Los manuscritos de Qumrán podrían resolver un antiguo enigma bíblico

La reconstrucción de nuevos fragmentos permite conocer cómo la secta esenia marcaba el paso del tiempo, algo que según los especialistas podría ayudar en la cronología de la crucifixión.

Baptist Press · JERUSALÉN · 01 DE FEBRERO DE 2018 · 13:14

Uno de los fragmentos traducidos. / Universidad de Haifa,
Uno de los fragmentos traducidos. / Universidad de Haifa

La traducción 42 fragmentos de un pergamino de los rollos del Mar Muerto encontrados en las cuevas de Qumrán, a cargo de investigadores de la Universidad de Haifa, explica la forma en la que los esenios contaban el paso del tiempo, aportando datos que podrían ayudar en la interpretación de una aparente divergencia en los evangelios.

Los esenios fueron una secta judía que vivía una vida retirada en el desierto de Judea, entre los siglos III a.C. y I de nuestra era, cuyo legado ha quedado para la posteridad en los conocidos manuscritos descubiertos a mediados del pasado siglo.

Aunque el uso de la secta de Qumrán de un calendario de 364 días se conocía a partir de documentos previamente traducidos, a partir de las nuevas traducciones se ha reconocido el nombre hebreo de una fiesta de cambio de estación, el Tekufah.

En contraste a este calendario de 364 días, los fariseos y saduceos de la época empleaban un calendario lunar, que a veces colocaba los festivos judíos en días ligeramente diferentes.

 

¿QUÉ DÍA FUE CRUCIFICADO JESÚS?

Jim Sibley, profesor en Colegio de la Biblia bautista de Israel, explicó a Baptist Press que Jesús y sus discípulos pueden haber operado de acuerdo con el calendario de los esenios durante la semana de la crucifixión. Eso podría explicar “la aparente discrepancia” entre la versión de Juan 19:14, según la cual Jesús murió el día inmediatamente anterior a la cena de la Pascua judía, y el relato de los demás Evangelios, donde Cristo tomó la cena de la pascua la noche anterior.

“La señal para que los discípulos supieran dónde tendrían la cena era seguir a un hombre que llevaba una jarra de agua”, explicó Sibley. Presumiblemente, los discípulos lo encontraron en el sudoeste de Jerusalén. Algunos eruditos creen que esa área era el hogar de los esenios durante el primer siglo, dejando abierta la posibilidad de que el hombre fuera esenio y observara la Pascua según el Calendario de 364 días.

Un miembro de los esenios puede haber “expresado su fe en Jesús y haberse unido al resto de sus seguidores en Jerusalén”, especula Sibley.

El desplazamiento del calendario recientemente traducido, conocido como 4Q324d, dijo Sibley, “señala la importancia dada al calendario” en el primer siglo. Agregó que, si bien el Antiguo Testamento menciona meses del calendario judío, no estipula si los días de los meses debían calcularse mediante el método lunar o el calendario de 364 días.

 

UN PERGAMINO DE GRAN VALOR HISTÓRICO

Entre otras características únicas del pergamino, los investigadores de la universidad de Haifa Eshbal Ratzon y Jonathan Ben-Dov destacan las referencias a festivales judíos bíblicos y extrabíblicos.

Su trabajo anuló la conclusión de un investigador anterior de que los fragmentos procedían de varios rollos diferentes, según el artículo del Journal of Biblical Literature.

 

Gran parte de los manuscritos del Mar Muerto han sido digitalizados. En la imagen se puede ver un fragmento de los 10 mandamientos, accesible en la web DeadSeaScrolls.org.il.

Para Lamar Cooper, profesor de historia bíblica en el Criswell College, los hallazgos relacionados con los rollos del Mar Muerto siguen siendo una fuente histórica y arqueológica de gran valor.

“Cuando los Rollos del Mar Muerto se encontraron por primera vez (en 1947), hubo gente que pensó que no valía la pena investigarlos”, explicó Cooper. “Con los años, todo lo que sale de los Rollos del Mar Muerto afirma lo que dice la Biblia”.

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