La casa junto al mar

Fragmento de un poema de Jorge Seferis, tomado del libro El Zorzal y otros poemas, publicado en Buenos Aires por la editorial Losada. Selecciona Isabel Pavón, con motivo del 20 de junio, Día del Refugiado.

13 DE JUNIO DE 2019 · 13:00

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Las casas que yo tuve, me las han confiscado. Sucedió que los años se volvieron funestos: guerras, saqueos, exilio.

El cazador abate a veces a los pájaros migradores,

pero otras veces no logra su propósito. La caza

era próspera en ese tiempo; los perdigones se llevaron buena parte.

Los restantes siguen andando sin reposo o bien se guarecen,

hasta enloquecer, en los refugios.

 

No me hables del ruiseñor,  ni de la alondra,

ni del minúsculo aguzanieves

que traza cifras en la luz con su cola.

Poco es lo que yo sé en cuestión de viviendas,

salvo que cada cual tiene su estirpe nada más.

Cuando nuevas, al comienzo, como niños rollizos

que juegan en los jardines con las franjas de sol,

bordan persianas abigarradas y puertas

resplandecientes sobre la trama del día.

Cuando el constructor las ha terminado, cambian,

se ajan, o bien sonríen, o se exasperan

con los que en ellas han quedado, con los que han partido,

con los otros que, si pudiesen regresarían,

con otros más aún, que desaparecieron, ahora que el mundo se ha vuelto

una inmensa hotelería.

 

Jorge Seferis

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