Lutero y Calvino, 500 años después (II)

Al impulso inicial de Martín Lutero, Ulrich Zwinglio y Thomas Müntzer le siguió una especie de “segunda ola” que encarnarían Juan Calvino y otros dirigentes afines a él. 

01 DE NOVIEMBRE DE 2019 · 17:00

Ediciones de Clie sobre Juan Calvino. ,
Ediciones de Clie sobre Juan Calvino.

Los que sólo consideran a Calvino como teólogo no conocen bien la extensión de su genio. La redacción de nuestros sabios edictos, en la cual tuvo mucha parte, le hace tanto honor como su institución. Cualquiera que sea la revolución que el tiempo pueda introducir en nuestro culto, mientras el amor por la patria y por la libertad no se extinga entre nosotros, la memoria de este grande hombre no cesará de ser bendecida.

J.J. Rousseau, El contrato social

Los estudios sobre la Reforma Protestante, como todos los temas de relevancia general, siguen su curso de manera imparable. Las nuevas obras sobre ella proceden de todos los enfoques habidos y por haber, a fin de dar cuenta de la importancia que tuvieron los diversos movimientos religiosos que la integraron y que hoy reclaman interpretaciones desde todos los enfoques posibles. Al impulso inicial de Martín Lutero, Ulrich Zwinglio y Thomas Müntzer, además del resto de manifestaciones reformistas por toda Europa, le siguió una especie de “segunda ola” que encarnarían Juan Calvino y otros dirigentes afines a él, la mayoría, aun cuando la variedad de doctrinas y prácticas produjo un campo difícilmente abarcable desde una sola mirada. El caso del reformador francés, cuyo primer biógrafo fue Teodoro de Beza, su sucesor en Ginebra, es aleccionador si se considera el trabajo realizado por el Centro Meeter de la Universidad Calvino (antes, Colegio), de Grand Rapids, Michigan. Este centro publica, anualmente, una amplia recopilación de las publicaciones sobre Calvino en prácticamente todos los idiomas, la “Calvin Bibliography”, que se actualiza continuamente (desde 1960), además de una gran base de datos y una colección de textos calvinianos disponible en línea.

Una labor similar lleva a cabo la Facultad de Teología de la Universidad de Ginebra, la cual, aun cuando no se ocupa solamente de Calvino, ha puesto al alcance del gran público, en su sitio de internet, la totalidad de sus obras (Joannis Calvini opera quae supersunt omnia) tal como fueron editadas, entre y 1863 y 1900, por Edouard Cunitz, Johann-Wilhelm Baum y Eduard Wilhelm Eugen Reuss, en el Corpus Reformatorum, la magna concentración de publicaciones de los reformadores. Allí se pueden consultar y descargar los 59 volúmenes que abarcan tratados, sermones, cartas, comentarios y estudios bíblicos. Asimismo, esta institución ha colocado ediciones originales en francés, tales como la Institución de la religión cristiana, comentarios del Nuevo Testamento y de los Salmos, además de una galería de retratos y enlaces con otros sitios parecidos.

 

Rubén Rosario Rodríguez.

La edición modificada de la antología de textos sobre el reformador Juan Calvino que lanzó hace algunas semanas la editorial CLIE vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre este personaje emblemático del siglo XVI, quien siguió las huellas de Martín Lutero y junto con él le dieron un rostro a la gran revuelta religiosa que cambió el rostro de la cristiandad para siempre. Aparecido originalmente como Juan Calvino: su vida y obra a 500 años de su nacimiento en ocasión de los 500 años del nacimiento del autor de la Epístola al cardenal Sadoleto, este volumen incluye ahora, bajo el título Antología de Calvino: legado y trascendencia, tres nuevos textos, además de los que se han conservado y que comentaremos a continuación.

Dividida en ocho secciones y un epílogo, los autores/as incluidos son: en los “Aspectos introductorios”, Eberhard Busch (último asistente de Karl Barth), Salatiel Palomino López, Mariano Ávila Arteaga (ambos mexicanos) y Alexandre Ganoczy, reconocido autor húngaro-francés y especialista católico en la obra de Calvino. En “Biografía”: Denis Crouzet (autor de un importante libro traducido al castellano), Ganoczy, Lucien Febvre (un texto clásico), el historiador de la Reforma Émile Leonard, acerca de Calvino como “fundador de una civilización”, William J. Petersen (sobre el extraño romance con Idelette de Bure) e Irena Backus (fallecida recientemente), en torno a las mujeres alrededor delreformador: su esposa y Marie Dentière, interlocutora teológica esta última. En “Panoramas generales” se incluye al filósofo Wilhelm Dilthey (sobre la Institución), el teólogo estadunidense John H. Leith (“Fe y tradición”), José Luis L. Aranguren (con su visión personal sobre “Calvino y el calvinismo contemporáneo”), la alemana Uta Ranke-Heinemann, conversa al catolicismo (“El deseo de Calvino”), y el biógrafo Bernard Cottret, quien responde una pregunta inquietante: “¿Calvino fue calvinista?”.

En Institución de la Religión Cristiana, teología y exégesis aparecen: B. Foster Stockwell (antiguo profesor de la Facultad Teológica Evangélica, de Buenos Aires) con su Historia literaria de la Institución, Ranke-Heinemann y La doble predestinación de Calvino, Alberto F. Roldán acera del libre albedrío y el biblista mexicano Alfredo Tepox Varela sobre Calvino como exegeta de la Reforma. La ética calvinista lo integran Jürgen Moltmann, André Biéler (un texto extraído de El humanismo social de Calvino), Karl Barth, El gobierno y la política, el politólogo estadunidense Michael Walzer con un fragmento de su estudio clásico La revolución de los santos, y la estudiosa española Marta García-Alonso, profesora de la Universidad Estatal a Distancia, con La teología política de Calvino, avance de su tesis doctoral, uno de los textos añadidos para esta reedición.

 

Marta García Alfonso.

Sobre Servet y las reformas radicales, sección obligada para lectores en castellano: la mexicana Esperanza Plata García, el infaltable especialista Ángel Alcalá, con fragmentos de su Introducción a Treinta cartas para Calvino y de George Williams, Calvino y la Reforma radical, capítulo completo de La Reforma Radical, un clásico instantáneo publicado en México en 1983. "Ámbitos de influencia" recoge, del colombiano-mexicano Aristómeno Porras, Calvino y la cultura occidental, de J.C. Coetzee, sobre la educación, del sociólogo marxista austriaco-alemán Leo Kofler, La función social del calvinismo, una de las grandes novedades debido a su análisis crítico y sin concesiones, Rosa Regàs, una visión actual de la presencia de Calvino en Ginebra, y del antropólogo francés Roger Bastide, otro autor reconocido, acerca del calvinismo y su relación con el racismo, texto agregado también.

Finalmente, en “Otros contextos” aparecen: el teólogo francés de “la muerte de Dios”, Gabriel Vahanian, precisa,mente sobre ese tema controversial, Francis Fukuyama, con una crítica a Weber, a 100 años de la publicación de La ética protestante, el expresidente colombiano liberal Alfonso López Michelsen, con el nuevo prólogo a La estirpe calvinista de  nuestras instituciones políticas, el pastor presbiteriano canadiense Allan L. Farris y su acercamiento a los antecedentes de una teología de liberación en la herencia calvinista, y el teólogo puertorriqueño Rubén Rosario Rodríguez con un apasionado ensayo sobre la herencia de la tradición reformada en América Latina. El epílogo es un texto casi ocasional, pero muy creativo del escritor chileno Omar Pérez Santiago, El Evangelio según San Borges, que sondea en las relaciones ocultas entre el reformador y el gran autor argentino.

 

Eberhard Busch.

Como se puede apreciar en este rápido recuento, la antología no buscó ser una apología confesional del personaje y su tradición sino, más bien, un panorama, lo más amplio posible, de las diversas reacciones que ha suscitado el polémico dirigente de la iglesia reformada de Ginebra hasta su muerte en 1564. Ciertamente se incluyeron autores afines a su legado doctrinal, pero no se dejaron de lado posturas sumamente críticas sobre su pensamiento y su actuación. Es el caso de Uta Ranke-Heinemann, quien, desde su sólida visión filosófica y teológica, no escatima agudos señalamientos sobre algunos énfasis calvinianos. Lo mismo puede decirse de alguien como Aranguren con sus comentarios sobre la influencia del reformador en los pensadores cristianos de la primera mitad del siglo XX.

En los 502 años de la Reforma Protestante, con todas sus variantes y posibilidades, bien vale la pena dedicar tiempo a revisitar las grandes figuras y nombres a fin de ponderar antiguas y nuevas interpretaciones, relativizar creencias cuyo peso era mayor en otras épocas, pero, sobre todo, poner al día los viejos debates acerca de ese periodo de la historia del cristianismo que sigue influyendo, para bien o para mal, en el devenir de nuestro mundo siempre conflictivo. Conmemorar este acontecimiento debe tener muchos matices, acaso porque esa influencia está presente, y en ocasiones muy viva, en muchas de las decisiones de ciertos sectores que lo reivindican y que, según afirman, actualiza su legado en nuestro tiempo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Ginebra viva - Lutero y Calvino, 500 años después (II)