Violencia hacia la mujer, poemas de R. Sengupta, L. Tierney e I. Pavón
Se publican tres textos de la antología "No resignación", coordinada por A.P. Alencart para el Ayuntamiento de Salamanca, con 135 poetas del mundo uniendo voces para este clamor.
17 DE NOVIEMBRE DE 2016 · 14:51
Cuando –desde la Concejalía de Familia e Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Salamanca– se me propuso coordinar una antología de poemas que reivindicaran la no violencia contra la mujer, no tuve dudas en aceptar el reto, principalmente porque durante años apoyé, como jurado, el premio literario ‘Cartas a un maltratador’, desde allí impulsado.
Reto, dije. Y lo era. El balance final ha sido la antología NO RESIGNACIÓN: una propuesta que trasciende fronteras pero que lleva el sello de nuestra Salamanca. Desde lo local hacia lo universal. Y lo más destacable, entiendo, es que en ella se acopien las voces de 63 hombres y 72 mujeres. Siendo el hombre el problema, en cuanto a la violencia machista se refiere, satisface ver la cada vez más firme y decisiva implicación de los poetas. El título del volumen lo extraje del breve poema que escribiera un lustro atrás.
Es el mismo reloj que cambia su arena,
mientras se habla y se habla.
Olvidemos la historia: No resignación.
A. P. A.
Aquí tres poemas de la Antología de Salamanca. Las pinturas y dibujos son de Miguel Elías.
RANJANA SENGUPTA
(India)
LA HISTORIA DE UN RÍO MUERTO
Había un río llamado Mujer,
Había una fuente sobre ese río:
Se llamó Amor.
Vivió la gente en los dos brazos de Mujer,
Había un cielo azul de caricias,
Habían las canciones de amistosos pájaros, el murmullo
de hojas, frutas, flores y mucho más.
Los muertos también susurraban,
Querían volver al mundo.
Pero un día el hombre esparció
veneno en el aire.
Se puso venenoso como la respiración del hombre;
Hizo daño al río, el río se hizo impuro,
Tomó su vida,
Tampoco dejó la fuente.
El río ya está muerto.
Aún se oye el llanto
de la Mujer muerta.
El hombre es venenoso, también es el valle.
¿Quién llevará a Mujer
al mundo de la vida?
(Traducción desde el bengalí: Mainak Adak)
LEYA TIERNEY
(Inglaterra)
ADIÓS
No más caricias
del color de la nada.
No más disculpas
con sabor a ceniza.
Ni más abrazos
bajo la lluvia negra del mañana.
Mi adiós es para siempre.
Para ti la desnuda hiel
de los engaños,
la malicia sangrante
de tu lengua feral,
las lágrimas mentidas
que alguna vez
manaron de tus ojos ciegos.
Mi adiós es para siempre.
Y también el dolor de mis heridas.
ISABEL PAVÓN
(España)
TRANQUILO, TÚ TRANQUILO
Tranquilo, tú tranquilo.
Saldré a flote del naufragio de palabras
que me inundan los oídos.
Hasta ayer, me he dejado golpear
por las lanzas verbales de tu furia,
hombre, mar turbia.
Tranquilo, tú tranquilo.
Recházame, evítame, envíame tan lejos
como tu vocablo aluda.
Verás que cuando por la fuerza de la huída,
golpe a golpe, ola a ola,
haya yo alcanzado la orilla más cercana
te será imposible echar el ancla en mí de nuevo,
pues sé que, entonces, sobre la arena fina de esperanza,
lejos ya del alcance de tus garras,
de los omóplatos me nacerán alas
y en mi frente aparecerá el estigma
de una estrella reluciente.
Tranquilo, tú tranquilo.
Si me pides que la luna brille fuerte en nuestra aurora
yo sabré responderte con silencio
según la medida que hasta hoy tienen tus obras.
Tranquilo, tú tranquilo.
Borra ya de tu conciencia mi memoria.
No sé cómo ocurrió, pero he cambiado.
No soy como tú querías que fuera
ni eres tú el príncipe azul tan esperado.
Más bien, sin tapujos, te confieso:
No eres nada.
Mas tranquilo, tú tranquilo.
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