La singular relación entre el Ateneo Republicano y George Lawrence

Amàlia Bosch publica la historia de 'El Centre' de Caldes de Montbui mencionando la relación entre los fundadores del lugar y la conocida familia evangélica.

Joaquim Campistrón · 07 DE ABRIL DE 2017 · 15:36

Participantes en la presentación del libro.,ateneo caldes lawrence
Participantes en la presentación del libro.

En Caldes de Montbui hay un ateneo que inició su andadura hace 150 años impulsado por los principios republicanos que estaban surgiendo en el país, y que tiene el nombre de Centre Democràtic i Progressista. En su dilatada historia, igual que cualquier otra entidad de esta índole ha sufrido los embates de la historia reciente del país en general y de esta población en particular, siendo el más sonado y significativo el ocurrido en enero de 1939 cuando fue incautado por las tropas vencedoras de la guerra civil. Primeramente sirvió como comedor social, para pasar luego a ser usado por la sociedad religiosa imperante como “Casal Catequístico”. Yo mismo soy uno de aquellos niños que por el hecho de asistir la tarde de los domingos a clase de catequesis en la parroquia, recibía un tíquet que daba derecho a un importante descuento en la entrada a la sesión de cine que se proyectaba después en el mencionado “Casal”.

Con la llegada de la democracia, el edificio pasó a manos de los antiguos socios, reanudando su actividad. En los últimos años, la entidad es un referente en la población por las múltiples actividades culturales que se desarrollan, incluida la de índole culinario. En estos días ha sido noticia también por la reciente publicación y presentación del libro que narra su historia. A pesar de la “pérdida” de documentación de su archivo en 1939 (quien sabe si estará en el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca), su autora, Amàlia Bosch, ha podido trazar con precisión -consultando en otros archivos y echando mano de información oral directa y fidedigna- los avatares sufridos por dicha entidad en su periplo histórico contextualizándolo convenientemente. Esta labor de investigación ha permitido sacar del olvido, entre otras cosas, a personajes como Josep Serracant Grañé, todo un referente no solo para “El Centre” (así se conoce el Ateneo actualmente) por ser fundador y alma de la entidad, sino también para el mismo Caldes, llegando a ser concejal durante años, y alcalde. Pero además, se han descubierto nuevas facetas de los Lawrence.

 

Portada del libro.

Desde hacía años y por tradición oral sabía de la relación personal entre socios de dicho Ateneo y miembros de la comunidad evangélica de la localidad, sin que hubiera nada que lo probara. Solo contaba con un antiguo título de cementerio que no hace mucho encontré en el archivo histórico local, que más que aclarar, todavía me añadía más interrogantes. En marzo de 2014 coincidí en el mismo con la autora del libro mencionado. Fue desafiante su petición de que le aportara documentación al respecto, así como gratificante su ecuanimidad y altura de miras al prometerme incluirla en el libro si le proporcionaba pruebas documentales. Gracias a Dios, al cabo de poco y de manera impensable pude tener la que desatascó tanto la interpretación del título de cementerio citado, como la aparición de testimonios orales directos y otros documentos que venían a confirmar la relación personal apuntada antes entre evangélicos y socios de dicho Ateneo. 

La sorpresa mayor fue descubrir que dicha relación llega hasta la mismísima familia Lawrence, y sobre todo, con el antes citado Serracant Grañé. Y Amàlia Bosch en un gesto de imparcialidad impecable, no solo ha incluido dicha información en el libro acompañada de una breve biografía del misionero, sino que además se siente contenta por haber contribuido, sin pretenderlo a priori, a dar a conocer esta faceta desconocida de la relación entre las familias Serracant Grañé y Lawrence. 

Una vez hecho el descubrimiento, tanto la sede de la entidad mencionada como el lugar donde está enterrado Serracant Grañé en el sector disidente del cementerio de la villa, son lugares obligados de parada en el recorrido de la Ruta George Lawrence de Caldes de Montbui.

 

Sede de la entidad.

El pasado sábado 1 de abril, cerca de 150 personas se dieron cita en la sala comedor del “Centre” para la presentación del mencionado libro. Después de unas palabras de bienvenida y agradecimiento por parte del actual presidente de la entidad Jaume Pieres, Ramon Vilageliu, director de la revista de temas monográficos comarcales “Vallesos”, actuando de moderador, fue vehiculando las intervenciones de la autora del libro y del presidente del “Centre” haciendo un repaso del mismo, a través de los momentos históricos vividos por la entidad, y contextualizándolos a fin de mostrar justificadamente su arraigo en la población. En uno de esos momentos se citó -no de pasada-, con claridad y sin reparos, lo que justifica la publicación de esta cónica. El concepto “evangélico” y el nombre del misionero galés “Lawrence” (Labrenze según el antiguo argot popular caldense) sonaron en la sala. Debido al talante liberal y respetuoso de buena parte de la población de la villa de Caldes en aquel entonces y de su simpatía por las minorías, es que se establece dicha relación, sobre todo, como se ha dicho, más claramente con el tal Serracant Grañé, al cual se le ve como testigo en dos bodas civiles de evangélicos (en una de ellas junto a Salvador Codina, responsable de la iglesia evangélica), y a su esposa Isabel Mumbrú actuando de persona de confianza de los Lawrence en 1897 -tiempo en el que su esposo era alcalde- para  comunicar al juez el fallecimiento de Amelia, la hija del misionero que también está enterrada en Caldes. Dicha muestra de cariño y amistad se ve continuada en sus sucesores, al prestar, ante la ausencia de nichos en el sector disidente del cementerio, los suyos propios en dicho sector, para enterrar a diversos evangélicos, a fin de que no lo fueran ignominiosamente en el suelo.

Cerraron el acto las palabras del vicealcalde Isidre Pineda, felicitando a la autora y al “Centre” por el ejercicio de recuperación de memoria histórica que contribuye a hacer más vivo el patrimonio de un pueblo cargado de inquietudes e ideales, viéndose claramente en aquellas personas que los llevan a cabo sin importarles ser señalados por los que se sienten molestados.

Es preciso mencionar a Josep Perera, fundador del archivo evangélico en Barcelona (AGDE) y promotor para que una calle de Caldes ostentara el nombre de Lawrence. Estoy seguro que hubiera celebrado la aparición de dicho libro, que según mis averiguaciones es inédito, puesto que no se sabe de ninguno de estas características que cite a evangélicos, y menos aún al mismísimo Lawrece y su familia.

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