Disfrutando los lunes, de John D. Beckett

Para la mayoría, el lunes es el inoportuno portal que nos introduce de nuevo a la semana laboral.

29 DE JUNIO DE 2018 · 06:20

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Un fragmento de "Disfrutando los lunes", de John D. Beckett (Clie, 2017). Puede saber más sobre el libro aquí.

 

Introducción

En el breve espacio de mi vida, el hombre ha fraccionado el átomo, conquistado la polio, llegado a la luna y encogido el planeta por medio de Internet. Pero millones de nosotros tenemos todavía que aprender a disfrutar los lunes.

El lunes plantea desafíos especiales. Para la mayoría, el lunes es el inoportuno portal que nos introduce de nuevo a la semana laboral, la chirriante puerta que tanto nos cuesta abrir tras dos días de descanso.

«No compres un vehículo fabricado un lunes», aconsejan los del gremio de la automoción. «Muchos de la planta de montaje no aparecen, y los que van a trabajar solo lo hacen a medias».

No soy inmune a los retos que plantea el lunes. Si hay un día de la semana en que me puede dar dolor de cabeza, es el lunes. A algunos les va mucho peor que a mí. ¡De hecho, el Centro para el control de las enfermedades de Atlanta afirma que los lunes a las nueve de la mañana es el momento de la semana en que se producen más ataques de corazón!

Sí, el lunes es un día único, el punto de partida para el resto de la semana laboral. No obstante, puesto que el trabajo se considera muchas veces como un «mal necesario» para poner comida sobre la mesa y financiar pasiones no laborales, el pobre lunes tiene a menudo muy mala prensa.

Para muchos, sin embargo, este negativo estereotipo de los lunes está cambiando, en especial para aquellas personas de fe que, por primera vez, están sintiendo un verdadero «llamamiento» al ámbito laboral. Desde esta perspectiva, el lunes se convierte en el esperado primer día de una gratificante semana llena de sentido.

Hace algunos años escribí un libro sobre este tema titulado ¡Por fin lunes! Integrando trabajo y fe. En él describía mi recorrido como ingeniero escéptico, formado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, hasta convertirme en un entusiasta seguidor de Jesucristo, un periplo que siguió avanzando cuando me di cuenta de que podía encontrar la misma satisfacción y realización personal en mi trabajo «secular» que en cualquier otra forma más directa de ministerio.

Cuento que, con la Biblia como guía, comencé a integrar los dos mundos de la fe y el trabajo. De forma gradual, y creo que como resultado directo de esta conexión entre fe y trabajo, vi que la empresa que dirigía prosperaba y llegaba a ser muy respetada en nuestro sector y entorno social.

Desde que escribí ¡Por fin lunes!, he ido viendo cada vez con mayor claridad que se está produciendo una amplia transformación en el entorno laboral.

 

Portada del libro.

Es como si Dios hubiera concentrado una gran bendición en muchos de quienes están en el ámbito empresarial y profesional. Esto explica sin duda los numerosos informes divulgados por los medios de comunicación y la publicación de más de mil libros sobre la fe en el entorno laboral.

Por otra parte, han surgido más de mil doscientas organizaciones y redes que fomentan la conciliación de la fe y el trabajo, la mayor parte de las cuales han aparecido durante los últimos diez años.

Mi perspectiva sobre estos fenómenos se va configurando a través de un extenso funcionamiento en red que llevo a cabo viajando, hablando y escuchando. En esta interacción con muchas personas he recopilado algunas preguntas que se hace la gente:

¿Cuál es el propósito de los negocios desde la perspectiva de Dios?

¿Cómo se reconcilian las metas económicas más básicas con las necesidades de los empleados?

¿Cómo desarrollo mi carrera profesional en un mundo que parece demandar que comprometa mis convicciones?

¿De qué modo mido el éxito?

¿Cuál es el aspecto de una empresa donde los dirigentes han integrado los dos mundos del trabajo y la fe?

¿Hay conflictos con aquellos que no están de acuerdo con estos planteamientos?

Son preguntas vitales que oigo repetidamente: una prueba evidente de que muchos quieren que su trabajo sea una verdadera vocación en la que expresar toda su pasión y que les reporte una profunda satisfacción.

Esta clase de preguntas reflejan también un deseo cada vez mayor que las personas tienen de profundizar en su vida con el Señor y de aplicar la verdad bíblica en su trabajo.

Están buscando modelos y ejemplos prácticos: personas e ideas que puedan ayudarles en los siguientes pasos de su periplo. Mi meta en ¡Disfrutando los lunes! es contribuir a dar respuesta a esta hambre creciente; ayudar a quienes son llamados al entorno empresarial y laboral a comprender y aplicar diariamente los caminos de Dios en su trabajo.

Una hoja de ruta

Quiero decirles lo que encontrarán en ¡Disfrutando los lunes!. En la primera parte, «Mi recorrido personal», consigno algunas de las luchas que experimenté y cómo tales luchas me han impartido una nueva comprensión tanto de mi fe como de mi trabajo.

En la segunda parte, «Compañeros de viaje», presento a varios personajes bíblicos que son tremendos modelos para quienes queremos vivir nuestra fe en el entorno laboral. ¡Ojalá hubiera contado con su ejemplo cuando tuve que navegar por las aguas turbulentas de los retos empresariales al comienzo de mi carrera!

En la tercera parte, «Propósitos de Dios para el ámbito laboral», hablo de cinco temas en los que las verdades bíblicas se encuentran con las realidades empresariales.

Después de más de cuarenta años de experiencia laboral, he descubierto que, en la medida en que las adoptemos, estas prácticas ideas, aumentarán en gran manera las probabilidades de éxito en nuestro trabajo.

De principio a fin, voy entretejiendo tres conceptos básicos:

La importancia de desarrollar una cálida relación personal con el Señor. Esta relación forja nuestro carácter, y este carácter piadoso nos permitirá aplicar, de forma constante y exhaustiva, los conceptos bíblicos a las situaciones empresariales.

Un alineamiento más estrecho de la fe y el trabajo. Si concebimos estos dos mundos como círculos separados, nuestra meta es acercarlos progresivamente hasta que finalmente se fusionen en uno.

La multifacética expresión del reino de Dios en el entorno laboral

Jesús no predicó una religión, sino el reino. Es necesario que entendamos cómo afecta la idea que Jesús tiene del reino a las relaciones personales, las perspectivas y las prioridades en nuestro trabajo.

Se trata de asuntos importantes y provocativos. Pero confío en que son cosas que ya te estás planteando, y que tienes un gran deseo de explorar.

Lugares altos

Hace poco leí en el devocional Manantiales en el desierto: «La vida es una empinada ascensión y es siempre alentador que quienes van por delante vuelvan la cabeza y nos emplacen festivamente a ascender más arriba».

 

John D Beckett.

Para mí, «ir por delante» solo significa tener algunos años y errores más en mi haber, y suficientes cicatrices para sentir una gran empatía hacia quienes suben por la pendiente.

El devocional continúa diciendo: «Ascender por la montaña de la vida es un asunto serio, pero muy glorioso. Para alcanzar la cima se necesita fortaleza y paso firme. La vista se ensancha a medida que nos elevamos.

Si alguno de nosotros ha encontrado algo que vale la pena, debe volver la cabeza y llamar a los demás».

Espero que las lecciones que he aprendido te animen a avanzar en tu relación con el Señor; a ver dónde está obrando en tu entorno; a entender la dimensión redentora de los retos a los que te enfrentas cada día; y a mantener una esperanza viva de que Dios se ocupará de ti y, haciéndolo, edificará su reino.

Si consigo ayudarte a «ascender más arriba», esta será mi mayor recompensa.

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