Teodoro de Beza: religión y política en la segunda mitad del siglo XVI (I)

Su figura siempre ha sido vista desde una perspectiva bastante discreta, a pesar de que durante los años encabezó los desarrollos eclesiales, doctrinales y socio-políticos de las reformas protestantes y debió tratar con la inmensa mayoría de líderes evangélicos de esa época mediante una amplia correspondencia.

11 DE OCTUBRE DE 2019 · 07:30

Cartel de la Asamble del desierto en homenaje a Teodoro de Beza.,
Cartel de la Asamble del desierto en homenaje a Teodoro de Beza.

A menudo se nos pregunta si está permitido levantarse contra aquellos que son enemigos no solo de la religión sino también del reino. [1]

Teodoro de Beza, carta a H. Bullinger, septiembre de 1559

La editorial Trotta ha anunciado la inminente aparición del volumen Del derecho de los magistrados sobre sus súbditos, del teólogo reformado francés Teodoro de Beza, en traducción de Manuela Águeda García-Garrido, con introducción y notas de Rocío G. Sumillera, profesora de la Universidad de Granada. Junto con Pablo Toribio, Sumiller es autora de un texto sobre la relación entre Beza y el reformador John Knox: Intercambios epistolares entre John Knox y Teodoro de Beza: la consolidación del eje calvinista Escocia-Ginebra (Erebea. Revista de Humanidades y Ciencias Sociales,núm. 7, 2017, pp. 127-152). La publicación de Trotta coincide con los 500 años del nacimiento de Beza, el 24 de junio de 1519, en Vézelay, provincia de Borgoña. Poeta, filólogo, pedagogo, teólogo y dirigente eclesiástico, su estatua forma parte del Monumento Internacional de la Reforma Protestante en Ginebra, ciudad en la que colaboró con Juan Calvino, y a quien sucedió al frente de la iglesia local (fue, además, su primer biógrafo, en 1564, el año de su muerte, y primer rector de la Academia de Ginebra), además de hacerse cargo de la conducción moral y espiritual de las iglesias reformadas europeas, casi de la misma manera que su antecesor. Su figura siempre ha sido vista desde una perspectiva bastante discreta, a pesar de que, durante los años que ejerció esas responsabilidades (poco más de 30, pues falleció el 13 de octubre de 1605), encabezó los desarrollos eclesiales, doctrinales y socio-políticos de esa vertiente de las reformas protestantes y debió tratar con la inmensa mayoría de líderes evangélicos de esa época mediante una amplia correspondencia.

Diversas instituciones han realizado eventos conmemorativos del 500º aniversario del nacimiento de Beza. En la Asamblea del Desierto, retiro anual de los protestantes franceses, se le rindió homenaje bajo el lema “Au souffle de Théodore de Bèze” (Al soplo de Teodoro de Beza). Una nota sobre esta actividad señaló: “El poeta humanista, convertido a la fe reformada alrededor de 1548, exegeta del Nuevo Testamento y teólogo, jurista y político, de hecho, y en muchas ocasiones, ‘ha dado aliento a los protestantes en peligro en el reino, constituyendo por escrito un stock de imágenes e historia”. Las alocuciones presentadas fueron las de Vincens Hubac, pastor de la Iglesia Protestante Unida de Francia (IPUF), Pierre-Olivier Léchot, decano del Instituto Protestante de Teología de París, Olivier Millet, profesor de literatura francesa en la Sorbona, con un mensaje final de la pastora Emmanuelle Seyboldt, presidenta del consejo nacional de la IPUF.

 

Retrato de Teodoro de Beza.

El Museo Internacional de la Reforma, de Ginebra, por su parte, anunció la exposición temporal hasta el 27 de octubre, denominada Visages de Théodore de Bèze (Rostros de T. de Beza) que presenta 36 obras representativas de las varias facetas de la personalidad del sucesor de Calvino. La nota de Benjamin Chaix en La Tribune de Geneve al respecto, afirma: “La renombrada especialista ginebrina Béatrice Nicollier es la curadora de la exposición que acaba de abrir en el Museo Internacional de la Reforma (MIR). Con la ayuda de Samantha Reichenbach y la escenógrafa Raphaèle Gygi, transformó la gran sala de estar con vistas al patio de Saint-Pierre en un museo. En gris y azul, el espacio se divide en cuatro secciones, dedicadas a los cuatro rostros del pastor y profesor” (1519-2019: bon anniversaire Théodore de Bèze!, 12 de diciembre de 2018).

En 1528, a los 10 años, Beza llegó a la casa del humanista Melchior Volmar (1497-1561, maestro de Calvino en otra época), en Orleans, quien lo educó y lo llevó a Bourges en 1530. En su infancia se convirtió a la fe evangélica, aunque sólo después de una grave enfermedad se inclinó totalmente a la Reforma. Tras la emigración de Vollmar, Beza estudió derecho en Orleans (1535-1539) y cursó después estudios humanísticos en París. Fue profesor de griego durante 10 años en la academia de Lausana en Suiza, donde escribió tratados humanísticos y polémicos, además de una pieza teatral,Abraham sacrifiant (1550). Viajó a Ginebra en 1558 y un año después comenzó a dirigir la Academia (fundada por Calvino) de esa ciudad, además de ser clérigo. Dio clases de teología alternando con Calvino y, en sus primeros años en esa ciudad, fue consultor teológico de la iglesia francesa y dialogó con las autoridades políticas de los hugonotes en el contexto de las guerras por la religión. En 1561 representó a los evangélicos en el Coloquio de Poissy, defendiendo con elocuencia los principios de la fe evangélica.

 

Cartel de la conmemoración del 500 aniversario de Teodoro de Beza.

Después de la muerte de Calvino, fue elegido su sucesor (aunque sería mucho más que eso) y moderador de los pastores de Ginebra. Siguió en estrecho contacto con las comunidades francesas e incluso fue elegido presidente del sínodo de La Rochelle, interviniendo en numerosas controversias. A diferencia de Calvino, sus raíces están en la filosofía aristotélica. Trabajó intensamente el Nuevo Testamento y la ciencia bíblica. Su edición del Nuevo Testamento fue reimpresa más de 150 veces hasta 1965. Sus escritos en su mayoría tratan cuestiones controvertidas de teología. Sólo sus obras humanísticas y sus sermones tardíos se sitúan más allá de la disputa confesional. Escribió el prólogo para la Biblia de Ginebra (1588). La Confessio fidei christianae (1559) es el mejor resumen de su teología. Reunió sus obras en tres tomos. En De haeretecis a civili magistratu puniendis (1554) defendió la actuación de Calvino en la condena de Bolsec y de Servet. Otras obras importantes son: la famosa Historia eclesiástica de las Iglesias Reformadas del Reino de Francia (1580), su biografía de Calvino, con la que debe citarse su edición de la Epistolæ et responsa (1575) del reformador de Noyon.

El contenido del libro mencionado (cuyo original, Du droit des magistrats sur leurs subjets, apareció en Ginebra en 1575) es por demás interesante, pues los seis documentos y los cuatro apéndices incluidos son una buena muestra de la reflexión bíblico-teológica de Beza, no suficientemente conocida, ni siquiera en los espacios reformados o calvinistas. Se trata, como se aprecia desde el título de la obra, de un acercamiento a sus trabajos sobre el poder político, materia que lo ocupó bastante en su labor religiosa, y que lo llevó a discutir seriamente la posibilidad de resistir, incluso por la vía violenta, a un gobernante tiránico. Los textos que lo integran son: Del magistrado injusto al súbdito infielTiranos consentidos, El magistrado frente al pueblo: los límites del poder, Razones para deslegitimar el poder de los magistrados, La supremacía de la ley y El recurso a la acción violenta. Los apéndices, a su vez, son dos cartas: una de [Josias] Simler a Beza, Zúrich, del 1 de enero de 1574, y otra de Beza a Ludwig von Sayn, del 19 de mayo de 1583. Además, se agregan El quinto argumento: porque varios príncipes abusan de su poder y la Confesión de la fe cristiana. De la obediencia que debemos a los magistrados.

 

Portada de Del derecho de los magistrados sobre sus súbditos.

Una recopilación así viene a romper el relativo desconocimiento de la vida y obra de Beza en el contexto del avance y consolidación de las reformas teológicas y eclesiales del siglo XVI. Su nombre está ligado estrechamente a la discusión sobre la eventual resistencia a las autoridades civiles por parte de las comunidades reformadas, algo sobre lo que han escrito autores como Quentin Skinner, profesor de la Universidad de Cambridge (Los fundamentos del pensamiento político moderno. II. La Reforma, 1986; original en inglés: 1978), quien mostró la evolución de las doctrinas teológicas que abrieron la puerta a la “revolución hugonota” en Francia, cerca del final del siglo XVI. Desde Chile, para abordar este asunto tan polémico, Marco A. Huesbe Llanos ha escrito:

Específicamente, habremos de mirar hacia el autor francés Teodoro Beza y su brillante escrito sobre el orden público estatal y el derecho de resistencia. Precisamente, Teodoro Beza, en el tercer tercio del siglo dieciséis, fundamentó un movimiento político denominado como “monarcómano”, que fue estigmatizado por la sociedad de su tiempo, y a cuyos escritos se los acusó de tiranicidas, al igual que a muchos otros autores que inspiraron esta misma incertidumbre en toda la Europa cristiana (“El derecho de resistencia en el pensamiento político de Teodoro de Beza”, en Revista de Estudios Histórico-Jurídicos, núm. 25, Pontificia Universidad Catolica de Valparaíso, 2003).

Notas

[1] T. de Beza, Correspondance.1. Ginebra, Droz, 1960 (en adelante), p. 150, cit. por Philip Benedict, Christ’s churches purely reformed A Social History of Calvinism. New Haven-Londres, Universidad de Yale, 2002, p. 141.

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