Cervantes murió hace justo cuatro siglos

El fin principal que se propuso Cervantes fue, como él dice, deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tenían entonces los libros de caballería.

22 DE ABRIL DE 2016 · 05:15

'Agonía de Cervantes', de Eduardo Cano de la Peña. ,Miguel de Cervantes muerte pintura
'Agonía de Cervantes', de Eduardo Cano de la Peña.

Shakespeare, de quien escribí la semana pasada, murió el 23 de abril de 1616 según el calendario británico, que en el actual nuestro corresponde al 3 de mayo. Cervantes murió un día antes, el 22 de abril del mismo año.

Una relación completa de los libros y artículos escritos sobre la persona y la obra de Cervantes en cuatrocientos años daría para varios tomos. Es un personaje considerado Patrimonio de la Humanidad porque sus libros, especialmente “El Quijote”, rompen las fronteras de lo comarcal y aun de lo nacional. El contenido de sus novelas consiste en su mayor parte en sucesos que había visto u oído narrar ya en España, ya en Italia o en sus años de cautiverio en Argel. Cervantes es el único hombre que por medio de una invención ha llevado a sus lectores a seguir las aventuras de un ser a primera vista extravagante. El autor de “El Quijote” no vino a matar un ideal, sinoa transfigurarle y enaltecerle. El fin principal que se propuso Cervantes fue, como él dice, deshacer la autoridad y cabida que en el mundo y en el vulgo tenían entonces los libros de caballería. Para conseguirlo se vale de un caballero andante, hombre de buena fe, valiente en unas ocasiones, estrafalario en otras, campeón del ideal, que para él era Dulcinea del Toboso. La locura de Don Quijote, según lo pinta Cervantes, tiene más de sublime que de ridículo. Cuando Peter Motteux traduce “El Quijote” en inglés el año 1700, escribe en el prólogo: “No puedo menos de celebrar en Cervantes ese raro arte de moralizar con tan festivo tono. Se ha complacido en hacer de su libro un exacto espejo de la humanidad, en el cual sin acritud muestra a los hombres su mismo rostro, enseñándoles serenamente la forma tal como naturalmente procede de la sustancia”.  Don Quijote continúa cabalgando a lomos de libros por más de sesenta países.

Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares (Madrid). Unos biógrafos escriben que fue el 9 de octubre de 1547. Otros adelantan la fecha al 29 de septiembre, día de San Miguel. Era entonces costumbre poner a los nacidos el nombre del santo del día, según el santoral católico. El padre, Rodrigo, un modesto cirujano, se trasladó con la familia a Valladolid cuando Cervantes tenía cuatro años. En la ciudad del Pisuerga don Rodrigo solicita un préstamo de 45.000 maravedís con la intención de instalarse con cierto decoro. La fortuna -¿existe la fortuna?- le fue adversa. No pudo pagar el préstamo. Además, carecía de dinero incluso para pagar el alquiler de la casa que ocupaba la familia. La justicia embargó sus escasos bienes y el padre de Cervantes fue encarcelado.

Por entonces Miguel era un chiquillo, un niño, pero ya contempló la cara del infortunio. Es un error creer que el niño no comprende. Comprende demasiado pronto y no tarda en abarcar todo el cuadro familiar.

En cuanto don Rodrigo fue puesto en libertad decidió salir de aquella para él negra ciudad y se instaló con toda la familia en Córdoba. ¿Por qué Córdoba? Allí vivía su padre, el licenciado Juan de Cervantes, en buena situación económica. Tampoco en Córdoba duró la familia mucho tiempo. Pocos años después hubo traslado a Sevilla. Por entonces Miguel de Cervantes era ya un adolescente de 17 años. De Sevilla la familia vuelve a Madrid. A esta época pertenece el primer soneto que escribe Miguel y lo dedica a Isabel de Valois, reina de España entre 1559 y 1568.

En Madrid Cervantes estudia con ahínco. Uno de sus profesores fue el sacerdote maestro en Humanidades y en Gramática Juan López de Hoyos. En su obra llama a Cervantes su “caro y amado discípulo”. En la capital de España Cervantes se iba metiendo cada vez más en el mundo de las letras. Lee mucho, especialmente a los clásicos. Hacia 1569 la justicia acusa a Cervantes de haber herido a un tal Antonio Segura. Se le condena a diez años de destierro y que le fuera cortada la mano derecha. Nuestro hombre logra huir a Italia. Allí se inclinó por la carrera militar, ingresando en el tercio Miguel de Moncada, con el que recorrió varias ciudades italianas.

En octubre de1571 la llamada Liga Santa, presidida por el Papa de Roma, reúne una flota para pelear contra los turcos. Cervantes va en la galera “La Marquesa”. Aún enfermo quiere entrar en combate. Fue herido en el pecho y en la mano izquierda, que le queda inútil para el resto de su vida. De aquí que sea conocido como “el manco de Lepanto” o “Miguel de una mano”. Siempre desafortunado, cuando decide regresar a España en la galera Sol, fue apresado por piratas berberiscos que lo llevan a Argel. Allí estuvo padeciendo cárcel durante cinco años y medio. De la vida en la ciudad africana quedan recuerdos en dos comedias que escribió: “El trato de Argel” y “Los baños de Argel”. Cuatro veces intentó escapar de su cautiverio, pero no lo consiguió. En negociación con España, el sanguinario gobernador de la plaza, Hazán Bajá, pedía por Cervantes 500 escudos de oro en moneda de España y no de otra forma. De no obtener esa cantidad, llevaría a Cervantes como esclavo a Constantinopla, donde pensaba trasladarse. Por fin, el 19 de septiembre de 1580 Cervantes fue rescatado por miembros de la Orden Trinitaria. Tenía entonces 31 años.

De nuevo en Madrid, Cervantes se dedicó a la literatura, respondiendo a su natural inclinación. Publicó con éxito “La Galatea”, “El trato de Argel” y “La confusa”. Todo esto no le daba para vivir y marchó a Sevilla.

En 1584 contrajo matrimonio con Catalina Salazar y Palacios,  natural de Esquivias, en la provincia de Toledo. El escritor tenía entonces 37 años.

Las cosas no le fueron bien en Sevilla. Fue nombrado comisario para el aprovisionamiento de la Armada y recaudador. Recorrió toda Andalucía. En algunos pueblos, ante la resistencia de los vecinos, se vio obligado a requisar. La mala estrella que parecía perseguirlo volvió a hacer acto de presencia y la quiebra de un banquero le valieron varios meses de cárcel. Es opinión general que en esta prisión inició la redacción de “El Quijote”. Vuelto a Castilla se instala en Valladolid. En 1605 aparece en Madrid la primera edición de El Quijote.

¿Existe la suerte? ¿Hay personas con buena suerte y otras con mala suerte? De ser así, a Cervantes le tocó en suerte la mala suerte. Toda una vida de conflictos y penalidades. El mismo año de la aparición de “El Quijote” en su primera parte, un hombre llamado Espeleta apareció muerto cerca de la casa donde residía Cervantes. La justicia culpó de ello a la familia del escritor; éste fue llevado a la cárcel -¡otra vez!- aunque por poco tiempo, sólo dos días hasta que se aclaró la muerte de Espeleta.

En 1606, un año después de la publicación de “El Quijote” en su primera parte, Cervantes regresa con su familia a Madrid, donde continúa su carrera literaria y la redacción de la segunda parte de El Quijote, que ve la luz en 1615.

Aquejado de una afección cardiaca, pasó por consejo de los médicos algún tiempo en Esquivias. Muere en su casa de la madrileña calle León el 22 de abril de 1616, siendo enterrado en el cercano convento de las llamadas Trinitarias Descalzas.

            Obras de Cervantes por orden cronológico

Recordar a Cervantes es asociarlo al “Quijote”. Pero esta no fue la única novela que escribió. En realidad “El Quijote” puede ser considerado como la síntesis de toda su producción novelesca, fundida de modo admirable. Publicó otras importantes novelas, comedias, entremeses y tres obras de teatro. Cervantes está considerado, hasta el día de hoy, como una de las grandes figuras universales y la mayor gloria literaria de España.

            He aquí una relación de sus obras por orden cronológico

La Numancia

El trato de Argel

La Galatea

El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha (Primera parte editado en 1605, segunda parte en 1615)

Novela del Casamiento Engañoso

La Gitanilla

El amante liberal

La española inglesa

Riconete y Cortadillo

Licenciado Vidriera

La fuerza de la sangre

El celoso extremeño

La ilustre fregona

La de los perros Cipón y Berganza

Novela de la Señora Cornelia

Novela de las Dos Doncellas

Viaje al Parnaso

Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados

El gallardo español

Los baños de Argel

La gran sultana doña Catalina de Oviedo

La casa de los celos

El laberinto de amor

La entretenida

El rufián dichoso

Pedro de Urdemales

El juez de los divorcios

El rufián viudo llamado Trampagos

La elección de los alcaldes de Daganzo

La guarda cuidadosa

El vizcaíno fingido

El retablo de las maravillas

La cueva de Salamanca

El viejo celoso

Los trabajos de Persiles y Segismunda, publicada después de su muerte.

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