Nuevos poemas de un pastor presbiteriano
El poeta vuelve a dejar aparcados sus versos para, fraternalmente, exponer textos del poeta chileno Luis Cruz-Villalobos.
14 DE AGOSTO DE 2015 · 08:00
El pastor chileno Luis Cruz-Villalobos (Santiago de Chile, 1976) también es, qué duda cabe, un “poeta compulsivo crónico”, que respira y vive cuando lee “un Libro muy grueso”, ampliamente escrito con lenguaje poético. Quien lee la Biblia y la entraña, debería ser como Cruz Villalobos, un amante indeleble de la Poesía.
Un reciente retiro por el sur de Chile, en Poñén, donde suele recalar al menos una vez al año, le ha servido para gestar varias obras, entre ellas estos dos poemarios publicados como libros digitales, ‘Minimo” y “Nada en el fondo”, ambos aparecidos bajo el sello de Hebel Ediciones, en la capital de su patria.
Cruz-Villalobos, autor de una amplia obra poética, es psicólogo clínico, artista y pastor presbiteriano. Actualmente también cumple labores de secretario regional para el Cono Sur de la Fraternidad Teológica Latinoamericana.
Aquí me limito a seleccionar algunos poemas de los mismos, para que muchos hermanos aprecien su obra.
CUATRO POEMAS DE ‘MÍNIMO’
CON LOS OJOS Y EL PECHO ABIERTO DE PAR EN PAR
Entrar en las profundidades dulces y oscuras
Y dejarse besar por el viento y las aguas
Cantar una canción que no se olvida ni recuerda
Tararearla de memoria y por instinto
No saber qué hacer con tanta belleza
Que se asoma a los oídos del cuerpo encendido
Ni reportar nuevos desvelos que alcen el paso
Y resistan la más elevada altura del espanto
Decir te-amo como quien entrega una flor
Y luego danza en la noche más tibia
Bajo el aroma más frágil y perfecto del jazmín
Sin ningún temor a nada ni a nadie
Así verte salir de mi vida y entrar por doquier
Después de tantos dolores y dichas
Como cualquiera que ha llegado a esta vida
Con los ojos y el pecho abiertos de par en par.
EN ESTOS DÍAS EN QUE LA MISERIA
MUESTRA SU CARA MÁS CLARA
Salir a la calle y leer los ojos tristes de los que pasan
Allí corriendo bajo las frías lluvias de esta ciudad
Que no nos sabe acoger como hijos ni como hermanos
Mirar el cielo y mojarse la cara con la humedad punzante
Que nos embiste como ajugas gráciles que duelen leve
Y no dejan más cicatrices que estas que respira el alma
Caminar con la cabeza agachada mirando los pasos pobres
Sobre el cemento que no sabe ocultar su más breve temor
En estos días en que la miseria muestra su cara más clara.
FORM IS DEAD
Mutaciones de un amar y de un querer
Es esta vida que deviene muerte
Mutaciones de un morir y un soñar
De un cantar pétreo en la nostalgia
Como decir amor como decir dicha
Pero olvidando el nombre último
De todas las demoras y las cargas
Como decir adiós y buen día a todos
Sin que se abran de verdad los brazos
Ni las manos se muestren dignas
De estrecharse para siempre
Desde la más honda fidelidad
Y desde la más prístina amistad dada.
RITONARE
Volver a la fuente
Al principio
Arjé de todos los mundos
Matriz de todas las vidas
Retornar a esa claridad
Desde donde brotamos
Pero ya no solos y pobres
Ya no sucios y quejumbrosos
Más allá de la muerte
Más acá de la vida
Perdidos y encontrados
En un abrazo que todo lo cubre
Un beso que todo lo llena
Retornando así
Al día prístino
Matriz de todas las vidas
Arjé de todos los mundos
Al principio
Volver a la fuente.
TRES POEMAS DE ‘NADA EN EL FONDO’
EN VIVO
Soy un piano que se toca
Justamente así mismo
Y no deja de sonar
Como despidiéndose
Como partiendo en dos
La fealdad y la desdicha
Como rompiendo añicos
Las copas de la angustia
Como repartiendo
Por el mundo la luz dulce
Del que sabe que el bien
Se apronta a paso firme
Como un abrazo de padre
Que aprendió a esperar
Y a amar como ninguno.
BATUR
Tengo frío en las manos
Y me transformo aquí
En este frío y estas manos
Y me repliego de noche
Para esconderme así
Como sensación y parte
Y no encontrarme
Sino más bien salir furtivo
Como quien roba la luz
Y se aleja de la penumbra
Dejando a todos sucios
De las opacas tinieblas.
HEIMA
Las cuerdas de la vida
De aúnan como danza
Y caminan de la mano
Para descubrirse
Y nos muestran aquí
Que es posible el sol
Y que es posible la vida
La dicha y la esperanza
Pues hay un pan oculto
Que no se endurece
Ni se pierde ni se vende
Ni puede comprarse
Solo se recibe como don
Y como don se regala.
Para conocer algo más de este pastor y poeta presbiteriano, puede visitarse la página web y el blog que alimenta:
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