La réplica

Me vuelvo atrás y, en el mismo lugar y sitio, encuentro otra arma, mucho más poderosa: Salmo 144 con doble cañón ("alabanza" y "reconocimiento"). ¡Reluciente!

  · Traducido por Milena Gagnebin

07 DE JUNIO DE 2018 · 16:00

Ilustración: Alain Auderset,
Ilustración: Alain Auderset

"Tribulaciones de un invasor solitario" o "Golpean duro en la muralla, ¡vaya!" 
¡El asalto! 
Después de haber lanzado mis correos, como cuerdas sobre la gran muralla impenetrable de los medios de comunicación (les recuerdo mi plan: ¡dar a conocer mi cómic y el Señor!), me subí, a fuerza de llamadas telefónicas, de correos y de e-mails.

Pero una vez en la cima... sorpresa: ¡el "comité de bienvenida" me recibe con grandes golpes de indiferencia en plena cara! 

¡Ahhhhhhhhhh! Grand caída de desaliento, ¡hasta bien abajo! Aún adolorido, no obstante, estoy decidido a subir por otra fachada.

¡Buuum! Recibo un paquete doble de gruesos pavimentos de "no" ¡en la cara! Seguido de un aceite hirviente estilo: 
- Pero ¿quién se cree usted? ¡Solo las estrellas tienen derecho a pasar!

 

Los aliados enemigos


Es en el momento en el que estoy tirado en el suelo que atacan "cizaña" y "preocupaciones" en mi propio campo y por ambos costados. Concentro todas las fuerzas en el primero, hasta tal punto que ignoro "precariedad", que me lanza flechas en la espalda.

Instintivamente saco mi enorme pistola: "Queja" con corta artillería, y ¡rocío una salva copiosa de quejas alrededor mío! (¡ups! ¡Abatí a los compañeros de armas!) pero entre más me quejo, más el ejército del desaliento crece (¡cielos! ¡pero es demasiado pésima esta arma!)
.

 

La jubilación


Armado con la misma pistola, huyo al bosque. Todavía escucho los gritos del enemigo detrás de mì y disparo al aire, esperando llamar la atención de mi Rey: el Dios de los ejércitos. ¿Dónde está? 
Cuanto más me sumerjo en el bosque, más tranquilidad hay. Parece uqe estemos dentro de una catedral… La nieve absorbe todos los sonidos (#@¡! de pistola: está descargada).


De repente, ¡un ruido sordo a mi izquierda! ¿Es el paso del Rey? Un montón de nieve en polvo acaba de derrumbarse de los pinos, produciendo una nube brillante de confetis. Maravillado, la atravieso… Cosquilleos me refrescan la cara… Pienso en la gloria que viene.


 

La revelación


Sentado bien cómodo en una banca de iglesia, ¿no tendemos a olvidar lo que verdaderamente es una pelea? De hecho, ¿no es normal recibir golpes? ¿Por qué estoy asombrado? ¿No es precisamente peleando que nos volvemos guerreros? En la prueba es que crecemos más. De algún modo, ¿no era mi oración cuándo cantaba "más de ti, Señor"?

Pero… ¡¿Dónde está mi pistola?!

¡¿Ains?! Debió caer en el momento de las precipitaciones de nieve… 
Me vuelvo atrás y, en el mismo lugar y sitio, encuentro otra, mucho más poderosa, Salmo 144 con doble cañón ("alabanza" y "reconocimiento") ¡reluciente! 
¡Todavía no sé muy bien cómo utilizarla, pero, mil millones de mil truenos, ¡van a ver de qué estoy hecho en las altas murallas! ¡Regreso allí! No, no soy masoquista, pues si es verdad que recibí golpes… ¡yo también les di!

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