Poemas del mexicano Abdiel Espinoza

Gracias a la generosa labor de Luis Cruz Villalobos, pastor presbiteriano, poeta y editor chileno, la obra de distintos poetas protestantes de América Latina y España está siendo publicada en ediciones digitales.

12 DE FEBRERO DE 2016 · 07:20

Portada del libro de Abdiel Espinoza.,
Portada del libro de Abdiel Espinoza.

Presentamos seis poemas de Abdiel Espinoza González (Tijuana, México, 1986), poeta y licenciado en historia por la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California.

Es profesor de Historia en un colegio secundario y, desde 2010, obrero local de media jornada en Compañerismo Estudiantil A.C. /IFES México.

Acaba de ingresar al programa de Maestría en Estudios Teológicos Interdisciplinarios en Carery Theological College. Los poemas han sido seleccionados del libro “Elegías en el interciso de la ciudad”, recientemente publicado por Hebel Ediciones. La misma editorial publicó, en 2013, su poemario “Versos al Carpintero”.

 

CRISTO

Creo en tu muerte y resurrección

creo

mientras más creo más muero

y eres tú muerto cénit de oscuridad

ligeras manos cansadas y desarticuladas manos

dispuestas

tendidas como las tuyas yacen frágiles

de

rra

man

do

vida

como una cicatriz sin cerrar

abierta regando al mundo

llenándose de muerte

muriendo tú en nuestro lugar

muriéndome yo contigo

muriéndonos todos

esperando entre las sombras tu auxilio

tu llamado a resucitar

 

 

AUTOEXAMEN

Sobrevivimos con poesía

para hablar los temas del silencio

explicar los matices de la oscuridad

y darle nombre

 

es una cuerda descendiendo

al fondo del alma

para tomar de las aguas profundas

sensaciones y sentimientos

 

para exponerlos al sol

y en ese intento

reconocer mi reflejo

llorando

sonriendo

angustiado

o sereno

hay un espejo pequeño sobre mis palmas

que poco a poco

se escurre entre mis dedos

como agua

tibia e inquieta.

 

Abdiel Espinoza

 

DEBATIENDO CONTRA EL ESPEJO

Hay un misterio en ese rostro que sufre

ese halo de olvido inmune al paso del tiempo

soy la mancha escurriendo en la pared

formando parte de mi historia en sus siluetas indescifrables

y de momento desconocidas a mí mismo

 

me urge identidad

inventarme sobre ese desierto blanco en cual he sido arrojado

nada borra mis intentos frustrados

para adoptar la forma autocreada

 

sin sostén me escurro

dejando la estela de mi caída

como única evidencia de mi existencia

 

me escapo a mí mismo

nada permanece

nada me contiene

 

 

DESESPERACIÓN

Grito tu fracaso

mi impotencia

nuestro llanto

grito antes que tu mano intente callarme

grito de coraje a tu paso

por la muerte de mi paciencia

y por mi resistencia a humillarme

ante la bota del poder y arrogancia

 

gritando le pongo palabras a nuestro llanto

acción a nuestra reacción

símbolo que te deslegitima

y última llamada de atención

gritando te grito: ¿Hasta cuándo?

 

aquí gritamos

aquí a dónde no vienes

y a dónde no me quieres dejar venir

aquí estamos

en las calles que seguirán siendo nuestras y no de ustedes

aquí estamos

donde no nos vamos a rendir

aquí estamos

con la violencia de la determinación

aquí

dónde las ideas son nuestra mejor demostración de fuerza

aquí

donde no te interesa venir

 

 

ORACIONES COTIDIANAS

Las palabras proyectan sombras intermitentes

multiplicando significados conforme avanza el sol

se extienden re-velando estructuras mentales

(operación lenta de cuarto oscuro desmecanizada)

sopa instantánea de vocales y consonantes

¿quién aprende a dejar de hablar?

todos somos multilingüistas obligados

demasiada luz de celulares y computadoras

gruñidos en traducciones posindustriales

imágenes en movimiento que no avanzan

el mundo y su totalidad invadiéndonos

¡bienvenidos al nuevo nacimiento!

Internet desplazando la biología de las cuerdas vocales

robotización presupuestada encaminada a la eternidad

son los signos y las palabras

binarios interminables de un alma nueva

¡luz eléctrica sálvanos de un apagón!

ídolo dador de energía y palomitas de microondas

mantennos en comunión contigo y nadie

y no nos abandones a la necesidad

de mendigar relaciones

 

Abdiel Espinoza y su esposa Alejandra.

 

 

EL PROFETA

Ay de las cárceles llenas de libertad

silenciadoras de curiosos, locos y profetas

Ay de los palacios voladores suntuosos de corrupción

te elevaste a los cielos

hasta el abismo descenderás

yo vi caer su poder junto a todo su inepto Estado

arrastrando con su cola a los delincuentes de cuello blanco

 

Ay por las policías militarizadas de la democracia

criminalizadoras de los cuerpos heterogéneos

de los caminantes con rumbo no institucionalizado

hacia otra realidad llamada dignidad

ajena a la sombra del concepto mancillado de bienestar social

 

Ay de los espías y delatores

vividores de las ubres del Estado

flácidos cuerpos inertes esclavos de la seguridad

son como ramas sin fruto listos para ser cortados

Ay de los profesores que jamás enseñaron a pensar

pues yo vi sus cheques volar escapando de sus manos para no volver

son como los guardias de seguridad represores en las marchas de la ciudad

Ay de los observadores de los Derechos Humanos

cómplices castrados y de cobardía institucionalizada

un día todos ellos arderán con el fuego de sus informes

 

Ay del Internet y el multimedia

ustedes que derribaron gobiernos

abanderando la transparencia con su brazo

delatando y exhibiendo los más oscuros secretos

mientras encriptabas los propios

jamás volverás a estar de pie

caerás

y no habrá ni satélite ni cables que te sostengan

será tu ruina grandemente

tus amantes vendrán juntos

todos quienes pagando te penetraron

“cayó la gran ramera”

dirán a los pueblos

lloren por su destrucción en la noche del caos nuclear.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - Poemas del mexicano Abdiel Espinoza