La Iglesia Valdense ha tenido, qué duda cabe, una larga historia en el seno de la sociedad italiana. Desde sus inicios, y luego de largas épocas de testimonio martirial, esta iglesia-comunidad, como gusta de definirse, ha hecho invaluables aportaciones a la marcha de las iglesias protestantes en Europa y fuera de ella. El exilio rioplatense, a mediados del siglo XIX, es una muestra de ello y de la forma en que esta tradición religiosa ha sabido inculturarse y producir notables obras de servicio que van más allá de la mera presencia numérica. Pero los valdenses también han contribuido ricamente en el ámbito teológico e histórico a través de la obra de numerosos autores que se han consagrado a la academia, al debate y a la investigación. Uno de ellos fue Mario Miegge (1932-2014), profesor emérito de la Universidad de Ferrara, donde enseñó filosofía teórica y filosofía de la religión, y en donde presidió la Facultad de Magisterio, además del Departamento de Ciencias Humanas. Fue consejero comunal en Ferrara y fue electo legislador independiente en la lista del Partido Comunista Italiano.
Entre los varios libros que publicó figuran (aquí se traducen los títulos de su idioma original):
El protestante en la historia (1970),
Vocación y trabajo. Ensayo sobre la ética puritana (1989),
El sueño del rey de Babilonia. Profecía e historia de Thomas Müntzer a Isaac Newton (1994);
¿Qué es la conciencia histórica? (2004);
Capitalismo y modernidad. Una lectura protestante (2005), además de innumerables ensayos y colaboraciones en revistas y publicaciones históricas, como la
Enciclopedia del protestantismo (para la que escribió entradas sobre capitalismo, alianza, puritanismo y los padres peregrinos) y
Protestantismo y capitalismo de Calvino a Weber: contribuciones a un debate (1983). Suya es la introducción a la edición italiana de
La revolución de los santos, de Michael Walzer (Claudiana), así como el ensayo “
Foedus y
vocatio: la orientación reformada hacia la vida política” (H.S. Wilson, ed.,
Christian Community in a changing society. Ginebra, Alianza Reformada Mundial, 1991; en español:
Boletín Informativo del Centro Basilea de Investigación y Apoyo, núm. 5, enero-marzo de 2002,
https://issuu.com/centrobasilea/docs/bol05-ene-mar2002), entre tantos más. Esta lista da cuenta de un esfuerzo sostenido de análisis y profundización en la tradición a la cual perteneció y cuyas convicciones defendió durante toda su vida.
A propósito de los 500 años del nacimiento del reformador Martín Lutero, en 1983 escribió el volumen de divulgación
Martin Lutero. La Riforma protestante e la nascita delle società moderne, reeditado varias veces.
La edición de 2013 es la base de la traducción aparecido recientemente (CLIE), llevada a cabo por Luis Vázquez Buenfil, sociólogo mexicano avecindado desde hace décadas en Suiza. Profusamente ilustrado desde su versión original, es un acercamiento brillante al papel desempeñado por Lutero, y por el movimiento que encabezó, como lo anuncia el subtítulo, en el surgimiento de la nueva sociedad occidental, con un lenguaje sencillo e instructivo, a la vez. En las “Palabras preliminares”, Miegge explica las transformaciones que sufrió su trabajo con el paso del tiempo:
En las tres décadas que han transcurrido desde entonces hasta ahora (1983-2013), no sólo se han hecho cambios sustanciales con el fin de profundizar tanto conocimiento como la interpretación de las obras de los principales actores de la Reforma del siglo XVI. Las celebraciones del V centenario del nacimiento de Juan Calvino (2009), han proporcionado nuevas aportaciones la controvertida cuestión del “calvinismo político” […] En el capítulo [correspondiente] se ha puesto un mayor relieve en la “teología del pacto”, que fue propuesta en el siglo XVI en Europa en el seno de la corriente “reformada” del protestantismo y que inspiró los eventos religiosos y políticos de Escocia, del puritanismo inglés del siglo XVII de la Nueva Inglaterra norteamericana (p. 6).
El esquema de la obra es indicativo de la metodología del autor para exponer sucintamente un asunto tan amplio y complejo; en sólo cuatro capítulos (Religión y sociedad; Martín Lutero, teólogo y reformador; El sentido de la historia: entre la reconstrucción y el apocalipsis; y La ética protestante; además del epílogo, “El pasado en el presente”, y un par de apéndices) despliega el conjunto de hechos e interpretaciones que abarcan buena parte de lo que casi siempre se maneja como “reformas religiosas”, pero con la particularidad de que atiende con precisión los contextos que les dieron lugar. Esta edición cuenta con un prólogo de la doctora Alicia Mayer, ex directora del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), especialista en la Reforma y la Contrarreforma, y actual directora del centro de Estudios Mexicanos de la UNAM en Madrid, España (www.cemespana.unam.mx).
La doctora Mayer advierte que Miegge ha hecho una gran contribución al estudio de este periodo histórico y destaca que el autor presenta en este libro, de forma sencilla, comprensible y sintética, para todo tipo de lectores, no necesariamente especializados, un recorrido por la historia de la Reforma a partir de la vida del monje Lutero, de su planteamiento teológico y de los acontecimientos y personajes que le siguieron hasta que su propuesta alcanzó dimensiones insospechadas. La obra pone en contexto el ámbito feudal y, sobre todo, la herencia de su visión del mundo, así como la situación de la Iglesia de entonces, aspectos fundamentales para comprender la vehemente reacción luterana (p. 7).
Mayer agrega que la obra, sin tener el afán de historiar en detalle los sucesos de la Reforma, muestra “cómo se desarrollaron algunos aspectos del pensamiento protestante, en un tiempo de alrededor de dos siglos y en un contexto amplio”. Miegge consigue presentar la Reforma como “un
planteamiento de cambio profundo en la vida cristiana, pero también una revolución cultural” de tal impacto que influyó en el desarrollo de las lenguas modernas, la educación y la alfabetización, además de la libertad de criterio de los lectores. Al exponer que la Reforma Protestante no fue la labor de un solo hombre ni solamente una disputa religiosa, el libro analiza como dicho movimiento manifestó la profunda crisis europea del siglo XVI. Y resume la perspectiva el autor: “La Reforma tampoco fue simplemente una construcción de teorías, sino un continuo entrelazamiento de ideas y de acciones. Los aspectos teológicos que Lutero dejó sobre la mesa abrieron grandes preguntas. Con todo ello, se rescató el papel de la teología, puesto que “ya no estuvo separada de la predicación pública, de la controversia y de la propaganda, de las diferentes opciones de organización de la iglesia y de su relación con el Estado”. Miegge presenta muy bien, señala Meyer, a Lutero como alguien que “se ha convertido en un símbolo, no sólo para sus contemporáneos, sino para todos aquellos que reconocen en la Reforma del siglo XVI una señal importante en el nacimiento del mundo moderno”.
Sobre el capítulo final de la obra, la prologuista observa que, al ocuparse de la ética protestante, este libro “continúa una larga tradición historiográfica de respuesta a las tesis de Max Weber”. La explicación del autor permite comprender qué entendió el sociólogo alemán cuando habla de la ética protestante como un “sistema coherente” donde “la doctrina calvinista de la predestinación se asocia al ‘ascetismo en el mundo’ típico del protestante, y la idea de la vocación se traduce en la disciplina necesaria para la empresa capitalista”. En suma, que Miegge ha desglosado en páginas ágiles un gran volumen de información histórica y cultural para entender mejor los entretelones y los alcances de los movimientos religiosos de un siglo marcado por transformaciones religiosas y espirituales que siguen vigentes hasta hoy.
