Evangelización: cómo toda la iglesia habla de Jesús

Evangelistas intencionales. En una cultura de evangelización las personas que aman a Jesús trabajan juntas como instrumentos en la gran sinfonía de la obra de Dios.

26 DE AGOSTO DE 2016 · 06:40

,Evangelización Mark Stiles
Un fragmento de “¿Soy realmente cristiano”, de Mike McKineley (Editorial Peegrino). Puedes saber más sobre el libro aquí.
Leer más: http://protestantedigital.com/cultural/40013/Soy_realmente_cristiano_de_Mike_McKineley
Un fragmento de “¿Soy realmente cristiano”, de Mike McKineley (Editorial Peegrino). Puedes saber más sobre el libro aquí.
Leer más: http://protestantedigital.com/cultural/40013/Soy_realmente_cristiano_de_Mike_McKineley

Un fragmento de “ La evangelización. Cómo toda la iglesia habla de Jesús”, de  de Mark Stiles (Editorial Peregrino). Puedes saber más sobre el libro aquí.

Kelly, una joven de 16 años, viajó desde su país de origen, Brasil, a Portland, Oregón, para asistir a una escuela de secundaria como estudiante de intercambio. Connie y John, los padres americanos que la recibieron, eran agradables, personas simpáticas que asistían regularmente a una iglesia centrada en el evangelio. Kelly era una buena estudiante y, al venir de un trasfondo japonés/brasileño, se sentía cómoda en medio de múltiples culturas, por lo que le fue fácil adaptarse a su escuela en Portland.

Connie y John oraron por Kelly y la llevaron a la iglesia, pero Kelly parecía no estar interesada en la fe cristiana. No obstante, John y Connie se ganaron el aprecio de Kelly, así que, tras regresar a su país, siguieron en contacto. Connie oró por ella durante los siguientes años; por cinco, diez y hasta incluso quince años.

Recientemente nos pidieron a Leeann y a mí que enseñáramos en la iglesia de John y Connie, HinsonBaptist. Durante la comida después de la reunión, Connie se sentó al lado de Leeann. «Hace mucho», le dijo Connie a Leeann, «recibimos a una estudiante de intercambiollamada Kelly, quien es ahora una azafata en EmiratesAirlines. Es una joven muy dulce». (Aunque Kelly era ahora una mujer adulta). «Vive en Dubai. ¿Crees que podrías contactar con ella? Está pasando un tiempo de soledad porque acaba de terminar su relación con su novio».

Leeann estaba encantada con la oportunidad de contactar con Kelly, pero iban a pasar varias semanas hasta que regresáramos a nuestra casa en Dubai. Así que Connie y Leeann escribieron a Kelly contándole acerca de nuestra iglesia, Redeemer. Siguiendo el consejo de Connie, Kelly fue a Redeemerantes de que Leeannregresara a Dubai.

Cuando Kelly entró a la iglesia, inmediatamente fue recibida por Hetty, de Filipinas, quien dirigía la mesa de bienvenida. Luego Kanta, de la India, la saludó en el puesto de libros. Kelly escuchó al pastor Dave predicar el evangelio y su corazón fue conmovido de un modo extraño. Después, Hetty y Kanta, que no sabían que Kelly era un contacto de nuestros viajes a los Estados Unidos, le invitaron a almorzar. Cuando Kelly llegó a su casa, abrió el paquete de bienvenida que había recibido en la iglesia y encontró dos libros: La vida cruzcéntricade C. J. Mahaney y TwoWays to Live, una explicación del evangelio escrita por Philip Jensen y Tony

Payne. Devoró ambos libros. Hetty y Kanta invitaron luego a Kelly a un estudio bíblico de grupo pequeño, donde fue calurosamente recibida.

Cuando Leeann regresó a Dubai, ella y Kelly fueron a comer. Kelly le compartió a Leeann acerca de su vida y cuánto le había gustado la iglesia. Le dijo: «Quiero ser miembro». Entonces preguntó: «¿Tengo que hacer algún pago por la membresía?». Leeann sonrió y le dijo: «No, no hay ningún pago que tengas que hacer en nuestra iglesia, pero hay algo muy importante que debes entender para ser miembro; lo que nosotros llamamos el evangelio».

«Oh, háblame entonces de este evangelio», dijo Kelly.

Múltiples continentes, un par de iglesias, varias ciudades, muchos idiomas, numerosas etnias, diversas personalidades, años de oración, comunicación oral y escrita, dos comidas; y un evangelio. Cuando bauticé a Kelly en la piscina del hotel donde nuestra iglesia celebra los bautismos, no pude evitar llorar de gozo por todo lo que Dios había orquestado por una de sus hijas que se había perdido, Kelly.

Kelly era la que menos sabía que Dios estuvo moviendo personas y eventos para traerla a sí mismo. Pero ahora lo ve. De hecho, se unió al equipo de bienvenida de la iglesia porque desea expresamente alcanzar a quienes no conocen a Dios. Recientemente, Kelly conoció a dos azafatas de Brasil que visitaron la iglesia por primera vez. ¿Quién sabe cómo Dios ha obrado en sus vidas para traerlas aquí? ¿Quién sabe lo que Dios hará?

Mark Stiles

En una cultura de evangelización, las personas que aman a Jesús trabajan juntas como instrumentos en la gran sinfonía de la obra de Dios. No siempre sabemos cuál será la siguiente melodía; el Espíritu Santo es quien orquesta eso. Pero si nos enfocamos en él y en su dirección, llegamos a ser parte de su obra en la vida de las personas.

Es muy fácil tocar para la audiencia y no para el director.Recuerda, el Señor es nuestro director. Sé intencional al evangelizar: sigue la guía de Cristo. Existen muchas maneras de distraerse y perder el tono de la sinfonía. Pero en una cultura de evangelización que va hacia la madurez, las personas confían en que Dios hará algo más grande de lo que pueden ver con sus ojos físicos.

DIFERENTES PAPELES, EL MISMO OBJETIVO

En una cultura de evangelización, instamos a los creyentes a caminar en fe y a estar abiertos para ser parte de la obra de Dios en las personas de su entorno. Como parte de este llamado, los miembros de la iglesia deben tener una perspectiva a largo plazo. Las personas alrededor de Kelly confiaron en que Dios obraría a través de ellos, en su caminar con Cristo. Así que consideremos a las diversas personas que tuvieron parte en su historia y veamos lo que podemos aprender de estos ejemplos.

Connie no dejó la amistad con el paso del tiempo, sino que oró y esperó la oportunidad. La oportunidad llegó, aunque después de quince años. No te pienses que la gente es lo que parece. No lo creas ni por un segundo. Traemos palabras de vida a quienes están en desesperación y muerte, no importa cuál sea la apariencia externa. Por tanto, ora y permanece atento, tanto a nivel personal como colectivo.

Kanta y Hetty no se consideraban evangelistas, pero lo eran. Eran evangelistas amables y prudentes, que siempre tenían sus pies calzados con el apresto del evangelio (Ef. 6:15).

El pastor Dave predicó fielmente el evangelio, como es su costumbre semana tras semana. Las personas de la congregación saben que cuando traen a sus amigos y familiares a la iglesia, estos oirán el evangelio. Davedice a menudo desde el púlpito: «Aquellos de ustedes que vengan hoy de otros trasfondos de fe, queremos que sepan lo contentos que estamos de que estén aquí.

Les animamos a que hablen acerca del sermón conmigo, o con cualquiera de nuestros ancianos, o con aquellos que les invitaron a la iglesia».

El grupo pequeño de estudio bíblico al cual Kelly asistió fue un lugar cálido y personal para estudiar las Escrituras.

Leeann no desperdició la oportunidad que se le presentó. Hubiera sido fácil pensar que una relación de quince años terminaría en el olvido y que no valía la pena invertir más tiempo en ella. Pero Leeann estaba equipada para compartir el evangelio y responder a las preguntas.

Nadie le dijo a Kelly que «cruzara la línea». No hubo técnicas para ejercer presión. En un momento de la relación, al hablar Leeann con Kelly, se confirmó que Kelly entendía y se había comprometido con el evangelio.

Pero si le hubieras preguntado a Kelly quién le había dirigido a Cristo, seguramente se sentiría confusa con la pregunta. Podría haber respondido: «el Espíritu Santo» o «muchas personas».

En una cultura de evangelización, la meta es que cada uno comparta, ore y aproveche las oportunidades que le lleguen. Podemos desafiar a las personas a venir a la fe, pero no hay instrucciones en el Nuevo Testamento sobre cómo hacer la oración del pecador. Confiamos en que Dios traerá a los pecadores al arrepentimiento. Nuestra responsabilidad es ser testigos fieles, juntos.

¿Cómo podemos ser parte de una cultura de evangelización vibrante como esta? ¿Cómo podemos llegar a ser evangelistas intencionales viviendo en culturas intencionales de evangelización? ¿Qué clase de plataformas debemos construir para estar preparados a la hora de compartir el evangelio? Creo que hay seis:

• Preparar nuestros corazones, mentes y pies

• Entender qué es vivir una vida moldeada por el evangelio

• Hacer morir nuestras suposiciones

• Ver la evangelización como una disciplina

• Orar

• Cuando sea posible, proveer liderazgo en la evangelización

1. PREPARADOS PARA COMPARTIR: CORAZONES, MENTES Y PIES

En mi primer libro sobre la evangelización, Speakingof Jesus, dije que existen tres áreas en las que necesitamosexaminarnos en la evangelización: ¿Estamos motivados?¿Estamos equipados? ¿Estamos dispuestos?Estas tres preguntas nos ayudan a asegurarnos de quenuestros corazones, mentes y pies, respectivamente, estánlistos para compartir la fe.

Por ejemplo, uno puede tener muchos amigos nocreyentes y estar motivado para compartir, pero puede sentirse inseguro acerca del mensaje del evangelio. Por otro lado, uno puede entender muy bien el evangelio, pero no conocer a nadie que no sea creyente. O puede que una persona conozca el evangelio y a muchos no creyentes, pero que sea indiferente a la realidad espiritual del juicio eterno que enfrentan aquellos amigos sin Cristo.

Tras el paso de los años, al compartir tiempo con personas y mirarlas a través de la matriz de los «motivados», «equipados» y «dispuestos», he descubierto que hay dos categorías principales de personas que se sienten bloqueadas al compartir su fe. La primera la forman aquellos que evitan compartir su fe por miedo. Hay muchas cosas por las que tienen temor: no saber qué decir, ser rechazados, ser vistos como tontos, o hacer sentir incómoda a la gente.

En la segunda categoría están aquellos que están aislados de los no creyentes. Hay varias razones que explican este aislamiento: tal vez se han retirado metiéndose en una subcultura cristiana cómoda, el estilo de vida de los no creyentes les parece ofensivo, o están, irónicamente, demasiado ocupados con el ministerio.

Preguntarnos si estamos motivados, equipados y dispuestos nos ayuda a diagnosticar nuestro testimonio personal. Pero estos criterios también son útiles para diagnosticar nuestra cultura de evangelización. Tras haber hecho el diagnóstico, podemos buscar algunas curas.

Corazones motivados en la iglesia

De la misma manera que examinamos nuestros corazones para ver si tenemos motivación personal, las iglesias deberían considerar su motivación colectiva. A continuación se presentan algunas preguntas que pueden ser útiles:

• ¿Está cultivando nuestra iglesia compasión por aquellos que no conocen a Cristo?

• ¿Necesitan nuestros miembros ser animados cuando los corazones de los no creyentes parecen estar tan endurecidos?

• ¿Están convencidos nuestros miembros de que el evangelio es lo que produce el cambio más grande que el mundo pueda conocer en los corazones, las mentes, las vidas y en la comunidad en general?

A veces, involuntariamente, motivamos a las congregaciones con instrumentos inútiles como la culpa. Pero deseamos que los miembros de las iglesias estén motivados por lo que se enseña en la Escritura y que vean su papel como embajadores de Cristo, mediando entre dos facciones en guerra, con el ofrecimiento de la paz y la reconciliación.

Mentes equipadas en la iglesia

Las iglesias deben asegurarse también de equipar a sus miembros con el evangelio. Deben usar sus reuniones para repasar regularmente y pensar sobre el evangelio, a todos los niveles. El evangelio debería estar presente en nuestras canciones […]. Cuando pienso en las letras de algunas canciones que he entonado en la iglesia a través de los años, veo que no había evangelio en ellas tampoco. Por ello agradezco que el líder musical de nuestra iglesia escoja cuidadosamente canciones que se centren en el mensaje de la cruz. Él quiere que el evangelio sea proclamado a través de los cánticos.

El evangelio debería estar presente también en toda nuestra predicación. Un pastor, amigo mío, vino a charlar conmigo después de haber predicado en su iglesia. Me contó cómo un anciano había elogiado uno de sus mensajes hace unos meses, el cual fue un desafío para él. Pero luego, el anciano le dijo: «Mi única preocupación es que no escuché el evangelio». Entonces, mi amigo pastor dijo: «Quiero hacer por ti lo que él hizo por mí. Mack, me encantó tu sermón. Técnicamente fue sobresaliente. Pero, sabes, no estoy seguro de que alguien hubiese venido a la fe a través de las palabras que dijiste hoy». Mi amigo tenía razón, y estoy muy agradecido por la disposición de este hermano para indicarme mi error. ¿Son nuestros sermones de ayuda para que la gente vea su pecado y el ofrecimiento de redención de Cristo?

Hay otras áreas de nuestra vida congregacional que debemos examinar. Nuestras oraciones públicas deberían proclamar que el evangelio es nuestra fuente de esperanza en medio de las preocupaciones que traemos delante del Señor. Podemos acercarnos a su trono confiadamente porque Jesús es nuestro Sumo Sacerdote (He. 4:14-16). Podemos incluir enseñanza acerca del evangelio en nuestras clases dominicales, en las entrevistas para la membresía y en nuestros grupos de discipulado. Podemos desafiar a los miembros de la iglesia a que aprendan un bosquejo básico que explique el evangelio y podemos enseñarles cómo compartir sus testimonios. Podemos recomendarles libros y folletos que expliquen el evangelio, publicaciones que los creyentes deberían leer por sí mismos o, mejor aún, con no creyentes.

Estas cosas no son difíciles de hacer, pero son fáciles de olvidar. Para equipar a las congregaciones es importanteque el evangelio esté presente en todos los aspectos de la vida de la iglesia.

Pies dispuestos en la iglesia

Las iglesias pueden saber si tienen disposición, colectivamente hablando, para los no creyentes simplemente preguntándose si en sus reuniones los no creyentes son bienvenidos.

Aquí debemos tener cuidado. Es fácil pasar de ser una iglesia hospitalaria a ser una iglesia que tira por la borda el evangelio en su deseo de ser «amigable». Desafortunadamente, muchas iglesias caen en esta herejía cuando su preocupación principal son los no creyentes en lugar de la fidelidad al evangelio. La ruta más rápida para llegar a la herejía y al error es una evangelización «relevante». Las buenas intenciones que intentan acomodar a la iglesia para las necesidades del hombre y no para la gloria de Dios provocan la muerte de las iglesias bíblicas.

La iglesia está llamada a ser una comunidad centrada en la cruz, enfocada en el evangelio y en dar gloria a Dios para la alabanza de Cristo. No podemos olvidar que el objetivo de la iglesia es Jesús, el Cristo, no los inconversos y su comodidad. El antiguo movimiento que promovía que las iglesias debían ser sensibles, y sus reemplazos modernos, intercambian el orden: las iglesias son llamadas a concentrarse en Dios, mientras que los individuos son llamados a ser sensibles a los inconversos. Entonces, ¿estamos animándonos unos a otros individualmente para prestar atención a los no creyentes que asisten a nuestras reuniones? ¿Estamos preparados para darles la bienvenida y ayudarles a entender lo que es una reunión de adoración cristiana? ¿Estamos construyendo amistades para compartir intencionalmente el evangelio? Es muy fácil y peligroso suponer que todos en la iglesia son cristianos.

Tener disposición no solo consiste en mover nuestros pies para estar con los no creyentes, sino que tenemos que examinar la «actitud de la mente». Nuestra tendencia es eliminar a las personas de nuestras mentes: suponemos que algunos amigos nunca estarían interesados en el cristianismo; colegas que parecen demasiadopecadores, que se pasaron de la raya; o familiares que dicen que es mejor no hablar de «tu religión».

Cuando comienzo a pensar de esta manera, necesito amigos que me recuerden que ningún corazón es demasiado duro para el Espíritu Santo.

Por tanto, en una cultura de evangelización, debemos pensar cuidadosamente acerca de tres cosas: cómo motivamos nuestros corazones, cómo equipamos nuestras mentes y cómo movemos nuestros pies para la acción.

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