Un embrión de dinosaurio

Esta solución catastrofista la venían proponiendo los creacionistas con su referencia al diluvio universal. Y la paleontología no tuvo más remedio que darles la razón en este sentido.

04 DE AGOSTO DE 2016 · 19:10

Foto: Antonio Cruz.,
Foto: Antonio Cruz.

Tomé este imagen en el pequeño museo paleontológico “Dinosfera” de Coll de Nargó (Lleida). Se trata de una reconstrucción de un embrión de dinosaurio en el interior del huevo.

En dicha región catalana del Alt Urgell se han encontrado varios huevos fosilizados de tales reptiles que un día habitaron por toda la Tierra. Durante muchos años, las hipótesis evolucionistas descartaban generalmente los eventos catastróficos para explicar el origen de los fósiles.

Se asumía el llamado uniformismo, consistente en creer que los animales morían y sus restos eran enterrados lentamente, a lo largo de grandes períodos de tiempo, hasta que llegaban a fosilizar.

No obstante, ante la abundante evidencia de muerte repentina que reflejaban tantos fósiles por toda la corteza terrestre, no hubo más remedio que aceptar las catástrofes puntuales. Esta solución catastrofista la venían proponiendo los creacionistas con su referencia al diluvio universal del que habla la Biblia. Y, de alguna manera, la paleontología no tuvo más remedio que darles la razón en este sentido.

La principal hipótesis que se acepta actualmente para explicar la extinción de los dinosaurios, desde el estamento evolucionista, es la que propusieron en 1980 el físico Luis Álvarez, junto a su hijo Walter que era geólogo y otros colaboradores (“hipótesis Álvarez”).

Encontraron niveles de iridio cientos de veces más elevados de lo normal entre los estratos intermedios del Cretáceo y el Terciario. Como la concentración de iridio suele ser más alta en los asteroides que en las rocas terrestres, supusieron el impacto de un gran asteroide, hace 65 millones de años, que acabó con los dinosaurios y el 75% de la fauna existente.

Actualmente esta hipótesis es la más aceptada aunque también tiene sus problemas. No todos los paleontólogos están de acuerdo con ella, como puede observarse cuando se analiza la bibliografía existente.

Cronologías e interpretaciones aparte, la hipótesis de que la Tierra fue devastada por el impacto de algún meteorito no tiene por qué entrar en conflicto necesariamente con la catástrofe hidráulica mencionada en la Biblia. Ésta pudo ser una consecuencia más de aquella.

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