Viene con el aire, poema de Juan Carlos Martín Cobano

He aquí el texto del poeta evangélico, leído durante el XV Encuentro ‘Los poetas y Dios’.

29 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 22:05

Juan Carlos Martín Cobano (foto de Jacqueline Alencar),
Juan Carlos Martín Cobano (foto de Jacqueline Alencar)

Me complace presentar (y difundir) este texto de Juan Carlos Martín Cobano, leído durante el XV Encuentro ‘Los poetas y Dios’, celebrado en la localidad leonesa de Toral de los Guzmanes el 2 y 3 de noviembre de 2018, bajo el epígrafe “Sobre la Palabra en flor”.

Este encuentro es anualmente organizado por la Asociación cultural evangélica ‘Eduardo Turral’, con el patrocinio del Ayuntamiento de Toral de los Guzmanes y el apoyo de la Junta de Castilla y León, de la Diputación de León y de ‘Tiberiares’, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.

Martín Cobano (Carmona, 1967)  se define como un filólogo, editor, librero y misionero (no necesariamente en ese orden) de origen andaluz y formación catalano-aragonesa.

Ha impartido talleres y dictado conferencias en distintos países con la Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos (ALEC), es asiduo de los encuentros Los Poetas y Dios (Toral de los Guzmanes, León) y organiza eventos literarios dondequiera que duerma más de dos noches seguidas.

Fundó una librería y una pequeña editorial, Setelee, pero se gana la vida como traductor freelance para distintas editoriales estadounidenses.

Ha sido, hasta el mes de enero, secretario general de Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos de España (ADECE). Ahora forma parte del equipo directivo de ‘Tiberiares’, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.

Martín Cobano también tuvo a cargo la conferencia inaugural del XV Encuentro, que puede leerse aquí

 

Cartel del XV Encuentro Sobre la Palabra en flor.

 

VIENE CON EL AIRE…

 

Viene con el aire,
Trae el olor del perro mojado
Es una ola de pretéritos imperfectos
No hay cómo agarrarlo
Lacera los dedos del hortelano más cínico
Es mi pasado
Es mi pecado
Es mi pared
Es mi verja de alambres y voltios
Digo que no, pero soy yo
Soy yo, inocultable, ni más ni menos
Soy yo, cojo, manco, ciego y mudo
Muerto erguido pertinaz

Llega el hálito desde lo alto
Con esquirlas de sol y abrazo
Verdugo de ojalás y subjuntivos,
Las manos marcadas me soportan
Sin alergia a mi médula purulenta
Sin balances, sin recuentos,
Sin debes y haberes en mi plato
Sin la náusea
Es la puerta, es la casa, el salón cordial y hospitalario
La mesa puesta, y huele a pan y café de mañana
La cama hecha, el edredón cálido
Los brazos abiertos
Ropa limpia
Beso de Padre
Lágrimas de dicha
¡Es la gracia!

 

Algunos de los poetas del XV Encuentro (foto de Jacqueline Alencar).

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