El Ateneo de Madrid celebra los 500 años de la Reforma protestante

A Lutero “en todos sus años de formación como fraile nunca le dieron a leer la Biblia”, subrayó el historiador y filósofo José Luis Villacañas, catedrático en la Complutense de Madrid.

Protestante Digital, El País · MADRID · 19 DE ABRIL DE 2017 · 21:00

El salón del Ateneo durante la conferencia / MGala,Ateneo Madrid, Reforma protestante
El salón del Ateneo durante la conferencia / MGala

El fraile agustino Martín Lutero clavó el 31 de octubre de 1517 sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg (Alemania). La Reforma protestante que inició Lutero no fue solo una denuncia contra las corrupciones, la avaricia y el paganismo que se habían adueñado del papado en Roma y extendido por toda la cristiandad.

Provocó sobre todo una revolución en las estructuras sociales, la política y la manera de entender desde entonces la teología, la filosofía, la educación e incluso el arte. “La fecha de 1517 es clave en la historia de Europa y del mundo. No solo dio paso a una manera distinta de entender las religiones o la cultura, y también otra manera de leer la Biblia. Dio paso, sobre todo, al imperativo atrévete a pensar”.

Así opina Ángel Martínez Samperio, uno de los organizadores de la exposición que se abrió este martes para conmemorar los 500 años de la reforma Protestante en el Ateneo de Madrid, ligado desde su fundación, hace 200 años, al protestantismo.

La exposición incluye varias vitrinas con primeras ediciones de algunos de los libros fundamentales del acontecimiento, entre otras la Biblia traducida al alemán por el propio monje, un hito en la historia del cristianismo.

 

PENSAMIENTO MODERNO, PINTURA Y PROTESTANTISMO

El Ateneo de Madrid también celebró este 18 de abril un debate sobre Lutero, a la que acompañaba la mencionada exposición sobre su tiempo.

La efeméride se titulaba ‘El pensamiento moderno y la pintura en relación con la Reforma Protestante’, que contó con una asistencia cercana a las 200 personas, y en cuya organización ha sido fundamental la Federación de Entidades Evangélicas Evangélica Española (FEREDE), representante ante el Estado de las iglesias protestantes. Representa a unas 4.000 congregaciones y un par de millones de fieles si se cuentan a los extranjeros residentes en España.

El acto se inició con una interpretación de “Amazing Grace” y concluyó con el conocido himno de Lutero “Castillo fuerte”.

 

La mesa presidencial del acto / MGala

El presidente del Ateneo, César Navarro, abrió los actos rememorando la tradición reformista y crítica de la institución que preside y los desencuentros de esta con el pensamiento totalitario, en especial cuando el dictador Primo de Rivera mandó encarcelar a todos sus directivos, encabezados entonces por Gregorio Marañón.

El director general de Cooperación Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones, Javier Herrera, saludó a los presentes en nombre del Ministerio de Justicia.

Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la FEREDE, hizo el panegírico del reformista alemán, en una evolución personal de monje perfecto (“El suyo fue un monjismo radical”), que empieza perdiendo la confianza en el papado por el escándalo de las indulgencia, y culmina en una manera nueva de ver al hombre y su relación con Dios, la fe, la razón y las iglesias.

 

LAS DOS CONFERENCIAS CENTRALES

 

Una vista de parte del público / MGala

Fue la de Lutero una vida que conmueve: su lucha interior, la soledad, sus dudas y certezas, la rabia por una Iglesia corrompida. “En todos sus años de formación nunca le dieron a leer la Biblia”, subrayó el historiador y filósofo José Luis Villacañas, catedrático en la Universidad Complutense de Madrid. Lo que provoca Lutero es, en su opinión, “una revolución mental”. Con la Reforma, el hombre y el mundo se miran desde fuera, desde el exterior. “El hombre por naturaleza quiere que Dios no sea porque el hombre quiere ser Dios”, señala Villacañas. Es la pulsión de omnipotencia que sumió a la humanidad en un colapso evolutivo, en un callejón sin salida, con un Dios incomprensible, que no podía hablar al ser humano salvo con los castigos y que no ofrecía consuelo ni misericordia, “las dos palabras más repetidas por Lutero”.

En cambio, la modernidad que se inicia con la Reforma y el Renacimiento resitúa al ser humano, que deja de verse desde sí mismo. Además, impidió que la palabra de Dios fuera expropiada al ser humano con la insólita prohibición de leer la Biblia y los castigos que imponía Roma a quienes desobedecían. “Lutero dio una nueva ética a la sociedad”, concluyó Villacañas.

También provocó una nueva estética en el arte, como señaló, con múltiples diapositivas de obras de arte el pintor Miguel Ángel Oyarbide.

Así, la influencia protestante humanizó la pintura religiosa que se centró más en el impacto del mensaje que en la técnica puramente estética, llegando luego a desarrollar un interés por lo que le rodea, como la naturaleza como expresión de la obra de Dios.

El pintor, de fe protestante, explicó la influencia del protestantismo, fundamentalmente en las obras de autores como Lucas Cranach, Alberto Durero, Rembrandt y Van Gogh.

Puede ver aquí la galería completa de fotos del acto, de MGala

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Cultura - El Ateneo de Madrid celebra los 500 años de la Reforma protestante