‘Líbérame, Señor’ y otros poemas de António Salvado traducidos por A. P. Alencart
Cuatro textos de profundo entrañamiento cristiano, leídos en Toral de los Guzmanes por el notable poeta portugués.
28 DE DICIEMBRE DE 2018 · 07:00
Aquí dejo conocer los poemas leídos por el destacado poeta portugués António Salvado durante el XV Encuentro ‘Los poetas y Dios’ que, bajo el lema “Sobre la Palabra en flor”, se celebró en la localidad leonesa de Toral de los Guzmanes los días 2 y 3 de noviembre. Este acto estuvo organizado por la Asociación Cultural Evangélica ‘Eduardo Turrall’ y está promovido por el Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes. También cuenta con el apoyo de la Diputación de León, de la Junta de Castilla y León, y de ‘Tiberiades’, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.
LIBÉRAME, SEÑOR...
Libérame, Señor de todo aquello
que no sea alabarte y para siempre –
Sin embargo... ¿cómo saber si es permanente
esta voluntad que me duele y oprime?
Días y días buscando en mí
Respuesta que sosiegue el pensamiento...
¿Y qué hacer? En esta punzada voy yendo
sin saber si el camino sigue adelante.
Y es casi desesperación la incertidumbre
en que mi sangre impura circula confusa
pero atropellando en su tránsito.
Señor, mitiga, te pido, mi sed –
que Tu voz no permanezca muda
y ayúdame a conseguir una paz serena.
VIENES, PADRE...
Vienes, Padre, por Tu Hijo muy amado,
aunque no más amado de lo que yo soy –
vienes, Hijo, por el Padre acompañado,
y vienes hasta la cruz adonde yo estoy,
y vienes, oh Santo Espíritu del Padre,
y vienes, oh Santo Espíritu del Hijo,
a decirme y a mi alma adónde va
de mi condición el camino cierto.
Celestiales Padre e Hijo junto a nosotros,
ambos del mismo Espíritu cubiertos –
amo vuestra Trinidad: una sola voz
antes que el propio tiempo haya nacido.
POR MÁS BARRERAS...
Por más barreras próximas a ceder
mi anhelo de llegar aTi,
por más puentes que pase, por más ríos
que atraviese para Conocerte,
por más gritos que lance mi desesperación,
por más cruel que me sea la soledad,
por más que soporte le peso del silencio
y mis labios estén casi muertos de sed –
ah, Señor, oigo un sonido de Tu voz:
retira de mi rostro lágrimas impuras
y porque yo sé que puedes confórtame
y déjame, Señor, llegar a Ti.
HOY, SEÑOR…
Hoy, Señor, que es día de Orarte,
de confesarte abiertamente mis
aborrecibles pecados, alzo las manos a los cielos
y, en recogimiento, las oraciones voy a Hacerte,
hoy, Señor, que despierto y pienso en Ti
como despertado de un profundo sueño
y todavía bostezando (un abandono
del pensamiento y corazón desvanecidos),
hoy, Señor, Tu día, que es domingo,
en que muchos limpian la iglesia
haciendo meas culpas pero fingiendo,
hoy, Señor, ¿qué podré decirte?
… Voy viviendo incertidumbres de incertidumbres –
Y mañana Te diré lo que hoy siento.
SOBRE LA PALABRA EN FLOR
Todo lo que de Ti surge: florescencia
de la palabra divina de Tu ser perenne –
fragancia que amena conforta el universo,
olor más allá de la vida vana y del tiempo.
Lo que nos dices son los tiernos pétalos
que afable derramas sobre nosotros,
y en un diálogo tranquilo con gesto sensible
oyes sonriendo nuestra propia voz.
Porque la Palabra eres Tú: hecha de sílaba
humana transitoria en tiempo breve
cuando con nosotros compartiste la vida
hasta Tu conmovedor regreso
a la dimensión sagrada de lo infinito.
Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - ‘Líbérame, Señor’ y otros poemas de António Salvado traducidos por A. P. Alencart