La búsqueda espiritual de Van Morrison: Poemas, oraciones y mantras (III)

El extraordinario músico irlandés se caracteriza por una exacerbada sed espiritual que ha exteriorizado a lo largo de su vida con versos, oraciones y mantras. 

26 DE FEBRERO DE 2016 · 06:35

Van Morrisson. ,Van Morrisson
Van Morrisson.

Los dos primeros trabajos de Van en los noventa mantienen la línea temátic anterior. De hecho Enlightenment (“Iluminación”)(1990) es casi una secuela de Avalon Sunset.

La canción que titula el disco tiene la apariencia de un alegato a la construcción personal del significado del mundo: “Iluminación, no sé lo que es / es cosa tuya tu forma de pensar”. Hay versos que parecen extraídos de antiguas canciones: “estoy aquí y ahora, y estoy meditando / y aún estoy sufriendo pero ese es mi problema / Iluminación, no sé que es”.

Van parece siempre a las puertas de la gracia de Dios. Como dice muy acertada y graficamente Steve Turner: “como si estuviese destinado para siempre a tener la nariz aplastada contra una vidriera”. Aunque fuese solo por perseverancia, ojalá consiga atravesar esa barrera.

En Avalon of the heart (otra mención más a la legendaria isla de la mitología celta) saca otra vez de paseo a viejos amigos: a Keats, Shelley y Yeats; al Santo Grial y a Camelot. “Bajando por Avalon / voy a empezar de nuevo” termina la canción. Start all over again (“Empezar todo otra vez”) insiste en esta línea. Y tenemos, claro, una canción sobre el Belfast de los años 50 (In the days before rock&roll) y una petición de auxilio a su amada (See me through). En la primera Van repasa sus raíces, explicando como trasteaba en una radio Telefunken para conectar con Radio Luxemburgo, una mítica emisora de la época a la que acudía para oir a John Lee Hooker, Lightnin' Hopkins, Jerry Lee Lewis, Muddy Waters, Little Richard, Elvis Presley y su admirado Ray Charles.

 

Enlightment.

La nostalgia de su infancia en Belfat y la búsqueda religiosa se mantienen como ejes de Hymns to the silence (1991), un album que la crítica se ha puesto de acuerdo en etiquetar como autobiográfico. La foto de la contraportada es de Hynford Street, el lugar donde nació. En algunos momentos, los temas principales del album se entremezclan, como en el himno cristiano Just a closer walk with Thee que Van graba añadiendo una estrofa en la que pide al Señor ayuda y que lo lleve “de vuelta a Hyndford Street and Hank Williams, Louis Armstrong, Sidney Bechet en tardes de domingo invernales”. En On Hynford street, un recitado sobre sintetizador, Van insiste en ser llevado a la calle de su infancia. No es difícil entender que Van entiende como “religiosos” o “espirituales” los cálidos sentimientos de pertenencia que experimentó a través de la música y en su infancia.

El album, doble, incluía cuatro canciones que VM había escrito y producido para Tom Jones y que este había publicado ese mismo año. Estas cosas solo se las dejaban hacer al irlandés.

En Professional jealousy y Why must I always explain? se queja de las servidumbres que conlleva el oficio de un autor de canciones. Be thou my vision es un viejo himno irlandés (el conocido grupo evangélico Jars of Clay lo versionó en 2003). ¿En qué piensa Van Morrison cuando canta cosas como: “Sé Tú mi sabiduría, sé Tú mi palabra verdadera / Yo siempre contigo y Tú conmigo Señor / Tú mi buen Padre y yo tú hijo fiel / Tú habitando en mi y uno conmigo...?” Esa es la pregunta del millón, como suele decirse.

En Take me back, Van vuelve añorar tiempos de despreocupación, en la naturaleza, en los que todo tenía mucho más sentido que ahora. ¿Alguien rechaza la idea de que la inocencia de la infancia es un vislumbre de la presencia de Dios? “Hay demasiado sufrimiento y confusión / y camino río abajo / Oh, déjame comprender la religión”. A este hombre o se le quiere o se le quiere.

En By his grace (“Por su gracia”) le oímos cantar: “Tienes que intentarlo, para el reino .../ en lo alto, tiene que intentarlo / por Su gracia, por Su gracia / tienes que vivir tu religión / muy dentro de ti, cuando lo intentas / para el reino en lo alto / por Su gracia, por Su gracia”

En 1993 VM publica Too long in exile (“Demasiado tiempo en el exilio”), otra vez un disco doble. Otra vez algunas cosas de siempre, aunque el tono ha cambiado. Está menos insistente que de costumbre con su peregrinación interior. De los 15 temas, dos son instrumentales y cinco de los trece restantes son temas de amor. Hay un poema de Yeats sobre la inocencia (“busco el rostro que tenía antes de que fuese hecho el mundo”) que luego cantaría también Carla Bruni, una canción sobre las estafas y los estafadores en negocio de la música. En Wasted years canta junto a John Lee Hooker sobre hacerse sabio y advertir el tiempo malgastado. In the forest es una canción donde vuelve a contemplar la naturaleza como un ámbito favorable para alcanzar la plenitud sensorial y espiritual. Remite en cierto modo a In the garden de No gurú, no method...

En The lonesome road (“La carretera solitaria”) le dice a su baby que alce la vista a su Hacedor antes de que (el arcángel) Gabriel toque la trompeta. De aquí deducimos que Van ha leído el Apocalipsis. Unos versos después nos revela que aún está buscando el verdadero amor y que este lo está tratando muy mal (claro, no aparece...). En Gloria (un viejo tema de su etapa con Them) parece haberlo encontrado. Pone al cielo por testigo: “ella llega hasta aquí / cerca de la medianoche / hace que me sienta tan bien, Señor... “ y lo demás no hace falta decirlo. No podía contar simplemente que se acuesta con Gloria, tenía que meter al Señor por el medio. Claro, luego no es de extrañar que un blog de “Enfoque a la familia” diga del album que “a pesar de que intenta transmitir la verdad espiritual, en ocasiones su teología es cuestionable”. Igual de cuestionable que plantear que VM pretende transmitir una verdad espiritual (está en proceso de buscarla) o de que su obra artística encierre algo remotamente parecido a teología. No me resisto a reflejar la recomendación final: “melodías sentimentales y enérgicas que mezclan temas piadosos con hormonas en ebullición, lo que viene a contaminar la verdad. Exilie este disco. Los adolescentes pueden ingeniárselas mejor (sin él).”

En Till we get the healing done hace una de las pocas declaraciones en su particular mundo religioso, al hilo de una nueva mención a la sanidad o curación. Y otra vez se refiere a una curación interior, a una sanidad espiritual: “Hasta que habitemos en la casa del Señor / hasta que no tengas que preocuparte más / hasta que inaugures un flamante mundo nuevo / hasta que esté terminada la curación / hasta que esté terminada la curación”.

En 1995 Van graba dos discos, aunque How Long Has This Been Going On, un disco de versiones de jazz junto a Georgie Fame & Friends, se publicaría al año siguiente.

El otro, Days like these, marca el inicio de una nueva etapa en su vida que arranca con su segundo matrimonio. Para empezar, su indumentaria en las portadas refleja un nuevo estilismo. Parece ser que su amiga Marianne Faithful intercedió ante su esposa, Michelle Rocca, para que le hiciese abandonar aquellas prendas “con las que parecía haber dormido la noche anterior”. Lo que hizo fue vestirlo de “Men in black” dos años antes del estreno de la película. Y ya se quedó con esas pintas (véanlo en los siguientes albumes).

Las canciones denotan un proceso previo de autoexamen interno, ya toquen el tema amoroso Perfect fit o In the afternoon, la inspiración (Songwriter) o muestren una serena sensación de gozo ante la vida (Days like days). Pero la melancolía no abandona a Van: Melancholia o Underlying depression. Si bien en Ancient highway repite el verso “estaré orando a mi ser superior”, sólo hay un tema íntegramente dedicadao a la religión y se titula No Religion.

No Religion procede de la constatación del laicismo imperante en la sociedad actual: “No sabíamos nada mejor, y me dijeron que podría ser peor / algunas personas pensaron que era una bendición / otras personas piensan que es una maldición /es una elección entre la realidad y la ficción / y el mundo entero se ha ido por mal camino / es por eso que no hay ninguna religión, ninguna religión , ninguna religión aquí hoy”. En general, se podría decir que los detractores del lado místico de Van estaban de enhorabuena con este disco; el irlandés declaró haber “agotado” ese enfoque en una entrevista promocinal auspiciada por la disquera Polydor que concedió ¡a su propia esposa!.

Dos años después se edita The healing game.

 

The Healing Game.

Cuando oímos a Van rugiendo de nuevo mientras la impagable voz de Brian Kennedy le da la réplica en los tonos altos y el hammond de Georgie Fame prende la lumbre, nos sorprende y admira la insistencia con que este hombre parece estar siempre llamando a las puertas del cielo (Rough God goes riding) perdiéndose en lamentaciones sobre el precio de la fama(This weight) , añorando su infancia en Belfast (The healing game), quejándose y gozando con la contemplación de la Naturaleza (Piper at the gates of dawn) y cantando al amor (If you love me). Todos temas recurrentes que le hacen sentir que tiene fuego en la tripa (Fire in the belly).

Cuando publica Back on top (1999) Van tiene 54 años y se siente en el otoño de su vida. Este es un disco sobre la caída de las hojas de los árboles y sobre el paso del tiempo. Es un disco desde la perspectiva de alguien que continúa buscando la piedra filosofal (Philosopher's stone) y que asegura que su trabajo es “transformar el plomo en oro”. Back on top, la canción, es otra vuelta de tuerca a la forma en que vive su profesión: la soledad (“isolation at the top of the bill”), la necesidad de plantearse nuevas metas cuando las has alcanzado todas (“what do you do when you get to the top and there's nowhere to go”), el esfuerzo constante (“always striving”) y la imparable ascensión al pico de la fama (“always climbing way beyond my will”).

Van nombra a Dios varias veces en High summer, pero ya no es el Dios que nos mostraba en la década anterior o, de otro modo, no lo presenta de la misma manera. Aquí no es un Ser a quien se busca, añora o celebra, sino un mero concepto literario que le sirve para construir la letra de la canción. En ella el viejo cascarrabias irlandés se queja de la plenitud del verano, que le produce sensaciones de soledad, le deprime e incluso le hace sentirse expulsado del paraíso como Lucifer (también el orgulloso de los talentos que le habían sido concedidos).

Precious time trata sobre la fugacidad de la vida, ante la que el músico no ofrece mucha esperanza: “no importa a qué Dios ores, el valioso tiempo se desvanece”, “no importa qué ruta tomes/ tarde o temprano el corazón se va a romper / ni rima ni razón, ni plan maestro / ni Nirvana, ni tierra prometida / porque el valioso tiempo se desvanece”. Aunque, sí, Van le da un ritmo ágil a esta resignada letra porque “aún está el fuego en mi y la pasión arde”.

Tras esta autoproclamada vuelta a lo más alto, Van inicia la década del 2000 con dos trabajos colaborativos. El directo Skiffle sessions (2000) había sido grabado dos años atrás durante una actuación en directo junto a Lonnie Donega y Chris Barber. También editó You win again junto a Linda Gail Lewis (hermana de Jerry Lee) y la banda escocesa de country-blues The Red Hot Pokers. Sólo un tema del album estaba firmado por él.

 

Back on top.

Con la nueva década, Van sigue mostrando señales de melancolía y no cesa de mirar hacia el pasado con nostalgia. Sus ansias espirituales han menguado, o al menos no aparecen con la misma intensidad en las letras. Van graba discos (Down the road, 2002; What's wrong with this picture, 2003; Magic time, 2005; Pay the devil, 2006; Keep it simple, 2008) en los que nombra a héroes musicales de su tiempo, algunos de ellos injustamente olvidados. Tal vez esta añoranza le lleva a grabar un disco con solo tres temas nuevos y doce versiones de clásicos de country (Pay the devil). En el tema que bautiza el album, Van habla de que ha de pagarle al diablo por su música (erre que erre, se refiere a todo lo que tiene que soportar por ser una estrella).

Van sigue mostrándose, al igual que al principio de su carrera, extraño en el mundo: "Estoy encallado en el borde del mundo, es un mundo que no reconozco" canta en Stranded (Magic time). En Keep it simple, una invitación a la sencillez y otra vez, hay un tema, Lover come back, en el que aparece un “Oh Lord” mientras lamenta su soledad. Eso, y un tema titulado Soul (“alma”) son todas la referencias de tipo religioso que podemos rastrear.

Cuatro años más, el lapso más amplio en su carrera, hubo que esperar para la siguiente obra del señor Morrison: Born to sing: no plan B (2012)

En Going down to Montecarlo ( que remite al Going down Geneva de Back on top) cita a Sartre. El filósofo francés decía que el infierno son los otros, Van dice que es así en la mayoría de los casos, y termina justificando su decisión de apartarse de la gente porque intentan volverlo loco. El tema comienza con la queja por la infame música de seudo-jazz que tiene que escuchar de fondo en un restaurante: está claro que van a por él.

En la séptima estrofa de Born to sing, con la que reivindica su oficio de cantante pues al ejercerlo solo cumple su destino, canta: “Señor, sintiéndome bien / cantando blues / siguiendo adelante / pagando las deudas”

Hay canciones para despotricar de forma simple y directa del sistema capitalista, en manos de una elite, acusándolo de anular al individuo.

En If in money we trust critica el poder alcanzado por el dinero, convertido en el dios a adorar. Se pregunta dónde está Dios y cuál es su sustituto si Dios está muerto (como aseguró Niestche) y el dinero no es suficiente. El tema termina con Van cantando que no hay sustituto y que nos lo pensemos bien.

En Pagan heart se pone irreverente y le canta a su corazón pagano y a su alma pagana. No tiene mucho mérito porque, en principio, todos tenemos una. Dice que la suya tiene que ir a los cruces de caminos, al bosque sagrado, a los bosques de la Arcadia... menciona también el sol, la luna nueva... otra vez los viejos temas de la naturaleza y los mitos del blues (el cruce de caminos).

En la misteriora Mystic from the east no parece cantarle a la mística de la India o el Nepal, más bien habla de “mística de las calles”, “mística inalcanzable” pero él mismo dice que no va a dar muchas explicaciones (“can't find no reason to speak”).

Born to sing: No plan B es el último disco con canciones nuevas de Van Morrison hasta la fecha. En 2015 editó un álbum de duetos con temas propios interpretados junto a artistas como Michael Bublé, Mark Knopfler, Steve Winwood, Georgie Fame, Taj Mahal, Mavis Staples, Natalie Cole y otros.

Tal vez indique esto que, con el paso del tiempo, el extraordinario músico irlandés se ha vuelto más sociable. Una personalidad peculiar, tanto que su propia casa de discos lo describía en el texto en la carpeta del segundo album de Them como: “cambiante, impredecible, perverso, con frecuencia testarudo pero siempre creativo”. Personalidad también caracterizada por una exacerbada sed espiritual que ha exteriorizado a lo largo de su vida con versos, oraciones y mantras. Uno no puede sino desearle el mayor de los éxitos: la mayor de las bendiciones.

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