Humillación de la pobreza

La Poesía dice mucho en pocos versos. Aquí un ejemplo que ofrece Alencart, siguiendo la estela del clamor aprendido en los profetas.

10 DE JUNIO DE 2016 · 08:10

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HUMILLACIÓN DE LA POBREZA

(Niño de tres años vendiendo chicles)

 

No decir tu nombre. Decir tus ojos reflejando fríos

decir tus manos extendidas; decir que perdiste niñez

porque un remolino de pobreza te estrelló por calles

donde escuchas palabras bruscas y palabras huecas.

 

No decir tu país o tu ciudad. Decir tu futuro en vilo,

dependiendo de valentías o vergüenzas devoradoras;

decir que subsistes en medio de los días quemados

y que no desfalleces aunque todavía eres vulnerable.

 

No decir el color de tu piel. Decir que las hambres

te gritan desde que naciste; decir que tu foto no sale

en las páginas sociales; decir que el día te hizo cauto

y que la noche y sus rapaces están ahí para devorarte.

 

No decir discursos políticos o teológicos. Decir que

nadie remienda tus zapatos; decir que tu desamparo

se debe al orbe asqueroso de la codicia; decir llanto,

injusticia procaz, rabia ciega; decir pan mío para ti.

 

Humillación de la pobreza

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