La chica del grupo

Kim aborda temas como su condición de mujer en un mundo tan machista como el musical, las dificultades de criar a su hija Coco en un entorno tan particular, el mar lleno de sal, burbujas y escualos en el que flotan las celebridades del arte y el rock...

21 DE MAYO DE 2015 · 20:55

La banda. ,somic youth
La banda.

Voy a escribir esta crónica por algo que cuenta Kim Gordon (Rochester, New York, 1953) en este libro. Concretamente en el primer capítulo, al que titula FIN. Está en el escenario (14/11/11), es el último concierto de Sonic Youth, el grupo que fundó en 1981 junto a Thurston Moore, su ya ex-pareja. Llevaban casados desde 1984. Es es tramo final de una gira por Sudamérica antes de poner a la banda en stand-by (ellos le llamaron “hiatus” porque son más cultos) ya que la señora Gordon descubrió ciertos sms traicioneros en el móvil de su marido. Se trataba de la antigua novia de un colaborador de la banda. Una mujer a la que conocía y que además no le caía nada bien. No se preocupen: aquí termina el marujeo.

Kim Gordon, una señora de belleza atenuada, y con expresividad similar a la de Buster Keaton, tuvo que soportar durante la gira la agitación de su aún legalmente esposo, exultante en su recién estrenada “libertad”, su ir y venir tecleando en el móvil como si estuviese narrando en morse lo bien que se está sin ella. Tuvo que lidiar con la sensación de no sería capaz de terminar la siguiente canción. Una de esas que antes significaban algo y ahora parecen una burla...

Pero vamos con la escena que hizo de detonante para este artículo. Cuenta Kim, un par de renglones antes de que te enamores de ella, que tras la primera canción de ese bolo postrero se dio la vuelta, negándole al público la visión de su torturado rostro. Tan sólo para caer en la cuenta de que todo cuanto hacía y decía estaba siendo retransmitido por dos pantallas de doce metros de altura.

 

Portada del libro

Dice también que tituló así el libro porque perdió la cuenta de la cantidad de entrevistas en las que le preguntaron cómo llevaba lo de ser la chica del grupo. Ahora hablemos del texto.

Rezuma integridad. No es un ajuste de cuentas, tampoco una biografía al uso, es más una radiografía de sentimientos, un recuento emocional de batallas ganadas y perdidas. Desde los apuntes biográficos de su vida en Los Ángeles, Toronto, Nueva York y Northampton (Massachusetts) . De la infancia, marcada por la esquizofrenia de su hermano mayor hasta su trabajo como empleada del famoso marchante de arte Larry Gagosian. De sus pinitos en un un grupo llamado Bellow the belt que montó junto a unos compañeros de universidad en Toronto hasta la breve historia de una firma de moda (“Mirror/Dash”) que creó en 1993 con el nombre de "X-girl" junto a una amiga.

En 2008 haría otra incursion en la vertiente empresarial de la moda con una línea de edición limitada a la que puso el nombre de un proyecto musical paralelo de la pareja, "Mirror/Dash".

Kim también perdió alguna de esas batallas a la hora de plantear el libro, o tal vez ni las peleó. Simplemente se plegó a las estrategias habituales de venta a base de involucrar a otros famosos con manifestaciones polémicas. Reconoció en una entrevista que habló de Courtney Love por indicacion de su editor y se metió con Lana del Rey con varios comentarios que después acapararon titulares. Tomó unas declaraciones de esta en las que afirmaba que una verdadera feminista es una mujer que se siente libre para hacer lo que quiere y la Gordon le reprochó no saber siquiera qué significaba el feminismo. Todo un poco pueril y descorazonador.

Terminaremos esta sección de cotilleos sobre artistas con el relato que hace sobre Kurt Cobain (buen amigo tanto de ella como de Thurston) y la época en que éste empezó a salir con Courtney Love. Dice que la reacción unánime del entorno de Kurt fue de echarse ambas manos a la cabeza.

La chica del grupo publica este libro con más de sesenta años, pero todavía envuelta en sus búsquedas. Junto a su divorcio, y a par de él, tuvo que superar un cáncer de pecho. Acabó teniendo que usar la cirugía en ambos casos.

En su rostro están esculpidas la tenacidad, honestidad, arrojo y sobriedad que ha desplegado en su vida y en su trayectoria artística. Ahora con el proyecto musical Body/Head (junto a Bill Nace) y con sus incursiones en el arte vanguardista. A principios de los 70 Gordon se graduó en una escuela de arte y diseño en Los Angeles y emprendió sus aventuras musicales como una derivación de su interés artístico. Uno de los primeros discos que le llamaron la atención, fruto de amistades de adolescencia, fue una obra de jazz: Bitches Brew de Miles Davis.

 

Kim Gordon.

Fundó Sonic Youth junto a Moore y dos más colegas que luego lo dejaron. Enseguida entró el guitarrista Lee Ranaldo. De batería cambiaron bastante. Comenzaron con influencias de la no wave de Lydia Lunch y Glenn Branca, atraídos por los sonidos de gente como Minor Threat y pronto derivaron a un rock obsesivo, minimalista y ruidoso cuyas raíces se remontan a la Velvet del White light/White heat.

Pareciera que Sonic Youth se inventó para huir de las tendencias, de lo cool, de lo in y lo que más mola.; es decir, para huir tres veces de la misma cosa. Sin embargo, resulta evidente al finalizar el libro que el éxito musical llevó a Gordon y los suyos a ser cool, a ser tendencia y a moverse en círculos sociales que entraban de lleno en ese tipo de etiquetas. También eso retrata el libro: la ascendencia al Olimpo indie de un grupo de chavales que acaban haciendo de un hobby su medio de vida. Manteniendo dentro de los límites de lo razonable su aversión a la grandielocuencia, pues lo suyo era más bien la microelocuencia. Como en ese bolo primerizo, tocando en el desierto de Mojave una música que no era más que hechizante carne cruda, cuando Kim se acerca al micro para pedir al público una cerveza. Infructuosamente.

Kim aborda temas como su condición de mujer en un mundo tan machista como el musical, las dificultades de criar a su hija Coco en un entorno tan particular, el mar lleno de sal, burbujas y escualos en el que flotan las celebridades del arte y el rock...

En el libro también hay algo que flota como una boya en alta mar: una referencia aislada de tipo religioso.Tal vez espiritual. Quizá ambas cosas. O ninguna de ellas. Se trata de la visita que realizaron el matrimonio y su hija pequeña a la iglesia de Al Green en Memphis, Tenesse un domingo de Resurrección. Estaban grabando el "Washing machine" en aquella localidad.

Hacia el final, dedica un capítulo a la evolución de la música popular desde los años 50 hasta hoy en día. Es un resumen tan breve como lúcido de aquellas décadas, de lo que significa el artista musical y de lo que espera el público de él. Lástima que no se hubiese extendido más.

Las referencias a los discos del grupo se hacen gravitar alrededor de la narración de los acontecimientos en la vida del matrimonio. Así los conciertos y giras. Especial mención para una junto a Neil Young. Kim se ofreció a hacerle la cena a Mr Young con Frank 'Poncho' Sampedro (el cocinero habitual) como mediador. La pareja sónica fue recibida esa memorable noche en la caravana del mítico rockero e hicieron buenas migas, que llevaron a posteriores contactos.

También se reserva un lugar especial a la entrada de Nirvana en el Salón de la Fama del rock'n'roll. Fueron invitados todos los baterías y roadies que habían pasado por Nirvana, muchos de los cuales habían trabajado también para Sonic Youth. La voz de Kurt la pusieron cuatro mujeres: Joan Jett, Annie Clark (St.Vincent), Lorde y la propia Kim. Su desgarrada interpretación de Aneurysm fue como una explosión de duelo, según sus propias palabras.

El tono agridulce, el desapasionamiento con que Gordon narra las puntadas que fueron cosiendo su vida (tan coherente con la imagen que proyecta) funciona como un anzuelo más de este libro con tanto gancho.

Es este el grito callado de Kim Althea Gordon, una mujer que ha sido abandonada por su marido al borde de una carretera y se ve en la necesidad de hacer auto-stop hacia sí misma.

En Train in the distance,  Paul Simon examina su divorcio de Carrie Fisher. No es fácil nunca, ni cuando tu chica es la princesa Leyla ni cuando tu chico lidera una banda indie. La canción de Simon termina así: "¿cuál es el sentido de esta historia? / ¿qué información proporciona? / el pensamiento de que la vida podría ser mejor / está indeleblemente cosido / a nuestro cerebro y nuestro corazón". Con esta suerte de resignación salpicada de amargura construye también Kim la historia de su historia con Thurston Moore, con Sonic Youth, con el arte y las canciones. La que la lleva a verse encima de un escenario, tocando por última vez con su ex-marido y con su grupo. Arrastrada por las cosas del dinero y los contratos. Herida aún, aferrada a su bajo, la chica del grupo sigue siendo el centro de las miradas, conscientes de hallarse ante un acontecimiento irrepetible. Ella y su dolor en el momento de la despedida.

Si me preguntasen ahora mismo quién rayos es Kim Gordon, no tendría dudas sobre la respuesta:

Una señora a la que desearías encontrártela rascando la guitarra en un porche para quitársela de las manos y estrecharla en un abrazo.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Preferiría no hacerlo - La chica del grupo