¿Monos en la Biblia?

La zoología actual distingue entre “mono” y “simio” en función de si presentan o no esa curiosa extremidad posterior del cuerpo y de la columna vertebral que se conoce como “cola”.

30 DE JUNIO DE 2017 · 05:00

Foto: Antonio Cruz.,
Foto: Antonio Cruz.

Según el lenguaje común, el término “mono” se refiere en general a cualquiera de las especies animales pertenecientes al antiguo suborden de los simios. Así es como se definía en los antiguos diccionarios de la Real Academia Española.

Sin embargo, la zoología actual distingue entre “mono” y “simio” en función de si presentan o no esa curiosa extremidad posterior del cuerpo y de la columna vertebral que se conoce como “cola”.

Entre los primeros, estarían los mandriles, papiones, macacos, monos araña, etc., mientras que se consideraría simios, entre otros, al gorila, orangután y chimpancé, como éstos ejemplares que fotografié en el Zoo de Barcelona.

Ningún versículo de la Biblia permite suponer que alguna especie de mono (mucho menos de simio) hubiera sido alguna vez autóctono de Palestina. Únicamente dos textos se refieren a estos animales.

Los monos se mencionan en 1ª Reyes10: 22 y en 2ª Crónicas 9: 21, en relación a las cosas exóticas y de gran valor, como oro, plata, marfil o pavos reales, que el rey Salomón importaba de tierras lejanas, como Tarsis.

Se ha especulado mucho con la localización geográfica de este lugar, ya que se trataba de un nombre que poseía numerosos significados, desde una piedra preciosa amarilla (crisólito o topacio) hasta el nombre propio de personas (Gn. 10: 4; 1 Cro. 1:7; 7:10; Est. 1: 14), pueblos y ciudades (Gn. 10: 4) o incluso naves de gran calado (Sal. 48: 7; Ez 27: 25).

Sin embargo, muchos identifican Tarsis con la mítica Tartessos mencionada por Herodoto, que se encontraba más allá de las columnas de Hércules. Es decir, no muy lejos de Gibraltar.

Si esto hubiera sido así, los monos que compraba Salomón -según certifica la Escritura- podrían haber pertenecido a la especie conocida como mona o macaco de Gibraltar (Macaca sylvanus).

El único mono de Europa que se encuentra actualmente en el Peñón de Gibraltar (al sur de España), aunque también en los Montes del Atlas, al norte de África. Su situación es vulnerable ya que, aunque en Gibraltar se la protege y considera como un emblema, en el Atlas su población disminuye a medida que se talan los bosques.

Además, allí se la considera una alimaña y se la persigue. En parte, como consecuencia de los prejuicios religiosos contra los monos, contenidos en el Corán.  

Estos dos únicos versículos bíblicos que mencionan a los monos, confirman también que el reino de Salomón fue el más rico y poderoso de su tiempo. Su palacio se consideraba uno de los edificios más ostentosos del mundo. Hasta la reina de Saba se asombró al verlo.

Por desgracia, el orgullo humano puede convertir las bendiciones divinas en maldición. El germen del materialismo anidó entre el lujo y el derroche. Los planes de Dios empezaron a violarse (Dt. 17: 16-17) y como consecuencia empezó la caída del reino.

Desde los días de Natán no se había oído ninguna voz profética contra la apostasía del rey. Y fue precisamente este alejamiento de Dios lo que condujo al desastre nacional.

Salomón es como el rico necio de la parábola de Jesús porque la abundancia de las posesiones no es lo que cuenta en la vida.

Los muchos monos nunca le abrieron a nadie las puertas el paraíso. Más bien, se las cerraron.

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