajamos en este diario, para que la invisible que existe y crece llegue a la realidad madura de un testimonio visible común y llena de fuerza.