Siete poemas de ‘Ruidos y Sombras. Antología poética 1981-2013’

Ruidos y sombras. Antología poética 1981-2013, de Leopoldo Cervantes-Ortiz, contiene 100 textos procedentes de 17 poemarios redactados en esos 32 años de escritura.

20 DE AGOSTO DE 2015 · 20:55

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Detalle de la portada de la antología de Leopoldo Cervantes-Ortiz.

Gracias a la generosa acuciosidad de Luis Cruz Villalobos (Santiago de Chile, Ediciones Hebel), aparece por fin, en formato electrónico inicialmente, dentro de la colección Bajo Cuerda, aunque con la futura edición impresa en el horizonte, Ruidos y sombras. Antología poética 1981-2013, volumen que contiene 100 textos procedentes de 17 poemarios redactados en esos 32 años de escritura.

 

Portada del libro.

Luis lo diseñó y escribió, además, un poema que cierra, a manera de posludio, el libro.

De Alfredo Pérez Alencart es el prólogo, que mucho me honra pues su lectura ha sido profunda y minuciosa. Me permito incluir los primeros párrafos:

La poesía es una campana hecha con el metal del silencio que hay que extraer de profundos abismos. Unos practicantes se inclinan hacia lo tangible, la belleza o los hechos más visibles; otros se decantan por percibir su última verdad en lo espiritual, porque así lo que se alcanza no es la muerte sino el lugar flexible de los sueños, el corazón del Dios al que nunca ha atrapado el tiempo.

Por ello, quienes merodean para escuchar su antiquísima voz, saben que la fe y la pasión salvan para gravitar en su ámbito. Fe poética, cierto, pero también fe religiosa, pues la Poesía nutre lo sagrado, viene del Verbo y del impenetrable milagro, para reinar luego en las algarabías interiores de toda persona, sea creyente o no, que sigue la estela del primer poeta, del Creador de todo.

Y es que, ya puestos en la carnalidad que nos alberga, el poeta siempre ha sido un aprendiz de Adán, un anhelante de ir nombrando nuevamente los cosas que percibe, que siente, que intuye…

Los poemas que siguen corresponden a diversas épocas y reflejan la evolución y los intereses dominantes en las mismas. Queda en manos del lector/a el juicio definitivo sobre los mismos.

 

HACES FALTA SEÑOR

en esas noches abandonadas

al amparo del silencio

en esa niñez desangelada

que sale cada vez más rápido

de la inocencia

 

Haces falta en la mesa del pobre

en su estómago y en su corazón

en la mesa del rico

con alma hueca

pletórico de vacío

 

Haces falta en las juventudes rebeldes

que rellenan sus discursos

con la intención más pura

en la verborrea

reflejo de demagogias ancestrales

en nuestros seños meditabundos y profanos

en las palabras desiertas

 

Haces falta en el bocado que nos nutre

dejando seca nuestra conciencia

en nuestra religión santa y pagana

vendida al peor postor

 

Haces falta Señor

en el verso del poeta angustiado

contemplativo

cuya lengua se seca

al pensar en el futuro

en nuestros pasos amargos

en el rincón del presente

en la palabra dormida

a que te hemos reducido

 

(De aquí al cielo, 1983-1987)

 

*

 

CEÑIR EL PENSAMIENTO

a los caprichos de la imagen

saber que la mirada

cambia el sentido de las cosas

andar a la deriva

mientras el mar corrige más destinos

 

hasta la noche llega sola

solidaria quizá

con los oscuros seres marginales

airada soledad que gime

en las arterias del suicida

pulso solar varado

ansia de luz sumida en la tiniebla

 

el imperio del caos se abisma en la ternura

sale a la superficie en haces de luz

y el rigor secreto de la llama

avanza implacable hacia ti

te niega lentamente en su sonrisa

 

saber cortar el verso

a la medida del alma

verla pasar de un abismo a otro

sin intuir el brillo de la muerte

 

(Nostalgia del mar (y otros poemas), 1988-1993)

 

*

 

Soneto de un instante místico

 

En este inmenso maternal vacío

donde sacudes a mi ser con llanto

quiero arropar la voz de mi quebranto

para expresar aquello que es lo mío:

 

la vaciedad del tiempo en que confío

poder hablarte del dolor y encanto

con que te afronto y después te canto

sin meditar en el saber que espío

 

a ti te llamo siempre en la tormenta

de soledad que me atosiga y creo

que tu silencio grita y me atormenta

 

como la nada que me sigue y veo

has de venir en la orfandad del sueño

a renovar mi ansiedad mi dueño

 

recordando a Rubem Alves

y leyendo a David Escobar Galindo

 

(Segunda fe, 1998-2001)

 

*

 

Dios madura

 

Porque alguien alguna vez te deseó,

por eso sé que te podemos desear.

Si desecháramos todas las profundidades

como cuando la montaña tiene oro

y nadie más lo quiere extraer,

entonces algún día el río lo extrae,

el río que lo agarró en la quietud

de las rocas llenas.

Aunque no lo deseáramos:

Dios madura

      R.M. RILKE, El libro de la vida monástica

      (Versión de Sergio Cárdenas)

Dios madura en las entrañas del cosmos

Semilla que camina solitaria entre espinas

Suelo que florece cuando todo se ha ido

 

Dios madura lentamente en la noche

Cuando dormidos inventamos otros mundos

Cuando del sueño no queda ni el recuerdo

 

Dios madura

 

Obcecadamente en el silencio

Buscando la orilla el término la ultimidad

Para decirnos su secreto

Oído lerdo el de los seres humanos

Oído necio para los rumbos eternos

 

Dios madura en las calles del dolor

En la alegría imaginada

En los linderos de la dicha

En el sentimiento total

 

Dios madura en las entrañas del tiempo

 

(Desprendimientos, 2004-2006)

 

*

 

Contando largos cuentos

sobre las costumbres de la Gracia.

            M.A. MONTES DE OCA

 

LAS COSTUMBRES DE LA GRACIA

son impredecibles:

ahorcan al silencio condenatorio

que frunce entrecejos cotidianos

impide la avalancha de misticismos

cuya misión enajenante encierra sueños

prolonga los asombros del misterio

encasillados por los templos

asiste a los famélicos enfermos

presas del pesimismo antinatural

otorga canonjías obcecadas

por instalarse en las conciencias

en fin

          la gracia salva porque salva

 

(La urdimbre, 2007-2009)

 

*

 

EL IDIOMA DE DIOS ES EL SILENCIO

un murmullo callado y sometido

al clamor de la vida/ adormecido

en el nudo del tiempo: reverencio

 

el sabor de la vida y el silencio

misterioso me atrapa entre gemidos

naturales/ sesgados/ desvaídos

que se esmeran en ser porque potencio

 

el rumor atrapado entre sollozos

del marasmo vital apetecido

para dar con su eterno y bien sabido

 

objetivo de andar llenando ojos

ha de estar en el seno de las cosas

provocándolas siempre con sus rosas

 

(Convencer, 2010-2012)

 

*

 

LA LUZ ES UNA ESPINA QUE CONMUEVE

que lacera con su aire de inocencia

se va y regresa cada día

como si cualquier cosa

y en su ausencia deja de ser imprescindible

cuando nos acompaña

todo lo llena su sabor

y abarca todo con su curiosidad innata

tosca y limitada

ve muy bien sus alcances y nos niega

en la oscuridad latente que porta

se opone a estar quieta en el rincón

mientras la noche la consume y la levanta:

piélago de sombras inmarcesibles

abandonadas por la fuente indefinida

de donde sale y adonde vuelve

  cada vez

 

(Tiempo y ser, 2013)

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