¿Somos escoria química?

Tenemos la obligación moral de cuidar la Tierra porque es un planeta precioso y cosmológicamente raro.

15 DE DICIEMBRE DE 2016 · 17:50

Foto: Antonio Cruz,
Foto: Antonio Cruz

Hay científicos que parecen odiar el principio antrópico por las implicaciones de un diseñador inteligente. No les gusta la idea de que el Universo tenga que ser consistente con la existencia del ser humano. Stephen Hawking y otros cosmólogos, por ejemplo, creen que sólo somos una escoria química en un planeta mediocre. Parece que prefirieran más bien un principio misantrópico que justificara un cosmos absolutamente inhóspito para la vida humana y que si estamos aquí es por pura casualidad. Sin embargo, los últimos descubrimientos astronómicos no les dan la razón.

La idea de que un Universo tan enorme y complejo, como el que conocemos, es absolutamente necesario para permitir la vida humana sobre la Tierra no es nueva. El famoso naturalista inglés, Alfred Russell Wallace, quien propuso la teoría de la evolución por selección natural independientemente de Darwin, ya lo dijo en 1903. Hace 43 años, algunos cosmólogos empezaron a aceptar el principio antrópico que sugería que el Universo no es una colección de accidentes aleatorios sino algo perfecto y perfeccionado para la vida. Hoy, un siglo después de Wallace, parecemos ser cósmicamente especiales, incluso únicos. Esto es lo que acaba de afirmar el astrofísico de Harvard, Howard Smith.

La cosmología del Big Bang y la existencia de exoplanetas fuera del sistema solar sugiere que la humanidad es algo trascendental en el cosmos. No una “escoria química” producto del azar sino una especie única y singular. Las cuatro fuerzas que operan en el cosmos -gravedad, electromagnetismo e interacciones nucleares fuertes y débiles- poseen valores críticamente adecuados para la vida, sin los cuales no estaríamos aquí. Incluso un cambio infinitesimal en alguno de ellos haría del todo imposible nuestra existencia. De ahí que el hombre resurja como el objetivo principal de un universo tan misterioso y preciso.

El descubrimiento de los exoplanetas ha demostrado que nuestro sistema solar tampoco es típico en el cosmos. Muchos de tales planetas extrasolares tienen órbitas muy elípticas alrededor de estrellas inestables que impiden el desarrollo de la vida. Otros sistemas presentan planetas gigantes que se acercan cada vez más a su estrella hasta que interrumpen la órbita, haciéndolos también incompatibles con la existencia de organismos. Encontrar vida fuera de la Tierra es mucho más raro de lo que se pensaba. Esto hace decir a algunos cosmólogos que quizás estemos solos en el Universo y que, si no lo estamos, probablemente nunca lo sabremos.

Conclusión: tenemos la obligación moral de cuidar la Tierra porque es un planeta precioso y cosmológicamente raro. Debemos estar agradecidos por el regalo exclusivo de la vida y la conciencia humana. Si somos el objetivo final de un cosmos diseñado, entonces somos importantes para alguien y nuestra actitud al respecto es relevante y determinante. Según lo veo yo, no somos escoria química sino imágenes del Dios creador.

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