Cántico de los Cuerpos

El Eros sublime forma parte de lo Sagrado. 

25 DE JUNIO DE 2015 · 16:50

Cantar de los Cantares, Marc Chagall.,chagall
Cantar de los Cantares, Marc Chagall.

El Eros sublime forma parte de lo Sagrado. Y antes de que se escandalice algún aprendiz de mojigato, recuerde la Biblia y especialmente uno de sus libros más hermosos: El Cantar de los Cantares.

Y si todo libro que se contiene en el Libro de los Libros está inspirado por Dios, lo verdadero entonces es que Dios derrochó con nosotros su seminal pulsión erótica. El poeta está contra la nefasta demonización del hecho amatorio aún entre esposos. Pero ahí está el Cantar primigenio: “¡Oh, si él me besara con besos de su boca! / Porque mejores son sus amores que el vino.”

 

CÁNTICO DE LOS CUERPOS

 

Apresúrate, amado mío,

y sé semejante al corzo, o al cervatillo,

sobre las montañas de los aromas.

SALOMÓN

 

Oh entusiasmo que retienes en las manos

la descubierta pasión de la Amada,

¡ciñe a fondo la reverberación

de la sangre y los ayes dichosos!

 

Oh memoria que repercutes lo gozado

bajo densas cabelleras desatadas,

¡despierta las órbitas que sestean

cuando el Amado se aleja de los labios!

 

La Amada retoza ataviada de anhelos

en la cima de las mieles olfateables.

Y nace el cántico o la formidable

pleamar donde se retienen Amado

con Amada hasta sentir pálpito nuevo

u otra dulce respiración de sus deseos.

 

Oh verdad de todos los crecimientos,

hacia tu amparo van Amado con Amada:

¡déjales asirse a las viejas piedras del amor

que sacia y complace con sabios homenajes!

 

Oh vaivén de los cuerpos deslumbrados

por llamas guiadoras prolijas en trances,

¡entrega paraísos a la Amada y cometas

al Amado cuyo júbilo no tiene límites!

 

El Amado alisa el talle de la felicidad

sobre la piel en penumbras, en albores

de fiesta que propician íntimos desórdenes

para abrasarse dentro y fuera. Tremendo

poder el del amor conyugal en comunión,

entregándose a una boda para siempre.

 

Oh valientes brazos que se alzan al arribo

de la Amada bien provista de ungüentos,

¡tengan impulso suficiente para afincarse

en las ramadas de tan acogedora hechura!

 

Oh corazones engalanados para el ágil recital

que hace clarear la noche con suaves ritmos,

¡sirvan más vino que despierte presentires

y riegue el mimado refugio de las entrañas!

 

La Amada se encoge en la pulpa de la vida

por fiel mandato de las savias mezcladas,

del fondo relevante del amor, de las delicias

invisibles, de los cánticos de un Amado

que no cambia de rumbo y bebe de su risa

y forja los días con su fosforescente ternura.

 

Oh amor que nació contigo, dice el Amado.

Oh amor por Dios bendecido, dice la Amada.

 

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Barro del Paraíso - Cántico de los Cuerpos