Las puertas de la gloria

-¡Dejadme entrar, soy el amigo ciego y sordo de vuestro Rey!

  · Traducido por Victoria Diaz Melendres

23 DE JUNIO DE 2017 · 06:45

Alain Auderset.,
Alain Auderset.

-Dime papá, ¿Qué es la gloria? ¿Es ser conocido?

-Hum… sí y no… espera, te lo explico:

Un día, llegaré al impresionante pórtico del Cielo que es guardado por unos arcángeles tan poderosos que a sus pies, seré tan insignificante como un mosquito sin carné de identidad.

Esos guardianes están revestidos de blanco; pero no de tela, sino de un concentrado de cataratas del Niágara, tan impresionante que, a su lado, estas parecerían la descarga de la cisterna del wáter de una casita de muñecas (made in China, revendida en eBay, categoría segunda mano)…

Todos los habitantes del Cielo están allí, serenos, hermosos, extraordinarios, divinos…

¿Sabes que en su profunda mirada se puede leer la sabiduría de los misterios de los tiempos antiguos? (Uf, yo tampoco sé lo que esto quiere decir, pero suena bien, ¿no?)

Ellos observan incrédulos al pequeño mendigo que está suplicando a su puerta:

-¡Dejadme entrar, soy el amigo ciego y sordo de vuestro Rey!

Ciego, porque durante toda mi vida me ha ofrecido tantas maravillas, ayudas de las que yo casi ni me daba cuenta.

Sordo, porque me ha hablado tan a menudo y yo no le escuchaba mucho…

Estaba tan discapacitado de entendimiento que frente a la ausencia, al sufrimiento y a la muerte no comprendía nada… pero a veces discernía su perfume de azar, el roce de sus pasos…

Entonces, desde el fondo del Paraíso, Cristo-Jesús, el Rey de todos los universos en persona aparecerá, provocando un murmullo de asombro general.

Pasará entre la impresionada muchedumbre para venir a mi encuentro con los brazos abiertos gritando:

-¡Dejadle pasar! ¡Dejadle pasar! ¡Es mi amigo!

Esa es la gloria, hijo mío,

Ser conocido … por él.

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cita con Dios - Las puertas de la gloria