El adoquín

Pero, ¡alto!, ¡alguien pretende pasar un adoquín!

14 DE NOVIEMBRE DE 2019 · 21:20

Foto: Pixabay (CC0),
Foto: Pixabay (CC0)

Antes de acceder al plató televisivo donde se celebraría el debate político electoral, los líderes de los diferentes partidos pasaron sus pertenencias por el escáner de seguridad.

Era una precaución innecesaria para quienes un día gobernarían el país, pero el protocolo lo exigía.

Pero, ¡alto!, ¡alguien pretende pasar un adoquín!

El propietario del pedrusco se deshizo en explicaciones dando a entender que su finalidad era meramente ilustrativa de su programa electoral. Que lo considerasen, no pretendía lanzarlo contra nadie, ni mucho menos.

El guardia de seguridad hizo honor a su función y lo condujo a un despacho aparte. Solicitó a la Unidad de Precrimen todos los datos personales del sujeto incluso médicos.

Fue entonces cuando el guardia se apuntó un tanto: el historial del candidato registraba algún proceso delirante vivido en su pasado. Saltaron todas las alarmas y actuaron de inmediato contra la potencial impredecibilidad del sujeto.

Rápidamente lo condujeron esposado a un furgón con destino al psiquiátrico más cercano.

La sociedad perdió aquel día un líder para gobernar el país, pero ganó en seguridad.

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