Obras escogidas de Agustín de Hipona, tomo 1

Demos el alimento y la bebida del estudio y consideración de las divinas Escrituras al alma hambrienta, sedienta y fatigada con la vana curiosidad.

26 DE ABRIL DE 2018 · 16:00

Detalle de la portada del libro.,
Detalle de la portada del libro.

Un fragmento de “Obras escogidas de Agustín de Hipona. Tomo 1”, que pertenece a la Colección Patrística, editada por Alfonso Ropero. Puede saber más sobre el libro aquí.

 

Obras escogidas de Agustín de Hipona, tomo 1

50- La lectura correcta de las Escrituras

98. Si no podemos aún adherirnos a esta eternidad, desechemos siquiera nuestros fantasmas y alejemos de nuestra vista interior esos juegos ilusorios y superficiales. Subamos, pues, por la escalera que la divina Providencia nos ha fabricado. Al ver que nos desvanecíamos con nuestros pensamientos, deleitándonos demasiado con nuestras frívolas ilusiones y que reducíamos toda la vida a vanas quimeras, la inefable misericordia de Dios se sirvió de la criatura racional, sometida a sus leyes, por medio de sonidos y letras, del fuego, del humo, la nube, la columna, como con ciertas palabras visibles, no se ha desdeñado jugar, en cierto modo, con nuestra infancia con parábolas y semejanzas y curarnos con este lodo nuestros ojos interiores.(55)

99. Tenemos que distinguir entre las cosas que debemos conocer por el testimonio de la historia, las que debemos descubrir con la luz de la razón y lo que hemos de guardar en la memoria y creer sin saber si son verdad; hay que indagar dónde se halla la verdad que no viene y pasa, sino permanece siempre idéntica a sí misma, y cuál es el método para interpretar las alegorías que la Sabiduría de Dios ha revelado, según creemos, por el Espíritu Santo; si podemos interpretar alegóricamente desde los acontecimientos eternos más antiguos a la luz de los más recientes o hay que extender la alegoría a las pasiones y naturaleza del alma y hasta a la inmutable eternidad; si unas significan hechos visibles, otras movimientos espirituales, otras la ley de la eternidad, y si en algunas se cifran todas estas cosas a la vez. Distingamos cuál es el objeto inalterable de la fe, y si es histórico o temporal o bien espiritual y eterno, a que debe ajustarse toda interpretación de autoridad; y cuán útil es la fe de las cosas temporales para entender y conseguir las eternas, donde se halla la meta de las buenas acciones; y la diferencia que hay entre la alegoría histórica y la alegoría del hecho, y la alegoría del discurso y la alegoría de los ritos sagrados; y cómo el estilo de las santas Escrituras debe interpretarse según la propiedad de cada lengua, por tener ella sus modismos propios, que si se traducen al pie de la letra parecen absurdos. Estudiemos para qué sirve tanta desnudez de estilo, de suerte que no sólo la ira de Dios, y la tristeza, y el despertar del sueño, y la memoria, y el olvido, y otras cosas que pueden aplicarse a los hombres buenos, sino también los nombres de arrepentimiento, de celo, de crápula y otros semejantes que se encuentran en las divinas páginas. Debemos investigar si los ojos de Dios, sus manos, y sus pies, y otros miembros del mismo género mencionados en las Escrituras se refieren a la forma visible que tienen en el cuerpo humano o se emplean para significar perfecciones invisibles y espirituales, lo mismo que el yelmo, el escudo, y la espada, y el cinturón, y otras cosas por el estilo (Ef. 6:14- 17). Y se ha de investigar, sobre todo, qué aprovecha al género humano el que la divina Providencia nos haya hablado de este modo por la criatura racional, generatriz y corporal, sometida a su servicio. Cuando se conoce todo esto, desaparece toda presunción infantil y se abraza la sacrosanta religión.

 

Obras escogidas de Agustín de Hipona, tomo 1

 

51- El estudio de las Escrituras, alimento provechoso

100. Dejando a un lado y rechazando todas las fruslerías del teatro y de la poesía, demos el alimento y la bebida del estudio y consideración de las divinas Escrituras al alma hambrienta, sedienta y fatigada con la vana curiosidad, que en balde anhela saciarse con ficciones imaginarias, como con banquetes pintados; eduquémonos provechosamente con este juego tan noble, propio de hombres libres. Si nos atraen los espectáculos y la hermosura, deseemos contemplar aquella Sabiduría que de un extremo a otro “se extiende con fortaleza y todo lo dispone con suavidad”. (56) ¿Hay mayor maravilla que esa fuerza espiritual que fabrica y gobierna el mundo visible? ¿Hay cosa más bella que la que ordena y embellece todo?

(55) Alusión a Jn. 9:6: “Hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo sobre los ojos del ciego”.

(56) “Se despliega vigorosamente de un confín al otro del mundo y gobierna con excelente manera el universo” (Sabiduría 8:1, BJ).

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