¡En Montreal las panaderías son algo único!

Esta clase de circunstancias, lleva la firma de Jesús…

  · Traducido por Victoria Diaz Melendrez

13 DE ABRIL DE 2019 · 21:00

Foto: Alain Auderset.,
Foto: Alain Auderset.

No solo son un lugar donde se vende un cruasán  a un cliente…

Nada de eso, aquí los estudiantes se quedan en ellas para hacer sus deberes, los viejos para leer el periódico y los dibujantes de cómics de la calle de la Malathe 14 de la región Suiza de Jura, que se llaman Alain, dibujan entre dos espectáculos de humor.

- ¿Puedo desayunar con usted? Me pregunta un perfecto desconocido (sí, aquí esto es normal, la gente tiene la costumbre de ser simpática).

Enseguida simpatizo con el tipo y su amiga. Ella tiene unas fantásticas botas verdes de goma, la sonrisa maliciosa y el pelo alocado que armonizan a la perfección con el lugar y el ambiente.

La alegre conversación que sigue es acompañada por una tercera voz, cantada por el aire fresco y matinal dirigido por la mano de un director de orquesta invisible tocando con todos los elementos presentes.

Su brío y su genio alcanzan su apogeo en el momento mismo en que esta compleja sinfonía se traduce en la sencillez de compartir.

De repente, los dos se quedan callados mirando el dibujo que trazo mientras hablo. Visiblemente algo les choca…

Sin embargo, no es más que un simple esbozo que mi mano, ya antes de su llegada, ha elaborado sigilosamente, aprovechando que mi cabeza estaba ocupada en otras cosas.

Se trata de un pequeño personaje provisto de un enorme tumor en el lado izquierdo de su cara… (una historia para mi próximo cómic).

El canadiense, con ojos de asombro, me hace entonces esta extraña pregunta:

- ¿Es mi retrato?

No entiendo su pregunta… ¿Cómo habría podido hacer su retrato? Hasta ahora nunca me había cruzado con él.

Entonces giró su rostro mostrando así su perfil izquierdo que yo no había visto hasta entonces. Y lo entiendo todo.

Tiene una enorme cicatriz, testigo de una operación reciente. Hace poco, se parecía exactamente a ese dibujo…

Todas las personas que están en la mesa me miran con ojos de asombro, conscientes de lo sobrenatural de la situación…

 - ¡Ah claaaaaro, es normal! Vosotros no os habéis dado cuenta hasta ahora, pero Dios, como de costumbre, está sentado a la mesa conmigo y esta clase de circunstancias, lleva la firma de Jesús…

 - ¿Os lo presento?...

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - ¡En Montreal las panaderías son algo único!