Luis Cruz-Villalobos: ‘(Des)concierto de una casa de madera que arde’

Un sentido texto del poeta y pastor presbiteriano en torno a la devastación de los incendios forestales que asolan Chile.

03 DE FEBRERO DE 2017 · 06:40

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Amplia es la labor que realiza Luis Cruz-Villalobos (Santiago de Chile, 1976), poeta, psicólogo clínico, músico y Ministro presbiteriano. Se ha dedicado a la labor literaria desde su adolescencia y tiene publicados una treintena de poemarios, tanto digitales (la mayoría) como en papel (‘Breve-mente’, Vid, Santiago, 2011 y ‘Dios Mendigo. Teografías’, Hebel, Santiago, 2012).

También variados artículos y ensayos académicos sobre Psicología y Teología. Cuenta con un Magíster en Psicología Clínica de la Universidad de Chile y es candidato a PhD en la Vrije Universiteit Amsterdam.

En la actualidad es director de la red internacional de investigación sobre resiliencia y espiritualidad CIRES; secretario regional para el Cono Sur de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y reciente coordinador del Grupo Temático sobre Psicología y Espiritualidad. Una antología de su poesía esencial es ‘Como abrazo exacto’ (2015, con selección y pórtico firmado por mí).

Las fotografías son de Dragomir Yancovic.

 

 

(DES)CONCIERTO DE UNA CASA DE MADERA QUE ARDE

 

En la casa de madera

Sueño con los pájaros

Que anidaron alguna vez en este bosque.

Jorge Teillier

 

(Des)Concierto al son del horrendo fuego que quema

miles de hectáreas de nuestro país

 

Movimiento I

 

Todo comienza hermoso

Verde

Como un lago del sur puro

Como la hoja tierna de un árbol tierno

 

Todo comienza una mañana

Cuando el cielo es claro

Y el aire fresco

 

Pero de pronto el sol es aprisionado

Por la mano de los hombres

El magma surge

La explosión boreal

Feroz

Roja

Como flor inmensa y malvada

Malsana

Que se abre paso pidiendo más y más y más

Como el corazón del soberbio

Como no teniendo bordes

Y arrasa con la vida

Como la muerte

Con el pan

Con la dulzura del sendero que recorría los bosques

Con la blandura de las hojas nuevas

Con el atardecer y la alborada

Y lo torna todo infierno

Amapola roja insoportable

Que se expande con su dolorosa trampa

 

 

Dime

Casa de madera

Tú que llevas en tu centro el palpitar de la memoria de los árboles

Tú que eres su recuerdo y homenaje

Tú que eres también su nicho

Su mausoleo blando

Dime

Qué será de todos estos paisajes tan vitales que se rompen

Que se deshacen como polvo

Como tierra seca

Como pan que se hace arena oscura

Y deja a las familias sin su amor

 

La casa

Guarda silencio

Se queda muda

Como no teniendo respuesta

Incluso baja los ojos

Llora

Como pidiendo perdón

 

La casa

Allí

En medio del bosque

Junto a los cerros de antiguo verdor

Que ahora arden

Vivos de envía oxigenada

Vivos como la muerte más dura

Como la guerra más cruenta y perdida

 

Así la casa de madera

Se lamenta

No logra comprender el paso de los años en familia

La dicha de las aves que se fueron

El frescor de los bosques que ya no están

El paso amable de la vida

Que todo lo recorría a su alrededor

Que se truncó

Sin retorno

Sin remedio

Sin más que luces de una gehena

Que pide más y más almas

Para convertirlas en llama eterna

Que solo sepa morir y morir

Sobre esta tierra

 

 

Luis Cruz-Villalobos: ‘(Des)concierto de una casa de madera que arde’

 

 

Movimiento II

 

 

I

 

Suena una campana

A lo lejos

Es una iglesia

Un templo pequeño

Que también arde

Es una campana final

La de una fe

Que no encuentra cielo

La de un clamor

Que ya no sabe donde apuntar

Es la campana última

Del entierro de las aves y las abejas

De las libélulas y las mariposas

De tordos

Queltehues

Chincoles

Gorriones

Zorzales

Golondrinas

 Peucos

Y loicas

Es la campana de la muerte

De liebres y ratones

Zorros y lagartijas

Es el sonido del espanto

De la dislocación de la paz

En medio de los cerros y los valles tranquilos

Donde la casa de madera

Solitaria

 

Amable y acogedora

Se prepara para arder

Por siempre

 

 

II

 

Hemos entrado a la casa

Sus texturas rústicas

Nos han abrazado

Su aroma a bosque remoto

Nos cobija como madre

Pero afuera

El viento es rojo

El cielo es bermejón

Y el aire huele a furia

 

 

Luis Cruz-Villalobos: ‘(Des)concierto de una casa de madera que arde’

 

 

Movimiento III

 

 

Corramos

Alejémonos del manto de muerte que cae sobre nosotros

No dejemos que nos bañe con sus veloces dagas

 

Alejémonos de todo lo que han construido con amor nuestras manos

Dejemos ir al ojo del huracán de sangre hirviente

Nuestros sencillos tesoros hogareños

Que ya vendrán otros

Distintos

También irremplazables

 

No miren atrás

Pues atrás no queda nada

Solo esa boca de lobo

Que se abre como infierno

Solo esas flores malditas e inmensas

Que se despliegan a plena noche

O pleno tarde en tinieblas

Y devoran todo lo que un día fue el regazo de nuestra paz

 

Vamos

Sigamos adelante

Ya vendrá la mañana

Y la noche

Y el frescor de las lejanías

Que saben a un cielo nuevo

 

Llevemos en los corazones

Palpitando la dulce memoria de la casa de madera

Que hoy es humo pardo

 

Que llora

Lentamente

Y se torna amarga sombra

Que teñirá por años

Nuestra tierra.

 

 

 LCV

Concepción/Santiago, enero 2017.

 

 

Luis Cruz Villalobos, por los bosques hoy amenzados.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - Luis Cruz-Villalobos: ‘(Des)concierto de una casa de madera que arde’