La interpretación del Nuevo Testamento a lo largo de la historia

Juan María Tellería, Editorial Mundo Bíblico, calle Artemi Semidán 49, 1º, 35009 Las Palmas de Gran Canaria. 440 páginas.

26 DE SEPTIEMBRE DE 2014 · 15:23

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La semana pasada comenté aquí, en PROTESTANTE DIGITAL, el GRAN DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE LA BIBLIA publicado por Editorial Clie. Entonces no dije que Juan María Tellería tuvo una parte importante en la elaboración del mismo como revisar el texto en las 2.673 páginas de que consta la obra.

Tellería nació en una de las ciudades más bellas de España, San Sebastián. En el país vasco recibió su formación universitaria que continuó en Valencia. Es licenciado en Filología Clásica, especialidad en lengua griega, y en Filología Española por la Universidad Nacional de Educación a Distancia. En el Centro de Investigaciones Bíblicas de las islas canarias realizó estudios que culminaron con una licenciatura en Sagrada Teología. Más recientemente ha obtenido un doctorado en Filosofía, rama de Teología, en la Theological University of America. Es profesor y Decano Académico del Centro de Investigaciones Bíblicas, anteriormente citado.

El Rector de este Centro, el intelectual José Manuel Díaz Yanes, dice en el prólogo que el trabajo de Tellería concluye en una “obra singular y única en todo el ámbito Protestante de habla castellana, fruto de una ardua labor de estudio, reflexión y compilación de datos que ha durado varios años”.

 

La interpretación del Nuevo Testamento a lo largo de la historia

 Las 440 páginas del libro se agrupan en 17 capítulos.

Tellería parte de Marción, el filósofo que vivió entre los siglos primero y segundo de nuestra era, excomulgado por dirigentes de aquella Iglesia y considerado hereje al rechazar el Antiguo Testamento, entre otras supuestas desviaciones del Cristianismo de Cristo. En su recorrido a través de siglos de historia el autor se detiene en la búsqueda de Jesús en tiempos actuales y concluye: “mientras haya creyentes que continúen abriendo el Nuevo Testamento con todo el fervor y el respeto debido a Cristo y a su Palabra y se sigan planteando preguntas vitales sobre el contenido de la Historia Evangélica, las Epístolas y el Apocalipsis, y sobre todo acerca del propio Jesús, la exégesis neotestamentaria continuará su camino”.

Lo hará para bien o para mal en la medida en que la exégesis sea fiel a la figura histórica de Jesús. Uno de los aspectos que a mi juicio destaca en la obra de Tellería es su enamoramiento de Cristo. Su historia de la exégesis del Nuevo Testamento es la historia de la búsqueda de Jesús a través del tiempo. “Se da el nombre de búsqueda del Jesús histórico a la corriente exegética, filológica, filosófica e histórica que, desde finales del siglo XVIII hasta nuestros días se ha propuesto como objetivo alcanzar al personaje real de Jesús de Nazaret, figura central del Nuevo Testamento y del cristianismo”, escribe el autor.

Tenía que ser así. Por conocimiento y por sentimiento. Enamorado del Cristo que arrojó luz a su vida cuando más la necesitaba y entregado por años al estudio de la vida y la obra del Gran Maestro de Galilea, Tellería se inclina en su libro por una interpretación teológica de la cristología, estudiando las diferentes escuelas con Tomás de Aquino a la cabeza. Si el lector desea convencerse de lo que digo le basta con echar una ojeada al sumario del libro. Cristo está presente en todos los capítulos, con más protagonismo en unos que en otros. El mismo Cullman, que tituló uno de sus libros CRISTOLOGÍA DEL NUEVO TESTAMENTO, no profundiza tanto como lo hace Tellería en el corazón, el alma y las palabras de Jesús que revelan los cuatro Evangelios.

Juan María Tellería expone la cristología novotestamentaria en sus tres planos: el bíblico, el dogmático y el teológico. Aunque no se dice en las páginas introductorias, Cristo es la figura central en su obra. Para él, los inicios de la crítica científica se inician con la primera búsqueda del Jesús histórico cuando durante los siglos XVIII y XIX “comienza a trabajarse el Nuevo Testamento de forma sistemática”. Tellería deja bien claro en su libro que toda interpretación y exposición de la exégesis que se haga del Nuevo Testamento debe tener como punto de partida y punto de llegada al Cristo que ocupa las páginas de los cuatro Evangelios, con énfasis especial en el Evangelio de Juan.

Tellería señala varias etapas en el proceso de “Búsqueda del Jesús histórico”. La primera Búsqueda va desde el siglo XVIII hasta el año 1906, con un período intermedio que se prolonga hasta 1950. La segunda Búsqueda se extiende desde 1950 a 1985, y la tercera llega hasta nuestros días. El camino que Jesús recorre de la cuna al sepulcro aparece iluminado en este magnífico libro de Tellería. Su pluma traza el cuadro de una exégesis del Nuevo Testamento que ahonda en el alma del lector, como raíz cultivada por la mano de Dios.

Impresiona la cantidad de autores extranjeros, muchos de ellos alemanes, que el autor vasco reúne en los 17 capítulos de la obra. Unos con visiones conservadoras de los escritos inspirados; otros con opiniones liberales, liberalizadas, y un tercer grupo exponiendo opiniones racionalistas, muy lejos de la ortodoxia cristiana. Estos últimos combaten a Jesús con el arma de la risa y lo reducen, como lo hacía Nietzsche, a un hombre, a un gran hombre, nada más, sin destellos divinos.

La valentía de Tellería consiste, en mi opinión, en que presentando una documentación irrevocable, destruye con la verdad de la historia y de la ciencia todas las sutilezas y mentiras de quienes han hecho una exégesis del Nuevo Testamento no sólo racionalista, yo diría que también irracional.

No obstante lo complicado del tema que trata, Juan María Tellería escribe con un estilo vivo, animado, florido y fluido. Me parece a mí que Lutero se equivocó cuando dijo que la Iglesia no había menester de apologistas porque se hallaba en su apogeo. Esto último lo pongo en duda. La crisis de la Iglesia es tan real como el sol de la mañana. Sus desviaciones doctrinales son tantas que sí, está muy necesitada de apologistas, de buenos apologistas, sean hombres, sean mujeres. Apologistas que reivindiquen la fuerza, la vigencia y la verdad del Libro de Dios tal como lo hicieron en los primeros siglos hombres como Justino y Tertuliano. Como lo hace en su libro este magnífico autor vasco llamado José María Tellería.

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