La montaña escondida

La noche nos ha precedido en el país de las montañas gigantes de Suiza. De modo que se han transformado en inmensas e imponentes masas negras. Los pueblos iluminados a sus flancos y la ciudad a sus pies resplandecen como corrientes brillantes de lava.

  · Traducido por Victoria Diaz Melendrez

27 DE SEPTIEMBRE DE 2018 · 18:05

Ilustración: Alain Auderset,
Ilustración: Alain Auderset

 

Primer día (encuentro con…)

Saahsal* en la montaña

*(es un grupo de rock)

La noche nos ha precedido en el país de las montañas gigantes de Suiza. De modo que se han transformado en inmensas e imponentes masas negras. Los pueblos iluminados a sus flancos y la ciudad a sus pies resplandecen como corrientes brillantes de lava.

Nuestro viejo bus ya casi al final de su vida, no consigue tirar de un remolque lleno de explosivos antidepresivos (dicho de otra forma: material de música). Subimos penosamente bordeando pequeñas carreteras en zigzag. Disfruto este paisaje de deliciosas sensaciones de lo irreal con la impresión de estar en una película fantástica. Esa misma noche tenemos una misión frenética en la disco:

¡Reventarlo todo!!

 

Segundo día (vida con…)

El mundo invisible

El día siguiente, me paseo solo por ese fascinante bosque de las alturas para estar tranquilo y hablar con Dios. Todo está tan nublado como mi cerebro después de la noche del concierto.

Me han dicho que detrás de esta espesa masa de bruma reinan los Alpes majestuosos y generosos como señores absolutos en el paisaje, alimentando con agua viva por sus torrentes a TODO ser viviente…

¡Pero hoy, no veo NADA!

Detrás de nuestra espesa masa de incredulidad aquí en la tierra, también te encuentras Tú…

¡Oh Señor, no puedo esperar a verte de verdad…

 

El habitante del bosque

Me siento observado… (eso también me pasa en el escenario) ¡Oh! Frente a mí, inmóvil, apoyado sobre sus dos patas, una ardilla me estudia con su mirada. Sé que el mínimo gesto brusco pondrá fin a la magia.

A veces se compara la inteligencia del Creador a un ordenador super poderoso  (¡¡¡sin Windows, vale!!!). Esa imagen es doblemente falsa porque Él está muy por encima de eso y, sobre todo, el ordenador es de una lógica implacable, fría… mientras que el Señor es alguien tan sensible como esta ardi… ¡ups! ¡¿A dónde se fue?!

La noche borra ya las luces del día, los proyectores del escenario un club de moda donde tocamos, toman el relevo. Es extraño, pero he notado que la ardilla me ha seguido…

 

Tercer día (cara a cara con…)

La hora de la gran partida

Al día siguiente cargamos toda nuestra vieja patera (souvenirs incluidos). Nos vamos, saludando por última vez a nuestros anfitriones … y es ese momento el que la montaña escoge para revelarse a nosotros…

Nos quedamos con la boca abierta … ¡Mi madre! ¡¡¡Toda ESA MARAVILLA estaba ahí, tan cerca de nosotros, sin que nunca la hayamos visto!!! Las últimas nubes que se escapan de ella como vapores de humo, dan la impresión de que todavía está ardiendo.

Vuelvo a casa. Sé que mi Creador ya está allí, como una montaña gigante, invisible…

Y, quizá, sin previo aviso…

Le veré.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - La montaña escondida