La tapadera

La función de Julián pasaba por reciclar el personal adormecido.

14 DE FEBRERO DE 2019 · 21:20

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El personal dejaba mucho que desear. Se habían acomodado y aburguesado a un empleo fijo y seguro en una empresa muy potente.

Ya ni siquiera le reían los chistes al jefe, y cumplían el horario de trabajo escrupulosamente, o sea, ni un minuto de más.

En ese escenario fue a parar un joven promesa para la ingeniería. Nuevas ideas, nuevos proyectos, creatividad, rendimiento, competitividad, eficiencia, eficacia… todo ello quiso implementar Julián con la intención de dar un empujón cualitativo a la producción de coches.

Aquella empresa estaba entre las primeras del ranking de producción automovilística, pero la renovación era necesaria si no querían retroceder.

La función de Julián pasaba por reciclar el personal adormecido. Quizá empleó unas formas poco ortodoxas, porque no respetaba la antigüedad de los empleados, ni la edad, ni sus necesidades, ni tampoco sus derechos básicos.

A trompicones, y chocando de continuo con ellos, consiguió mantener la empresa en un lugar destacado recaudando cuantiosos beneficios.

Pero sucedió algo inesperado. El director de la empresa llamó a Julián a su despacho.

Señor Julián, queda usted despedido, recoja sus cosas y váyase.

Sorprendido, Julián pidió explicaciones de lo que parecía una decisión descabellada.

― ¿Ahora me despiden? Nunca ha ido la producción de automóviles tan bien en esta empresa como desde que yo soy responsable ―dijo en su defensa.

― Sí, pero debe saber que la producción de coches es una tapadera. Nuestra finalidad última no es crear objetos de metal, plástico, goma y vidrio ― dijo el director.

― ¿Qué dice?

― Debe saber que no nos ha gustado el trato que ha dado a nuestro personal.

― Déjese de monsergas, aquí se fabrican coches y para ello les he sido imprescindible.

― Ya le digo, lo principal no son los coches.

― Entonces, ¿qué es lo principal aquí? ¿A qué diantres se dedican?

Lo principal son las personas y nuestra principal función es hacer hombres de verdad, y usted va camino de serlo.

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