Grecia y Alemania

Por lo cual el reino de los cielos es semejante al Tribunal Internacional que quiso hacer cuentas con las naciones.

Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentada Alemania que debía diez mil talentos por las deudas contraídas en la 2ª Guerra Mundial.

A ésta, como no pudo pagar, ordenó el Tribunal que vendiese todo su patrimonio material y humano.

Entonces aquella nación, postrada, le suplicaba diciendo: Gran Tribunal, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El Tribunal, movido a misericordia, le perdonó la deuda.

Pero saliendo Alemania, halló la nación de Grecia que le debía cien denarios; y asiendo de ella, le ahogaba diciendo: Págame lo que me debes.

Entonces Grecia, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. Pero Alemania no quiso, sino fue y le echó a la cárcel, hasta que pagase la deuda.

Viendo las naciones del Sur lo que pasaba, se entristecieron y fueron y refirieron al Tribunal Internacional todo lo que había pasado.

Entonces, llamándole el Tribunal, le dijo: Nación malvada, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de Grecia, como yo tuve misericordia de ti?

Entonces el Tribunal, enojado, la entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que debía.