¿Puerta cerrada?

Nos protegemos con un caparazón de fe, pero aún existe una inquietud que tiende a llamar a la puerta.

11 DE MAYO DE 2018 · 07:00

Foto: Alain Auderset.,
Foto: Alain Auderset.

Si Dios quiere que haga esto o aquello solo tiene que abrirme una puerta!

Esta frase me suele dejar escéptico… ¡porque conmigo las cosas no funcionan así!

Es como lo que pasa con la puerta acristalada de un supermercado: ¡Sólo se abre cuando doy un paso de fe!

Lo confieso: siempre me asusta un poco pensar que la puerta me pueda dar en toda la cara (qué tontería ¿eh?)

¡A nuestro alrededor, hay un montón de cosas que no suceden nunca, porque los “clientes” esperan ante la puerta en vez de entrar!

Ejemplo: (hoy)

Phil (que me ayuda en la contabilidad) me dice:

- ¡Ya no tenemos más comics “Ay, Dios mío” en formato pequeño, ¿Qué hacemos, los dibujas a mano o los imprimimos?

Yo:

- Pues… ¡los imprimimos (ahora mismo no tengo tiempo para nada…)!.

Así fue como decidimos imprimir 10.000 ejemplares sin tener un solo céntimo, solo fe en que Dios proveerá…

Es una situación que se repite en el taller desde el principio (hace ya 20 años). Y, aunque la ayuda viene a paso de tortuga y con las manos en los bolsillos (llenas), nunca nos ha fallado.

Nos protegemos con un caparazón de fe, pero aún existe una inquietud que tiende a llamar a la puerta.

(¡Ay…leluya!) A fin de cuentas, le preocupación no es más que una falta de fe…

La puerta del supermercado es transparente.

Más allá, veo las personas que van a ser alcanzadas, una sociedad que va a cambiar, un Señor que es poderoso y victorias!

Entonces, no importa cuales sean tus miedos (timidez, desafíos, etc.), un consejo: si Jesús te pide que camines sobre el agua, no lo pienses mucho, hazlo…

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - ¿Puerta cerrada?